Un cirujano fue convocado a realizar una
operación de alto riesgo, trasplante de corazón. El inventor Sueco presentó un remplazo. Usó todos
elementos plásticos, los conductos eran gomas de aspiradora y también alguno de
los juguetes irrompibles de sus hijos. Para quitarle un coágulo que le obstruía
la válvula mitral encontró una aguja de tejer crochet que perteneció a su
Abuela.
Fisuró todo con hilo sisal, decía que era
mejor. Para asegurar el costurón le puso cinta de embalar esterilizada. A la
semana, el paciente fue dado de alta y regresó a su hogar.
Afuera había periodistas de televisión,
fotógrafos y demás molestias. Inclusive fue el Doctor Sueco, ese era su
apellido, no era sueco de Suecia, ni siquiera era Médico, arreglaba autos y
motos, por eso sabía tanto.
─¡Qué va a saber!, es un animal. Me están
saliendo tornillos, mi mujer está contenta, por recuperar la manguera de la
aspiradora.
Mi corazón seguía latiendo.
El Doctor Sueco invadió todos los medios. En
mitad de un homenaje al Doctor, el paciente lo interrumpió.
─¿Sabe una cosa Doctorcito? Me estoy
quedando sin corazón y pensé en un trasplante, que no sea de juguete.
─¿Y está en lista de espera?
─Sí, estoy esperando que mi nuevo cirujano
done el corazón del Sueco y me saque las porquerías que me puso adentro.

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