martes, 28 de febrero de 2023

EL NIÑO PROPONE

 

   ─Mami, tuve una gran idea, ahora que vos y Papi fueron echados de sus trabajos. ¿No nos podemos ir de vacaciones?

   ─Si no tenemos dinero ni para llenar la heladera. ¿Cómo se te ocurre?

   ─A mí me gustaría el norte de Brasil. Mi amiguita de al lado se fue la semana pasada y me invitó a ir con ellos, pero yo sin ustedes no voy a ningún lado.

   ─Eso dalo por sentado, niño lindo y bueno. El padre de tu amiguita es un corrupto, lleno de plata robada.

   ─¿Qué quiere decir corruto?

   ─Te falta una letra, la “p”.

   ─¿p de puto vos decís?

   ─No, p de corrupto.

   ─Mami, es casi lo mismo ser puto que corrupto. ¿No te parece?

   ─¡No!, corrupto es mucho peor, si es puto problema de él.

   ─Después de todo, puto ¿qué quiere decir?

   ─Que se divierte dos veces, habría que probar.

   ─Mami, ¿vos probaste alguna vez divertirte dos veces?

   ─Dejate de hablar pavadas y ayudame a cocinar las lentejas.

   ─¿Lentejas otra vez? ¿Y papas fritas con huevos fritos?, me gustaría más y te cuesta lo mismo.

   ─Niño feo y malo, andá a lo de tu amiguita que ya volvió y pedile a ellos que te den de comer.

   Llegó el Padre cantando y contento, consiguió un trabajo de arquitecto en la empresa más grande de Buenos Aires.

   ─¿Y cómo lo conseguiste?, decinos por favor.

   ─Fue gracias al Padre de tu amiguita, que tiene miles de conexiones.

   ─¡¡Bieen!! Ahora sí nos podemos ir de vacaciones. Mami no necesita trabajar, sería mejor que se ocupara de nosotros. De paso no se encierra más en el dormitorio para llorar como una marrana. Eso no lo digo yo, lo dice la Abuela que me parece que no le caés muy bien que digamos.  

lunes, 27 de febrero de 2023

Y SIGUEN LAS INTENCIONES

 

   Los cadáveres quedaron enganchados en la quilla, vinieron de Prefectura, para hacer la autopsia correspondiente.

   —Vos hacé el trabajo de la mujer, yo me encargo del hombre.

   El compañero notó que a pesar de estar cianótico, la herida de punta a punta era superficial, se asustó porque el corazón latía, era esporádica su función, pero latía de vez en cuando.

   Llamó a su compañero, que estaba lleno de asombro, la herida de la espalda no había atravesado ningún órgano vital y el corazón de ella también latía, pero más acelerado. Trasladaron de la morgue, los dos cadáveres a una pieza de temperatura ambiente, salía agua de ambos, pero era hielo derretido. Con mucha habilidad suturaron la herida del hombre y luego la de ella.

   Los Médicos estaban blancos de miedo, pero les hicieron respiración boca a boca a los dos. Saltaron casi hasta el techo por la resucitación. Salieron mojarritas, un pez espada y pulpos recién nacidos. Cuando los Doctores combatieron aquel shock, el de buen humor dijo:

   —Mirá qué cazuela se puede hacer con lo que escupen estos…estos…no sé cómo llamarlos, “los muertos vivos”, hay una película, creo.

   —Necesitan los dos, tranfusiones de sangre inmediata, llamá al equipo de guardia, aquí se precisa ayuda urgente.

   Quedaron los dos conectados a máscaras de oxígeno, a suero y a la transfusión de sangre, que era lenta, pero fueron tomando color sus semblantes. Estuvieron inconscientes la semana siguiente. Los Médicos pensaron que de ésa no volverían. El día número uno, de la semana siguiente, movieron los dedos, abrieron los ojos y tenían tono muscular en todo el cuerpo, los corazones latían perfectos.

   Fueron desconectados de las ayudas externas y por casualidad se vieron el uno al otro, se hablaron áspero por los tubos que les pusieron, sentían las gargantas raspadas. Deliraban, recuperaban de a poco pedazos de realidad y otras las olvidaron. Cuando les dieron el alta para viajar a Jordania, una Enfermera los detuvo:

   —Me parece que se olvidan algo muy importante.

   Lo depositaron en brazos de ella.

   —¿A vos qué te parece? ¿Qué hacemos con el bebé?

   Él estaba entregado acariciando la cabecita.

   —Por lo poco que recuerdo, éste es nuestro hijo, vamos a cuidarlo y amarlo aunque no sepamos nada, este bebé es de nosotros, por siempre. Es un regalo del cielo, tapa el infierno, que ni recordamos por qué. 

domingo, 26 de febrero de 2023

DARLING TOM

 

   Entre enredaderas y ojos de acanto, dos ojos brillantes como linternas, gruñeron. Salió Enrique:

   —Es un manto negro, de ojos celestes, no sabés cómo cuida la casa!

   —Pasá, Germán, los dos más chicos tienen fiebre alta y no pueden ni hablar, por eso te molesto a esta hora.

   Uno era Abogado y su amigo Médico. German litigaba, por cualquier nimiedad y su amigo lo defendía frente a acusaciones que hacían sonreír a los jueces. Cuando terminó la visita médica, salieron los amigos hablando de autos, el perro llamado “Tom”, se abalanzó sobre Germán, lo tiró al pasto y mordió su carótida. Salió toda la familia a desprender al animal, traer toallas. Germán apenas pudo decir:

   —Apretá bien, Enrique y llamá a Urgencia Médica, pedí una ambulancia.

   Se le practicaron los primeros auxilios, mientras Enrique decía:

   —¿Vieron? Yo les dije, es un perro bravo, pero cuidador.

   Nadie le contestó, estaban acostumbrados a sus conclusiones disparatadas e inoportunas. El chico más grande, de una colega de Enrique, jugaba en la casa. Tom lo vio y le arrastró las uñas a lo largo de su cuerpo, llevándose el dedo meñique, que su boca masticó como jamón.

   La flia del chico, presentó una denuncia. Enrique, con su hijo, fueron a visitarlo, pero salió la Mucama diciendo:

   —Los Señores me pidieron que les prohíba la entrada a esta casa.

   Elisa, de trece años, amiga de otro hermano, entró sin llamar y Tom, de callado, la mordió cuatro veces en distintos lugares, pero no le comió nada.

