Apoyaba la
cabeza en la almohada y silbidos mínimos provenían de sus oídos, giraba su
cuerpo y el sonido continuaba.
Prendió la luz
del cuarto, sirvió un vaso de agua que no pudo tomar, cada trago entraba por su
boca y le salía por las orejas. No saciaba su sed mientras los oídos silbaban,
miró el piso de la cocina, mojado. Pasó la lengua por cada mosaico, el agua
eludía su boca y trepaba a las orejas. La lengua quedó pegada al paladar,
mientras los sonidos incrementaban decibeles, sin explicación. Llegó a la cama,
unos hilos de agua lo siguieron hasta la almohada, ni bien depositó su cabeza
escuchó una catarata que no pudo detener ni con algodones en los oídos. Voces
del pasado discutían, se superponían y lo llenaban de reproches infundados, él se
metió y gritó
—¡¡Porqué!! La vida pasa a mi lado mientras trabajo doce horas por día, cosiendo botones. ¿Quién les da derecho a llenar mi cabeza de hechos mendaces, porqué culparme de lavar mis dientes con wasabi, que como todos sabemos incentiva la inteligencia y junto al ajo mata la podredumbre que guarda nuestro organismo? Pueden tomar el camino de mis oídos y mudarse a la cabeza del corrupto de la esquina, Bolusik, allí hay de sobra para entretener sus vidas. Les puedo dar otras direcciones, Municipio de Tandil, ANSES, los karambolitos, los k-chorros y miasmas por doquier.
Se fueron los
imbéciles, sus oídos escucharon melodías soñadas, su cabeza se tiñó de armoniosos
pensamientos. Rompió el despertador, decidió renunciar a su trabajo esclavo. El
prana de la mañana lo esperaba.—¡¡Porqué!! La vida pasa a mi lado mientras trabajo doce horas por día, cosiendo botones. ¿Quién les da derecho a llenar mi cabeza de hechos mendaces, porqué culparme de lavar mis dientes con wasabi, que como todos sabemos incentiva la inteligencia y junto al ajo mata la podredumbre que guarda nuestro organismo? Pueden tomar el camino de mis oídos y mudarse a la cabeza del corrupto de la esquina, Bolusik, allí hay de sobra para entretener sus vidas. Les puedo dar otras direcciones, Municipio de Tandil, ANSES, los karambolitos, los k-chorros y miasmas por doquier.

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