En la casa hablaban,
sólo turco. Fahmi Gulayín tuvo dificultades con el castellano, ponía empeño,
pero titubeaba con el significado de alguna palabra, llegó a exasperar a los
profesores confundiendo, pero con perro, dama con drama, teorema con tarima,
los compañeros se reían y en los recreos nadie le hablaba. Sólo Roco, que vivía
cerca de su casa, supo entender qué le sucedía.
Fahmi lo invitó
a tomar el té.
Le llamó la
atención el olor a fatay que provenía de toda la familia y sus objetos, llegaba
hasta la vereda. Tenían un samovar que vivía en el centro de una mesa, como una
especie de dios.
La Señora
Gulayín les sirvió el té, en vasos de vidrio y el samovar cobró sentido para
Roco, de allí salía la poción de gusto raro y rico. Mientras la madre les
ofrecía arrolladitos de fatay, con cebolla dulce, apareció el Señor Gulayín, se
presentó en idioma turco, en lugar de decir “Mucho gusto Roco”, dijo —Muco
gasto Roca.
Fahmi le explicó
a Roco, que no tenía amigos y no salía de la casa, donde sólo se hablaba turco,
eran turcos musulmanes, practicaban su religión en todo momento. Cuando Roco
estaba por regresar a su casa, Fahmi le dio un abrazo —Gracias por aceptarnos,
sé que es difícil.
Tenía los ojos
húmedos.
Roco entró en el
living, como si volviera de otro país. La madre de Roco, mandaba a la
tintorería la ropa de su hijo. Hasta las sábanas olían a Fatay. Llegó un día
que le pidió —Por favor, no estudies más con ese chico, dejalo ir, que haga sus
adaptaciones solo.
Roco pensaba que
el afecto no tenía olor y aceptaba los triángulos de fatay, que comían en los
recreos.
Años después
Fahmi terminó su carrera de Ingeniería en Petróleo y fue contratado en Japón
por sus dotes de privilegio. Se casó con una japonesa, ambos hablaban en
inglés. Su cómoda adaptación, se debió al idioma universal de los piratas.
Mandó una foto a Roco, donde se lo veía con un look John Lennon y la ella
japonesa, una Yoko Ono de mirada amorosa.
En el reverso de
la Foto-postal, mandaba saludos a la República Argentina y en particular a
Roco, escrita en inglés yanquizado. El sobre, tenía olor a fatay.