   Se creó un clima familiar de miedo en cadena. Cuando los hijos pidieron al padre, que lo llevara al campo, el padre respondió:

   —Pero, ¿Uds, quieren que se coma una vaca?

   La madre de los chicos le confesó al padre, que le daba miedo salir a tender ropa. Un día quiso ventilar la casa, entró Tom y cuando la vio, le mostraba los colmillos, ella se metió debajo de la cama, el perro no pudo acceder porque era más grande que la cama. Los hijos se refugiaron en la terraza y llamaron a la Policía. Explicaron lo que sucedía, mientras la madre gritaba:

   —¡Asesino, asesino!

   Los Policías se hicieron presentes de inmediato, pensando que había un asesino, cuando vieron la escena, lo metieron en una red y lo cubrieron con una lona de carpa. Abrieron la puerta de una camioneta azul, cerrada, con un respiradero enrejado.

   Cuando Enrique volvió del trabajo, se enteró de la tragedia, no de su mujer, sino que hubieran llevado preso a Tom. Todas las Comisarías estaban al tanto.

   —Mire, Dr, lo lamentamos, pero le informamos, que su perro está acusado de intentos de homicidios reiterados.

   Enrique preguntó si no podía ser el Abogado Defensor de Tom. El Oficial de turno, dijo que los perros tan grandes y de ojos claros, estaba comprobado que eran locos. Enrique preguntó dónde se hallaba preso. El Oficial explicó que les llamaban “perros para manifestaciones incontenibles”.

   Enrique asistía a todas las manifestaciones, a ver si podía encontrar a su mascota feroz.

sábado, 25 de febrero de 2023

PROTOCOLO

 

   Justo yo fui el elegido para otorgarle su título de Médico. Ella comenzaría su tarea al día siguiente, sin hacer la Residencia ni el Juramento Hipocrático, al que consideró fuera de su territorio ideológico. Escuchar semejantes verduras en una alumna que no sabe un pomo, me deja perplejo e impotente, pensé qué hacer, ¿le doy la mano y el título? ¿O le pego un bife de lomo?, en esa cara de canario tweety, con ojos seductores de Barbie plástica.

   El recinto estaba completo, se oían ruidos de butacas hundidas y murmullos aquí y allá. De pie, en primer plano, se encontraba el Ministro de Salud, su Sra Madre, los tres Hijos, cara de twitteros y su esposa craquelée. Me enteraron la presencia de aquellos pajarracos. Morochazo el Ministro, sólo le faltaba la insignia: “Soy corrupto y tengo banca”. La Hija parecía de veinte años, se recibió en tres. Llevaba puesto un vestido largo, con volados y cartelitos convencidos: “Argentina va a ganar”, bordados en celeste y blanco. Atemporales, porque perdieron y quedaron afuera del Mundo. Tenía coronita la nena, de brillantes y espejitos. En ambas manos, portaba un ramillete de rositas rococó rosadas y un escote hasta el ombligo, luciendo tetas nuevas, grandes, regalo de su padre. Le extendí la mano y ella la suya, la mía quedó llena de espinas, luego entendí, las rosas eran de espinas y la nena llevaba guantes de guanaco viejo, duros y teñidos de fucsia. El protocolo permitía darle un beso en la mejilla, tenía un make-up grueso, donde mi boca quedó estampada. Dando los trámites por cumplidos, corrió a saludar al Ministro, piando:

  —Papi! Papi!, gracias por el trabajo que me   conseguiste en la Clínica Maternidad Suizo-Argentina, me hago el legrado gratis y no me crecerá la panza, recién operada. Tengo pacientes en espera.

   Nadie se percató que el micrófono estaba abierto  y el público se reía a tambor batiendo. El Padre, emocionado, le pisó el vestido, dejando los tules volando, se comprobó que carecía de bombacha y subió al Rolls Royce, no terminaban de ascender las personas invitadas, la nena no tuvo más remedio que sentarse en la falda del chofer, otro acomodado, que hacía gemir y gemir a la nueva Dra, sobre todo en los baches hondos.

viernes, 24 de febrero de 2023

EN UN ELEGANTE RESTÓ DE MANHATTAN

 

   Entran atropellando a todo y a todos. Lucen ropa carísima pero mal puesta. Hablan a los gritos y ríen como triunfadores guarros. Vienen de un revés más en la larga historia de sus errores, pero no entienden cuando pierden.

   El mozo les señala la mesa del fondo, alegando reservas pero prefiere separarlos del resto. Se sientan y piden:

   ─Che, traenos el plato más caro que tengan, para todos.

   El mozo nombra el plato pero no le entienden y no les importa. Les avisa que demorará un poco porque algo tan especial lleva su tiempo. Llega el sommelier y les insiste en acompañarlo con champagne Defecté Pour Toujurs, francés, que viene en barril y se sirven en vasos grandes. No entienden nada pero les parece perfecto y aceptan.

   Enseguida empiezan a desfilar al baño. Va uno, van dos, vuelven, luego tres, vuelven y así. Cada vez que regresan levantan más la voz y ríen con entusiasmo y rigidez.

   Son un medio economista, dos medios abogados, ocho barrabravas trabajando de custodios y tres señoritas de alquiler haciendo de funcionarias. La comida no aparece, pero no se preocupan siguen yendo y volviendo al baño y la euforia aumenta.

   El que parece el jefe de la gavilla le pregunta al mozo, por qué habla tan bien el español. Contesta:

   ─No hablo español sino argentino, por mi abuelo argentino. A propósito ¿usted es Chukiloff o es parecido a él?

   ─Ah, me reconociste, no mi nombre no es así pero parecido, sí soy padre de la Economía y vengo a darles una clase magistral a unos pajarracos que me querían cagar.

   ─Sí, lo leí quería que pagaran lo que ustedes firmaron. Bueno, antes de irse le voy a pedir un autógrafo. No sabe lo que es para mí tenerlo a usted acá, no se imagina.

   ─Lo que quieras, pibe, si querés sacarte una foto con nosotros no hay problema, pero apurá la bebida que tenemos la garganta seca.

   Llega el champagne amarillo, heladísimo, servido en vasos gigantes. Se lo toman de un trago y piden más. Les pregunta si les gustan. Dicen que es raro, pero muy rico.

   Siguen yendo al baño, las narices de todos manchadas de blanco, cada vez más. El mozo trae otra vuelta y les cuenta:

   ─Mi abuelo se jubiló en Argentina y después le hizo juicio a la caja porque le pagaban de menos. El juicio duró años y al final le dieron la razón. Pero nunca le pagaron la diferencia. No sé, no quisieron.

