viernes, 29 de agosto de 2014

TESTIGOS

“Los vi con mis propios ojos, están a la vuelta de aquí, por favor hagan algo ya.” El policía, con cara de sueño llamó a otro que llamó a otro. ¡Qué suerte que son tres! Dije con inocencia. Casi sin aire les conté que había un camión negro y una doble fila de gente armada mal vestida. Por el medio pasaban jóvenes y los tipos les pegaban patadas en cualquier parte y culatazos para que subieran al vehículo. Había tres más chicos, eran arrastrados de los pelos.

      Ellos ni escuchaban, me pidieron documentos, se comunicaron con alguien, les decían mi número de DNI. Yo les gritaba que no perdieran tiempo, porque se iban a ir. Apareció un gordo panzón con aspecto de jefe. Dijo que me fuera a mi casa, mientras a los otros los tildaba de boludos. Decía que yo tenía doce años y que era una pendeja estúpida. Cuando salí estaban mis amigos en el fitito que manejaba mi novio. Nos temblaban las piernas a todos. En la estación de servicio de 7 y 46 cinco patrulleros rodearon el auto,” ¡Manos atrás de la nuca!” Un flaco tanteó nuestros cuerpos. A mí me preguntaron porqué no llevaba cartera, yo les dije que no me gustaba, para eso estaban los bolsillos del vaquero. Abrieron la puerta de una patrulla y nos trasladaron a la comisaría primera. Los chicos ligaron unos cachetazos, a mí no me hicieron nada. Le pedí al policía más petiso que llamara a mis padres porque me iban a matar. El tipo preguntó “¿Quiénes, nosotros?” Miré mis zapatos y le dije que no, que de eso se encargarían mis padres.

      Entró mi madre, por la puerta que tenía dos policías a derecha e izquierda, con armas largas cruzadas. Mamá les dijo que sacaran esas porquerías porque me tenía que retirar. Luego entró papá, tarjeteando que era abogado, Director de sumarios en la Legislatura. Llegó el padre de mi novio, con su falcon verde, dijo que era el Doctor S. Los polis respetaron más el falcon verde que su oficio de médico.

      Nuestros dos amigos quedaron allí para averiguación de antecedentes. Ellos eran lúmpenes. Al día siguiente sus padres pusieron un dinero, bastante por cierto y salieron.

Festejamos en la Plaza Moreno, con una botella de cachaça y todos se reían de mi vieja entrando a la comisaría en camisón, tapado de piel y ruleros. Yo recordé que en casa, mi viejo, cada vez que mami se rayaba, que era todos los días, me guiñaba un ojo y decía ¡Qué general se perdió la Nación!

¡QUE VIVA LA LIBERTAD!

      Mami dice que cuando nací pensó que me habían cambiado, no me parecía a nadie. Considera que soy inútil para todo servicio. Tengo nombre, pero para mami soy che. Che estudiá, che alcanzame. Che lavate las manos. Cuando vienen visitas me llama hija esto o hijita lo otro. Delante de sus amigas cuenta que soy inteligente, buena, obediente y estudiosa, una bendición de dios. En privado, se toma la cabeza y dice que soy una maldición de dios. Así comprendí que dios es contradictorio.

      Compró un sillón mullido siesta, para el escritorio de papá. Cuando me quise sentar, ambos me tomaron de las orejas para gritar que ni se me ocurra, con esos vaqueros tan sospechosos como mi higiene personal. En eso les doy un poco la razón. Mami también compró la banqueta más incómoda que encontró, para la secretaria de papá.

      El otro día entré con sigilo al escritorio, salí de la escuela tres horas antes. La secretaria estaba tirada en el sillón nuevo, con ambas piernas en alto y papá sobre ella, tal vez probando el sillón. Cuando llegó mami de jugar al bridge, su única ocupación además de la canasta, le conté que papá y su secretaria dedicaron ese día a probar el sillón nuevo, haciendo cabriolas de toda índole. Agregué que estaban sin ropas, tal vez para cuidar el tapizado.

