No como, no duermo, no tomo agua no trabajo.
Vivo del aire, papando moscas como predijo mi madre. Lo que no supo es que mi
mejor amigo soy yo.
Hoy tengo sesión con mi psi Oliverio.
─¿Y a qué debo el disgusto de tu visita?
─Querés decir el gusto, ¿o no? Vengo porque
quiero saber quién soy.
─¿Y vos qué pensás que sos?
─Oliverio, no me venga con el mismo verso
que usan todos los psi. Me siento orgulloso de ser yo el tipo más piola del
mundo. Pero ya veo que mi mejor compañero soy yo. Si tuviera que casarme me
casaría conmigo. Tendría una que otra discusión, yo mismo me calmaría. ¿Y vos
qué pensás de vos si pensás?
─Soy un solitario, me place cuando atendí
los pacientes de ese día. Me cansan, me aburren con sus quejidos “cómo subieron
los precios” o “me parece que mi marido me engaña”. Dicen tantas boludeces.
Todos esperan lo mismo, que se caiga este gobierno de mierda. ¿Sabés por qué no
hacemos nada? Yo tampoco sé.
─Me tenés que dar la receta, ¿te canto mi
carnet de osde?
─Mi única receta es que te construyas una
ermita con muchas violetas. Si de eso te alimentás, te vas a dar cuenta quién
sos. Osde no reconoce las violetas, no te harán ningún descuento.
El psi Oliverio está más loco que yo. No voy
a venir más. Prefiero encerrarme en mi casa y sostener una charla conmigo, para
decirme de una vez por todas, quién carajo soy.