   Chuki, aburrido, lo interrumpe:

   ─No te preocupés, vos apurá la comida y yo te arreglo lo de tu abuelo.

   ─No, gracias, pero es imposible mi abuelo falleció.

   ─Ah, cuánto lo lamento, pero la comida apurala igual, me acaban de avisar que tenemos el jet listo.

   ─Se la hago corta. Él había comprado unos poquitos bonos de la deuda argentina con sus ahorros vitalicios para ayudar al país y dejarle algo a sus hijos, pero un día escuchó que la Presidenta le decía buitre por la cadena nacional y que nunca iba a pagar esos bonos. Le dio un ACV emocional y falleció en el acto. Hace tres meses y era cierto ¿no? Todavía no pagaron a nadie ¿no? Ni los intereses.

   ─Mire, es más complicado que eso pero, ah…ahí vienen nuestras fuentes, hablemos luego, ¿le parece?

   ─Sí como no. Seguro que explicarlo debe ser algo dificilísimo.

   Les traen otra vuelta de champagne y destapan las importantes fuentes, pero están llenas de huesos de pollo, repelados y con perejil. Aúlla al mozo indignado.

   ─¿Pero qué pasa, esto es una joda? ¿querés que te mate acá mismo?

   ─No señor, yo le avisé que el plato era The Chicken Of The Golden Eggs y a ustedes les gustó la idea de comerla, pero parece que ya se la comió su Jefa en esos años y eso es lo que quedó. Ahora, el champagne que les gustó y tomaron tanto, es orín de todos los bares de la cuadra, bien frizzado.

   Se paran todos vociferando y a pelearse, pero justo entra la New York City Police, alertada por el dueño del local y los detienen por escándalo. Al reconocerlo a Chuki le dicen que no se puede ir sin pagar, Chuki quiere arreglar con unos bonos. El Oficial a cargo lo mira y sonríe. Agrega al informe: Intento de Estafa. Se los llevan en un furgón. A Chuki ya le sangra la nariz, por tanto odio y tantos químicos.       

jueves, 23 de febrero de 2023

LA MASTICACIÓN

 

   Durante las vacaciones, la Escuela Pedagógica nos llevaba a recorrer provincias, en carpa. El primer campamento fue en Tilcara, Jujuy. Había un chivito juguetón al que luego de votaciones, lo llamábamos Jazmín. Nos acompañaba en caminatas y nos topaba como para que aceleráramos el paso. De noche dormía al lado de las carpas. Lo quise tanto a Jazmín, que me dejaba darle abrazos y pasarle mi cepillo, para que su pelo brillara, le apoyaba mi frente en la suya, hasta que yo terminaba en el suelo. Tenía fuerza, Jazmín, cada día más porque crecía.

   Un día no lo vi más, lo busque por todo aquel predio pero no aparecía. A Jazmín lo mataron para comer y así enterarnos qué gusto tenía el chivito. Vi cómo hicieron el fuego, la parrilla dispuesta y después de un tiempo, para mí eterno, nos sirvieron una mesa con platos de madera y el desguace de Jazmín.

   Me levanté y me alejé, metí los pies en el arroyo. Alguno me siguió con un cacho de Jazmín en la mano. Me daba vértigo cómo masticaban complacidos, aquel pedazo de vida que nos hicieron compartir, encariñarnos y hasta ponerle nombre, nada más que para comerlo. Después vinieron otras comidas, yo miraba las mandíbulas que se movían con alegría salvaje. Durante diez días no comí nada y pensé, por vez primera, qué pedazo de asco era la masticación.

   Nunca me voy a olvidar de Jazmín y sus ojitos entre curiosos y temerosos. A lo mejor él presentía.

miércoles, 22 de febrero de 2023

LA FACULTAD DE BELLAS ARTES Y LO QUE VINO DESPUÉS

 

   Saulo, Jefe de Cátedra, pagaba de su bolsillo a Reina Diez para enseñarnos Historia del Teatro, clases imperdibles, lecturas comparadas, fluía lo que sabía, pero nunca apabulló. Se cubría, no se vestía, un zapato de un color y otro diferente, con las medias era igual, equivocaba el cierre de los botones y su eterno tapado negro hacía una diagonal.

   Saulo también le pagaba a un tal Profesor Daughet, nos enseñaba a pintar bocetos o alguna obra a entregar. Era un personaje singular, un año fumaba puchos y al siguiente, semillas de girasol, un mago para quitar las cáscaras, con dos uñas entrenadas resolvía la situación.

   Saulo lo sacaba del taller y le decía en voz alta que nos hacía hacer trabajos realistas.

  —Tras que son medio dormidos, les enseñás mariconadas.

   Y el otro le contestaba:

   —Si no te gusta mi trabajo, mejor me voy.

   Saulo lo convencía que se quedara, era el único dinero que recibía, para una pieza de pensión y la comida.

   —Y después de todo, los chicos practican.

   Eran tiempos de esplendor, los Profesores, todos, sabían de qué hablaban y daban ganas de investigar. No había tecnología. Sólo máquinas de escribir. A medida que cursaba, mi viejo me compraba todos los libros. Y así se dieron las lecturas en grupos, las discrepancias y coincidencias. En aquel tiempo no tenía conciencia que me nutría de un tesoro para siempre. Por el contrario lo denostaba.

   Ahora que ya soy vieja, me acuerdo de todos ellos. Años después fue mi hijo, yo me la vi venir. Él eligió Dibujo, tenía talento desde la época del garabato. Sus trabajos dejaban a los Docentes sin palabras y encima lo criticaban, con mala leche y envidia. Dejó la Carrera y dibujaba con otros, en un galpón alquilado. Del Dibujo pasó al Tatuaje, aprendió con gente de Buenos Aires, distintos modos de trabajar y medios. Como las máquinas, que lúmpenes genios le fueron vendiendo. Hizo cursos de Asepsia y Bioseguridad. Con el tiempo fue un grosso y muchos pendejitos de Bellas Artes, querían tomar clases con él. Hizo la propuesta al Decano de la Facultad, dar clase dos veces por semana.

   El tipo pareció convencido y dejó que diera una clase, a sala llena, donde habló de cosas elementales, muy buenas para no hacer carnicerías con el oficio. Se hizo un pedido al Ministerio, adujeron que el tatuaje no era un Arte, ni estaban dispuestos a dar un presupuesto para mamarrachos en los cuerpos.

