lunes, 6 de febrero de 2023

NOCTURNO

 

   Éramos seis en total, dando vueltas al pedo.

   Apareció la idea del Flaco:

   ─Conozco un lugar dentro del Parque Pereyra. Es una inmensa laguna de donde surgen todos los sonidos de la tierra y a modo de coro...

   Llegamos y escuchamos el coro, pero no percibimos adonde estaban los cantantes.

   ─Aquí ─dijo el Flaco─ si asomamos la cabeza colgando del borde de la tierra ─que habían socavado todo alrededor del agua─ veremos a los genios.

   Así fue, cientos de sapitos, uno al lado del otro, inflando los cachetes, todo alrededor de la laguna.

   Fue el concierto más hermoso de mi vida, los sonidos de la tierra no se olvidan así nomás.

   Del medio de la nada, aparecieron unos canas a caballo.

   Nos preguntaron qué hacíamos. Les contamos todo, hasta se asomaron y uno de ellos largó:

   ─Son unos sapos de mierda y ustedes rajen ya, porque las visitas terminaron.

   Fue una gran pálida, era la época de la represión y mataban a cualquiera por nada.

   Por suerte se fueron. Y todos, un poco temblando, subimos al auto. El Flaco no decía nada.

   Cuando llegamos a la casa, largó algo así:

   ─Pero qué concierto, ¡Carajo!

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