      No me explico las razones, pero se divorciaron, no sin antes romper toda la vajilla y demás enseres, a saber, el sillón nuevo rasgado con un cuchillo grande, junto con los colchones, el mío inclusive. Mami tenía mucha fuerza, le rompió cuatro costillas a la secretaria y le partió una pierna, con el atizador de la salamandra. Mami se fue a Europa con su mejor amiga y papá se casó de inmediato con la secretaria. Ninguno quiso quedarse conmigo.


      Me mandaron a vivir con mis abuelas a Tras La Sierra, eran locas y divertidas. Jamás me mandaron a la escuela. Daba finales en Buenos Aires y me enseñaban ellas. Aprendí a montar caballos rebeldes y me hice amiga de dos vacas macanudas, que dormían bajo la ventana de mi dormitorio.

sábado, 9 de agosto de 2014

DIARIO PERSONAL

2 de Enero
      Por fin me invita a la casita de Miramar. Contaba maravillas del vivero y un lugar oculto donde apareció la bici, el padre de su mejor amiga, se esfumó.
      Hace un calor de la hostia en La Plata, me divierte Ceci. Mi espera desespera.

8 de Enero
       Me llamó para avisar que me lleve la malla. Es imperdonable olvidar ese detalle. No sé si poner en el bolso ropa crota o careta. Se complica,  los hermanos de Ceci son crotos y los viejos caretas. Llevo las dos.

9 de Enero
      En casa jamás van de vacaciones a lugar alguno, que no sea la pileta del jardín.
      Es mi mejor amiga desde la infancia, pero nunca surgió ir con ella. Me parecía pijotero de su parte. Nunca le dije, hubiera sido feito.

10 de Enero
      Maneja Ceci, pone la pata en el acelerador y no lo suelta jamás. Encima me hace comentarios, chismes y me mira. Le tengo que cebar mate todo el viaje. No quiere gastar en ningún parador. La odio, por eso está de color verde, de tanto mate. Todo sea porque me meo, que vaya a velocidad muerte si quiere.

12 de Enero
      Ayer fuimos al vivero, me mostró el lugar de la bici donde vieron por última vez al papá de Chani. Nos bañamos desnudas en un lugar estanque, con nenúfares y agua tibia. Comimos tomates con huevo duro y queso de máquina. Un oprobio, fue nuestro almuerzo. Morimos de sed, estoy harta de verla tan amarreta, compré Coca Cola. La tomó casi toda ella.

14 de Enero
      Hoy almorzamos en la casa. La vieja preparó un pecheto, cortado en rodajas finiticas, sin acompañamiento, bebida = agua. Hicimos playa con malla entera; al viejo de Ceci no le gusta que usemos bikinis, a pesar de que todo el tiempo mira culitos de bikinis ajenas.

16 de Enero
      Volvimos al vivero, jugamos a perdernos. Encontré una zapatilla de hombre en el fondo del estanque. Le quité el barro y la escondí en mi canasta. Seguro que era del papá de Chani. No le conté a nadie.

18 de Enero
      Por sorpresa vino mi padre a buscarme. Yo no quería volver, pero cuando me miró a los ojos con esos ojos santos que tiene, subí a su auto. Todos me abrazaron mucho, raro pareció. Ceci me dio un paquete a escondidas. Durante el regreso papá dijo que el tío Horacio ya estaba en Venezuela, mi pasaporte estaba listo para viajar allá y quedarme un tiempo.

19 de Enero
      Hoy fui a lo de Chani, tenía ojos de haber llorado. Le entregué las dos zapatillas. Dije que una la encontró Ceci y la otra, dijo shsh. Agregó que su padre, mi profe predilecto, me quería mucho. Había tres compañeros de esa promoción que tampoco se sabía dónde estaban. Rogó que me fuera.

19 de Agosto

      Ahora que volví para terminar mi tesis, papá me lleva y me trae a todos los lugares donde vaya. No se habla. No se habla. No se habla. No se habla. Duele. Duele. Duele. Duele.