   Ahora él se caga de risa, porque vive de eso y le pagan bien. Un día me dijo:

   —No sabés Mamá, cómo late el corazón, cuando veo pasar un cliente con un tattoo hecho por mí, soy una obra rodante, no necesito exponer, la gente lleva en la piel las cosas que yo imagino.

martes, 21 de febrero de 2023

LOS VATIOS DE LA LUNA

 

   Era un bosque de pinos, un centro de él se había incendiado, afuera había sol, adentro era noche cerrada.

   Me tomé de la mano de mi hijo, que tenía tres añitos. No encontraba la salida y me puse a llorar, él me besaba la mano.

   —No te preocupes, Mamá, que la vamos a encontrar.

   Me impresionó cómo se detenía, cuando llegábamos al cruce de cuatro caminos. Salió la luna y tuve miedo, a la noche y a los vatios que podía tener la luna.

   —Vamos a tomar el tercer camino, el número de mis años, vos me dijiste que traía suerte.

   Y era cierto nomás, allí estaba el Padre, esperando manso nuestra aparición.

   —Papi, ¿Vos sabías lo cobarde que es Mamá? Cuando nos perdimos, se puso a llorar y si no fuera tan chiquito, era para llevarla en brazos. Me apretó la mano tan fuerte, que mirá cómo me dejó. 

lunes, 20 de febrero de 2023

FASE CINCO BAJO CERO

 

   —Mami, ¿qué es la muerte?

   —Nadie sabe qué es la muerte.

   —Yo te escuché cuando hablabas con tu amiga y vos le dijiste que con tantos días en casa, el niño lindo y bueno, era la muerte, que vengo a ser yo.

   —Bueno, es una forma de decir, como si dijeras, el niño es un Diablo a cuatro.

   —¿El Diablo tiene cuatro velocidades?, porque si es así, ya mismo me voy a pasear con el Diablo.

   —Vos quedate en casa, ponete el barbijo y comé esta manzana que recién la lustré.

   —Ni pienso comer manzana encerada, podés sumergirla en alcohol rebajado, le pasás jabón blanco, la enjuagás y después la como. Además, ¿por qué me das una manzana tras otra?

   —Para que cierres el pico por un rato.

   —Mami, vos no me querés, antes tu mayor alegría, era escuchar qué bien me expresaba y te reías de mí, como yo me reía de vos, no te ofendas, estoy desarrollando mis defensas. Me burlo de vos sin que te des cuenta.

   —Ahí viene tu Papi, debe estar muerto de hacer fila y seguro se olvidó algo imprescindible, como papel higiénico o pan.

   Papi se desplomó rodeado de seis bolsas del Super y preguntó:

    —¿Qué tal se portó el niño lindo y bueno?

   —¿Qué querés que te diga?, me tiene harta, es la muerte, no doy más. ¿Por qué no jugás con él un rato?, cruzá a la plaza, para que se oxigene, no responde al protocolo, pero que se vayan al carajo.

   —¿Y si mejor lo llevo mañana?

   —Vos sabrás.

   Al día siguiente, le propuso que cruzaran a la plaza.

   —Hay sol, que te hace bien, ¿vamos?

   —No quiero.

   —¿Se puede saber por qué?

   —Porque estoy muerto.

domingo, 19 de febrero de 2023

SU DESEO Y MI AMBICIÓN

 

   —Yo no sé qué le pasa, los cuentos son infantiles o la crueldad usada en vano. Los personajes desmesurados. Ud se va a tener que publicar a Ud misma. El Médico dijo que me quedan tres meses de vida y una idea loca me giró en la cabeza. ¿Aceptaría quedarse con los libros y la Editorial? Para mí sería una tranquilidad y para Ud, un trabajo enorme, cuando le aparezca alguna persona que ignora, pero quiere publicar su propio libro. Ud, que es tan generosa, será capaz de escribirle al zanguango y que la autoría fuera de él. Qué equivocada estaría, sus ventas bajarían y sus cuentos, escritos a mil, nadie los acreditaría. El que venga debe hacer su entrega completa. Al escritor, se lo deja solo con su obra, no olvide que “buey solo bien se lame”.

   —Profesor, me larga todo junto y no considero poder, con tanta responsabilidad. El lugar no es mío, de verdad podría desprestigiar este rincón. Disculpe si le ofende lo de “rincón”, pero las personas  redujeron su lectura. Los nuevos libros parecen intactos en las bibliotecas, las hojas sobadas ya no existen…además el lugar no es mío…

   El Profesor, enroscó sus cuatro pelos como los niños.

   —La convoqué porque realicé los trámites legales, para que esta propiedad pase a sus manos, no tiene deudas, viene bien en estos tiempos. ¿Qué me responde?

   —Si es su deseo y mi ambición, componemos un tango y le digo que el sí, es infinito de mi parte. Profesor, en este tiempo, que tal vez un Médico equivocado predijo, quiero que hagamos un libro, es audaz lo que le pido, Ud tiene un estilo pródigo, yo soy una aprendiz torpe y si existe algún progreso en lo que escribo, a Ud se lo debo. Le mentí, tuve profesores que dieron lo mejor de sí. Cinco, que recuerde. Hubo uno que me sugirió que escribir, no era mi forma de expresión. Lo borré de mi memoria.

   El anciano tuvo un brillo joven en sus ojos y se mostró entusiasta ante la idea.

   —Permitime que te tutee, hay algo que desconocés, vos tenés talento y eso no se compra. Yo escribí toda mi vida y no tengo historia pública, pero sí interna, eso me completa.

   Los dos escribíamos manuscrito, el tema que elegimos producía una melodía al funcionar nuestras biromes.

   —Aquí nos detenemos, seguir no importa, que el imaginario del lector, trabaje.

   Cuidé de él los últimos días. Como los valientes, ocultaba su terrible sufrimiento. Yo por cuenta propia, le conseguía morfina a lo pavote.

   El libro fue premiado, ovacionado y las ventas resultaron infartantes. El Profesor murió desconociendo aquel triunfo, la realidad es que a él, no le importaba. 

sábado, 18 de febrero de 2023

EL REGRESO DE QUINTINA

 

   En el aeropuerto le robaron el equipaje. Le dio risa tanto gesto de preocupación en los maleteros y ni dejo de búsqueda. Cayó en cuenta, había llegado a casa. Tomó un taxi que la condujo donde quiso. No le cobró nada, si le dejaba la mochila, quedaban a mano. Quintina obedeció la sugerencia por intuición y por las dudas. Entró en la villa de noche. Tres mujeres amuchadas en un rancho de chapas le ofrecieron una colchoneta sucia y engrasada como la Historia argentina. Quintina se tiró y no escuchó más nada.

   Al despertar comprobó que estaba sin zapatillas ni vaqueros. Hábil en subterfugios, estiró su remera hasta llegar a minifalda. Cruzó el lugar sin mirar a nadie. Un hombre afable le cortó el paso. Se presentó como el cineasta de la villa. Dijo conocer gente buena y la invitó a sus oficinas. Quintina aceptó con la promesa de unos mates con tortas fritas. Dos habitaciones de ladrillo y la tecnología adecuada y humilde para el trabajo de filmación. El hombre proyectó tres de sus mejores cortos. Cuando escuchó el llanto quedo, de Quintina, él también se emocionó y le regaló tres copias a modo de despedida.

   Caminó toda la mañana y encontró la casa, vieja y semiderruída. Allí había un cuarto exiguo, donde vivió y estudió. Pidió permiso y le dieron la llave. Entró al lugar vacío, abrió la ventana que daba al árbol. Se le dio vuelta el corazón. Una pared de cemento tapiaba aquel recuerdo de hojas verdes limpiando sus pulmones, quitando de la pieza el humo de la noche. Se extinguió el olor a pino y alhucema. Partió casi corriendo de aquella pesadilla. La librería mutó en privadito y su amiga en puta fina. A Quintina le asombró el abrazo y el souvenir de despedida: cuatro forros usados por escritores ignotos.

   Tropezó en Puerto Madero con el novio aquel del viaje a Praga. Preguntó qué hacía. Él respondió, con ojos drogados, que le pagaban miles de euros por escribir la biografía de un tal Besugo Malano, gremialista pervertido, columna vertebral del Movimiento Intestinal. Ella recordó la separación, tan dolorosa que al final resultó un beneficio. Cerró aquel duelo con una grapa Valle Viejo al paso, en una esquina sin ochava. Con el último dinero tomó un taxi hasta la embajada de Italia. El tachero contó en el viaje que trabajaba catorce horas por día, la miró por el espejito y con ojos de triunfo dijo

   —Gracia a dió.

   En la embajada no creyeron su historia por portación de aspecto. Cuando nombró al erudito para quién trabajaba, construyeron pasaporte, visa, cuatro mudas de ropa y el pasaje, en menos de tres horas. Cuando el avión sobrevoló Buenos Aires, Quintina miró agradecida su lugar de origen, que le brindó la posibilidad de vivir en Bologna, como brazo derecho del semiólogo Humberto. Tenía dos computadoras, en un establo solitario de una granja añosa y desde allí trabajaba cuatro horas por día. Lo demás era caminar entre girasoles, con un horizonte liso, parecido al de su tierra.“¡Gracias Italia!” pensó Quintina “…desde aquí, es seguro que Argentina no llora por mí y yo de lejos la quiero más. Ahora, éste es mi lugar. ¿Capito?”

viernes, 17 de febrero de 2023

COMO SI SUPIERA

   Pregunté si le gustó. Contestó que no, era antiguo, no era mi estilo.

   —Por qué antiguo?

   Sigue con su diario gallego, ni bola.

   —Tenés un estilo, por ahí parecés Don Juan Manuel del Año 1300.

   Ya agarra la azucarera para tirármela en la cara, era de mi Abuela, qué turra.

   —No te la voy a romper, era de tu Abuela, antigua como mi cuento, según vos…

   No tengo a quién leerle, por eso no lo mando a la mierda. Además él los tipea, para mi blog, yo no tengo la menor…cuando empecé a escribir me dije que nunca publicaría nada, un blog es suficiente. Pero con el tiempo, hasta me escondo para leer y escribir. Una cosa sin la otra, no existe. Hay refugios, la casa es grande, tengo ganas de no perder esta costumbre, la única que me da más alegría que disgustos, pero es lindo pelearle al disgusto. Siempre me gustó pelear…justo se me ocurrió. Voy al campo, que ninguno de la familia aparece, hay unos viejos fieles, con un hijo hacker. Le dejo una nota, que vuelvo en unos días, si le gusta bien y si no le gusta, bien. Entre nosotros está todo bien, como rezan las hipócritas escrituras. Total dice que escribo guarra, que soy lineal, tengo que crecer, ahora también escribo antiguo.

   Me instalé acá, no queda nada sembrado, ni ganado, van vendiendo de a poco, la verdad, me nefrega. Creo que el lunes me fui al carajo, escribí 28 horas y en mitad del sueño se me ocurrió un cierre, lo escribí en la pared, de fiaca, para que no se me piante el sueño. 

jueves, 16 de febrero de 2023

SOY UN NIÑO ABANDONADO

 

   Me dejan sólo las veinticuatro horas del día, Mamá es Médica y trabaja en el Hospital 12 horas, duerme allí. Mi Papá hace guardia 12 horas, también es Médico y hace horas extras. Nunca se encuentran.

   Yo me encargo de todo, limpio los dormitorios, el baño y el comedor. Preparo mi comida mientras miro la tele y después lavo la cocina, seco mi platito. Duermo la siesta cansado. Cuando me levanto riego las plantas del jardín, corto el césped y junto las hojas secas. Saco la basura y miro si se la llevaron, o algún perro rompió la bolsa. Junto los soretes de la vereda, antes que alguien los pisotee. A la noche, como una banana o dos. Cuando no doy más me acuesto a dormir.

   Hoy decidí escribirles una carta: Queridos Padres, les robé un pedacito de rivotril, porque me desperté esta mañana, con muchas, muchas ganas, de acostarme a dormir. Antes me decían niño lindo y bueno. Los extraño mucho mucho. Casi me olvidé de sus caras. Por suerte tengo fotos de cada uno y cuando las miro me pongo a llorar. ¿No pueden pedir una licencia y nos vamos unos días al mar? Necesito que me abracen y me den besitos. Me gustaría dormir en el medio, con Mami de un lado y Papi del otro. También me gustaría escuchar de nuevo: “Niño lindo y bueno”. Se los pido por favor, vuelvan. Espero respuesta.

                                                                   Yo.

 

   Me mandaron una carta por Correo, decía así: Hijo, esto no lo hacemos porque nos echarían del trabajo. ¿Y quién pagaría la Obra Social, los servicios, la comida?, no nos queda otra. Esperamos que comprendas y sigas haciendo lo que tenés que hacer. Hoy o mañana, te mandamos una pizza con Los Mandados. Te queremos a distancia, pero te queremos igual.

                                                               Pa y Ma.

 

   Yo no sé qué se piensan, no haré nada, no quiero ser la Señora de la limpieza, la Mucama, la Cocinera y el Jardinero. Voy a mirar Netflix todos los días, me engancho con una Serie o una Peli repetida, y chau carajo.

miércoles, 15 de febrero de 2023

PASIONES SUIZOCIATIVAS

 

   Su padre era único distribuidor de cera Suiza, en pueblos de la Prov de Bs As, Tornquist, Azul, Vela, Sierra de la Ventana. A su hija, de 25 De Mayo, le dejaba una caja por mes.

   La única pasión de Malvina, era encerar toda la casa y lustrarla con una frazada suiza, mañana, tarde y una parte de la noche. De madrugada miraba el espejo que entre cera Suiza y ella, dejaban en los pisos, su placer era casi orgásmico.

   Como la sociedad manda, se casó con un hombre que no le gustaba para nada, y tuvo tres niños que le parecieron un castigo.

   Cuando salían todos, ella miraba las rayaduras de marcas de zapatillas, zapatones o algún pedazo de pan con manteca, la manteca invertida al piso. Ni los saludaba, los mandaba a comer a lo de los abuelos. Aquellos desastres sobre su única pasión, la hacían tirarse de los pelos, que se volvieron rojos engrasados. El padre comenzó a proveerle cajas industriales de cera Suiza importada.

   La cera nacional, no cubría bien, como todo lo nacional. Para los relojes y la cera, no había nada igual a Suiza.

   A Malvina se le diluyó toda la familia en cera. Llegó a olvidarlos, tenía un vago recuerdo, pero como desaparecieron, para Malvina nunca existieron. Estando en plena tarea, aparecieron del “Ministerio de Personas Perdidas”, ella adujo no conocer ninguno de los nombrados. Declaró que vivía sola con su cera Suiza.

   Había tantas personas perdidas, que éstos pasaron a “Causas Insolubles”, una Ley sancionada hacía tres días. Malvina se puso vieja, pero hasta su último suspiro fue encerado.

   Tantas eran las capas que se  hundió hasta el cuerpo de Malvina.  La casa se embargó, luego de años, la compró una gente del Delta Este. Un matrimonio que odiaba la limpieza, pero sí que estuviera limpio. La mujer estaba encantada porque los pisos contaban con una cubierta de 10.000 capas de cera.

   Mientras vacacionaron tres meses en Europa, tomaron una mujer que se encargaría de la limpieza. Era tan fregona, que se hacía presente a diario, aunque nadie pasara lista. Limpió tanto que en un mes, encontró bajo capas y capas de cera, cuatro cadáveres, una mujer, un hombre y tres niños, fallecidos, como momias cubiertas por capas de cera Suiza.

martes, 14 de febrero de 2023

EN LA CABEZA

 

   —Hijo, tengo que hablarte ─ese tono que usa, me parece de mala espina.

   ─Mami, está esperando un bebé, para que puedas jugar con él y cuando deje el cochecito y aprenda a caminar, vos lo podés sacar a pasear.

   —Me niego a aceptar tu idea, soy un niño lindo y bueno y no quiero tener un hermano. Si fueras más generosa, podés suspender el embarazo. Lo dicen todos los días por radio. Te mandan una pastillita y tenés derecho a un aborto.

   —Mirá, querido yo no soy partidaria de todas esas cosas. Lo que me mandó Dios, lo debo aceptar.

   —Mami, perdoname, pero éstas son cosas de hombres, lo voy a hablar con Papi, cuando vuelva del trabajo. Vos no sabés lo que te espera, yo tampoco sé, pero Papi se va a poner furioso.

   Llegó temprano.

   —¿Papi, sabés que Mami está esperando un bebé? No es hijo tuyo, se lo mandó Dios.

   Papá entró en la cocina como un drone.

   —¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? Sos una mentirosa. Primero le das la noticia a nuestro niño lindo y bueno, si no fuera por él, ni me enteraba.

   Va a nacer una bebé, yo no quiero conocerla, me imagino el olor, cuando haga caca o vomite y Mami le dará la teta. No quiero presenciar nada.

   Conseguí cajas de cartón y las voy llenando con mis juguetes y toda la ropita que tengo, no quiero que ese engendro me use mi ropa, que es una herencia. Cuando terminé de guardar todo, fui bajando las escaleras de a uno. Todo tenía su peso y yo quería disimular.

   Me senté en el umbral de mi casa y tomé un taxi.

   —¿Vos no sos muy chiquito para escapar de tu casa?

   Y entonces le conté la verdad, no me gusta mentir.

   —Va a llegar a mi casa un engendro, que sin conocerlo, ya lo odio el doble, porque además es una bebeza.

   —No sé si me vas a entender, te devuelvo a tu casa, para mí es mucha responsabilidad. Te ayudo a bajar estas cosas, vas a ver qué contentos se van a poner tus papis.

   —¡Qué suerte que volviste!, niño bonito y bueno, te hicimos una broma, Mami no tiene nada en la panza, fue para ver tu reacción.

   —Es cierto, Mami, veo que tu panza está chatita. Pero la broma que me hiciste, indica que no tenés nada en la panza, ni en la cabeza.

lunes, 13 de febrero de 2023

LOS DIGNOS

 

   Hacía una vida recoleta y vivía en Recoleta. Sacaba por las mañanas a sus dos perritos “hueso de pollo”.

   Llevaba una aspiradora del tamaño de un celular con batidora, apretaba una tecla y las pequeñas deposiciones evanescían en la atmósfera de la plaza. Contribuía con el medio ambiente alimentando el aire con mierda, parecía cuidadosa.

   El césped y las baldosas quedaban impecables.

   La vieja tenía un piso inmenso para ella sola. Desde mi lugar, un cuarto despojado, donde tenía un colchón en el piso, un televisor que no funcionaba, unos prismáticos antiguos, podía observar el piso de la vieja, tenía muebles franceses, oropeles inútiles, tan inútiles como ella. Algo en común conmigo.

   Crucé a su edificio y no quité mi dedo del timbre, hasta que abrió la puerta. Le gustó mi insistencia, nadie llamaba a su casa. No me presenté, ella tampoco. Sirvió el “Five o’clock tea” con dados de pan viejo. Las palabras entre solitarios se deslizan solas. Me dirigí al lunar con pelo y le propuse intercambiar viviendas. Bien aburrida debía estar la vieja, aceptó de inmediato.

   Dejó los perritos. En mi edificio estaban prohibidos. Era un placer vivir en ese piso, cuando espiaba a la vieja no pude entender cómo parecía tan feliz con mi covacha. Yo dormía en cama doble, colchón relleno de duvet, una pena que el ebanista no hubiera firmado sus trabajos. Eran Miguel Angel, segunda parte. Los sanitarios estampados daban gusto hasta a los perritos, tan educados que tiraban la cadena y se limpiaban con papel higiénico. Me enteré de la muerte de la vieja, por el portero chusma, como son todos los porteros. La santa me dejó como único heredero del piso y dineros ahorrados en cajas de seguridad bancaria. Fui hasta la Villa 31 e invité a tíos, primos, sobrinos y a mi madre, que había imaginado mi muerte sin aviso. Gente marginal ocupó los cuartos, con bonhomía y respeto al mobiliario y sus oropeles.

domingo, 12 de febrero de 2023

SUBTERRÁNEO

 

   La vi parada ahí, como los Beatles en nuestros ayeres. Cuando la descubrí en el Subte descarrilado, en medio de gritos, confusiones, tragedias, a un paso de ella, huérfana, como antes era un aura. La rodeaban sus propios brazos y piernas, teniendo la mano arrastrando un viejo, un chico en la mochila, todos sus esfuerzos tomados por enfermeros socorristas que preguntaban:

   —¿Son sus parientes?

   Y ella decía que no, con la dificultad de callar que todos éramos parientes cuando el desastre se abalanza. Quedé paralizado al final de la escalera, la tomé del brazo, sentí en ella un borde desmayado.

   Caímos en un Bar y las sillas, nuestro primer descanso, el de ella fue el silencio. La contradicción estaba puesta en mi entusiasmo inmediato a la tragedia. La quise recuperar, como en otro tiempo decidimos perdernos de nosotros. Nunca tuve una relación de pensamientos coincidentes, donde las ideas se nos adelantaran y quererlas como a hijos, cuidando que crezcan juntas.

   Y se amaron nuestras mentes y luego nuestros cuerpos. Ella tomó cuenta de mi mirada y como se dice de los que van a morir, sus ojos pasaron por mis traiciones, perdonadas con nobleza y reiteradas con cinismo.

   Se levantó entera y mientras daba su primer paso, remitió un merecido y salvaje:

   —Esto, es lo último.

sábado, 11 de febrero de 2023

ARGENTINIAN PIE

 

   Para que respeten tu entrada merecida al cajero, dejate el pelo entrecano, el tipo que sale te verá encorvada, no le pongas botox a tus arrugas, es un gasto al pedo. Si sos vieja, se nota, asumilo, te abrirá la pesada puerta, él estaba adentro, vos afuera, le correspondía salir a él, sin embargo, la nostalgia de su Abuela y tu triste figura, al vos decir “Gracias”, él dice:

   —De nada, por favor, Señora.

   Entrá, hacé tu teclado, sacás la mosca que te dejen y alguien, como el Sr anterior, abrirá la pesada puerta para tu salida. No le agradezcas, ya lo hiciste con el otro tipo, tampoco prostituir tus gentilezas. Te vas contenta, podrás pagar tus cuentas.

   Sos una gil ¿cómo tu contento se basará en tu desgracia? Vas a escuchar pasos vertiginosos y te van a tomar por culo, se quedará con la cartera bichoca y afanará tu dinerillo. La cartera te la tira al cordón cuneta, con agua negra del centro. Sucede lo que pasa, mujer y ahora te robaron a vos. Quita tu chalina de hacerte la rica y piantá al café.

   Te sentás cerquita de una vieja concheta y distraída. Mientras ella habla con el gordo de la mesa de atrás, le apoyás la chalina en su carterita, puesta como si no importara. Levantate como si tus ganas de mear te apremiaran, agarrá tu chalina con la carterita de cocodrilo como si la abrigaras. No te apures, caminá despacio. La pituca habla con el gordo, para ver si lo levanta. No fue una putada lo que hiciste, ejerciste tu derecho de buena ciudadana: robás lo que te robaron.

   Y ahora sí, entra al café de target más alto. Pedite un desayuno americano, al mozo ni lo mires, te atenderá mejor. Cuando vuelvas a tu casa, acordate que el bulín es el número cuarenta. El último. Entrá, boluda, si es tu casa, tu guarida mejor dicho. Sacate la peluca y el maquillaje, el vestido colgalo de la percha, donde tenés la campera. No te olvides la remera blanca y los jeans, mírate en el espejo, estás buenísimo, el pelo a la cachetada y prolija la nuca. Te faltan las zapatillas, más yanquis que Trump. Fundamental, el relleno braguetero, te otorga autoridad.

   Tomate un tacho, a la Novena, el Oficial te espera, decile al tachero que se esfume, hay quilombo, te ahorrás pagarle. Al Oficial mostrale la guita que venís afanando en la semana, el tipo tiene códigos, pone la mitad en tu bolsillo y te dice:

   —Ché pibe, tenés que aprender a ir por más. Cuidate, pensá que sos mi potro. No le des el culo a nadie. Lo compré con intereses, si nos casamos o no, después vemos.

viernes, 10 de febrero de 2023

NIÑO LINDO BUENO APRENDE

 

   —Mami, me dijeron que los hoteles alojamiento están cerrados. ¿Por qué los cerraron?

   —Para que no contagien el Covid 19, haciendo esas porquerías.

   —¿Qué porquerías? ¿Las que se tiran a la basura?

   —Niño lindo y bueno, no me preguntes más, acá cerca hay tres y están funcionando.

   —¡Viento!, Mami, por fin los voy a conocer, me parece que soy un poco más grande y ya puedo.

   —Cuando venga tu Padre le voy a contar todo lo que dijiste.

   —Él te va a contar que su mejor amigo, va todos los días y su Mujer no sabe, pero sospecha. Le pidió un favor, cuando él esté en el telo, va a decir que está con Papá.

   —¿Vos lo escuchaste niño lindo y bueno? Porque me estoy volviendo loca de tanto estar loca.

   —Siempre estuviste loca, hasta yo me di cuenta.

   Llegó Papi y le pidió perdón, una vez por semana visitó el alojamiento, para acompañar a su amigo. Yo no le creí y me parece que Mami tampoco.

   —Papi, ¿por qué mentís?, si vas todos los días.

   —Y bueno, no miento, salgo todos los días con la Mujer de mi amigo. Me pide que la abrace, que le dé besos. Se nota que necesita cariño. Igual no pasa de ahí. A veces pasa sin que nos demos cuenta. Es de vez en cuando. Se siente sola con esto del Covid. No me puedo negar, soy un caballero, ella es un desahogo para mí.

   Dijo Mami:

   —¿Cómo vas a sincerarte delante del niño?, sos un animal.

   —Por buena, que la voy a invitar a jugar al cuarto oscuro. Igual, no pasará de ahí.mí no se preocupen, la niña del amigo de Papá, es tan linda y tan…

jueves, 9 de febrero de 2023

BAJO 0°

   Están de moda las monarquías, Reinas, Reyes, Príncipes, Princesas, amantes de todos. Han bajado un poco, sólo un poco al pueblo de las clases medias corruptas, disfrazados de nuevos ricos, con títulos de nobleza, futbolistas, conductores gritones de programas bizarros.

   Hubo: 1° en la terminal de Tandil, se amucharon las personas en situación de calle, había poco diario y se envolvían en frazadas, tan finitas que un diario habría abrigado más.

   Cinco llamados al municipio, para que “haga algo”, justo eso que es lo menos, casi nada, diría, saben hacer. Ningún rico aspirante a rey, se acercó a la hipotermia que pudo matar. Los únicos que movieron fueron los de esas religiones raras, evangelistas, rechazo de muchos. Aparecieron con ollas de comida, los abrigos que pudieron y estuvieron a su lado. No escribo más porque salió en los diarios locales.

   De 140.000 habitantes, sólo se supo de cuatro en la terminal, hasta que los echaron. Cuatro personas, cuatro. La gente se volvió endogámica fanática, llegaron a retorcerse tanto que mordieron sus propias colas y no había suero antiofídico porque hospitales, farmacias y droguerías adhirieron a una huelga de veinte años. ¿Y el Intredente y sus Conejos Delirantes? Los cincuenta mil entre soldados, vigilantes, azulitos, naranjitas y: “Nueve años tengo y quiero ser cana”.

   Decime, Intredente con esa cara de pelotudo que tenés: ¿no podés hacer nada? Entonces andate, abandonen ese municipio de mal gusto y algunos pobres entrarán bajo techo, tienen también la catedral, donde concurren los hipócritas. Es un buen espacio cubierto. Allí hay mucho lugar. Algo es algo. Les pido a las buenas personas de Tandil, que  puedan, hagan algo, algo más que mirar la pelotita.

   Tandil, ¿me avisás, cuando sepas la razón de tu existencia? 

miércoles, 8 de febrero de 2023

EL DUETO

 

   Quiero dormir hasta que el sol me dé en la espalda, que me traigan el café a la cama. Llenar mi baño de espuma blanca y salir hecha un pompón.

    Ponerme un camisón de mi Abuela, amplio, cómodo y de puro gossypium. Tocar el timbre al Vecino, es un papucho que está buenísimo. Pedirle que me seque todo el cuerpo y después un lentito, que lo invito yo, soy su regalo. No una mina que está de regalo, hace lo que quiere conmigo, hasta me lee libros de autores desconocidos, como son los mejores Autores.

   Le pregunté:

   —¿No querés venir a mi casa?

   Él me contestó:

   —Por mí encantado, pero estoy casado. En este momento está durmiendo, no te preocupes, a ella no le importa lo que yo haga, a mí sí me importaba.

   Dejó mi boca tan bien besada, quedó hinchada como si tuviera botox. Pasó el tiempo, se me carrujó la cara. Las tetas me llegaban a la cintura y el culo inexistente pesaba en los tobillos.

   Fui a tocar el timbre al Vecino, con el mismo camisón de aquella vez.

   —¿Me puede hacer el favor de secarme?, no llego a la espalda y menos a los pies.

   Él me secó con caricias de tohalla fina.

   —¿No quiere venir a mi casa?, me divorcié. Tengo una cama libre, sólo para usted.

   Aquella noche me sorprendió, fue igual a la primera. Me dio mucha vergüenza después de aquel lentito. Estaba vieja, cuando se pone la piel blandita.

   —¡Qué bien lo pasamos anoche! Me retrotrajo a la primera. Quiero que se quede a vivir conmigo. Le prometo no molestarla nunca más y juro leerle los libros que más le gustan, escuchar músicas tranquilas, para mirar el jardín. Usted me hizo feliz dos veces. La seguí pensando con belleza, nunca estuve con una mujer, tan entregada a la entrega.

martes, 7 de febrero de 2023

EL NIÑO SIGUE

                      

 

   —Una compañerita del Jardín se puso de novia conmigo. Ni me preguntó si yo quería, pero como soy un niño lindo y bueno, la invité al Cine.

   —Te prohíbo tener novia, a tu edad mejor lavate los calzoncillitos. Olvidate de tu novia y del Cine.

   —¿Mami, vos tenés complejo de Esopo?

   —En todo caso sería de Edipo. ¿Quién es Esopo?

   —Era un filo-sofo que contaba cuentos muy bonitos, son ideales para tu edad.

   —¿Por qué para mi edad?

   —Para antes de dormir, me contás alguno que te hayas aprendido de memoria.

   —Hijito, si hay veces que me olvido de ponerme los zapatos, antes de salir a la calle. No puedo aprender un cuento de memoria. Te puedo contar uno inventado.

   —Bueno, Mami, tratá de ser creativa e inteligente. De eso último olvidate. Dejate llevar.

   —¿Te gustó la fábula?

   —Es para los niños mucho más chicos que yo. Te pregunto de nuevo: ¿No puedo salir con mi compañerita al cine de la esquina?

   —Me dejás sin siesta. Pero prefiero sacar las entradas y llevarlos yo.

   —¿Qué tal la película, la compañerita? ¿Qué hacen los novios en el Cine?

   —¿Cómo querés saber, todo junto o paso a paso? La película tenía una novia y un novio que pasaron toda la película haciendo porquerías, en esas escenas yo le tapaba los ojos a mi compañerita y ella hizo lo mismo, pero me parece que espiaba. Rozamos nuestros brazos sin despegarnos. Después ella me habló en secreto, dijo que quería un piquito. Le dije: ¡No, por favor! Soy un niño lindo y bueno. ¿sabés lo que me contestó?: “Es cierto sos lindo, bueno e imbécil.”