Parecía un fleco Miss Dent, pero con su
dignidad a salvo. Dos personas entraron a la sala de espera, ninguna reparó en
ella.
-
El souvenir llevalo vos-. Dijo el anciano.
El pasado de la mujer estaba escrito en
su aspecto. Denostaba a su anciano marido, un hombre distinguido, de cabeza
augusta. Llevaba un traje impecable, si no fuese por la manga derecha ausente y
ningún botón en su saco. Como si un tiburón hambriento hubiera intentado
devorar su elegante traje.
-
Mirá lo que sos, un anciano libertino, con pinta de vagabundo, más el valor
agregado del alcohol bebido, como si fuese agua. El souvenir llevalo vos-.
Mientras ella hablaba, sin detenerse, él
se quitó una media y colectó su pelo blanco, en un rodete prolijo. Ella tenía
pestañas postizas rodando por sus mejillas y el rouge desplazado hacia el
mentón. Fue el compromiso de una sobrina nieta, al que fueron invitados.
Ella siguió con sus arengas. – Tu querida
sobrina nieta nos convidó cocaína, notó la euforia que nos produjo. Para
aplacar aquello nos convidaron cigarrillos de marihuana. Trastabillamos en la
piscina y caímos dentro. El rescate lo hicieron tres bestias que vieron
nuestros atuendos rotos. Se reían al ver dos viejos drogados, mojados y
semidesnudos. El souvenir llevalo vos-. El anciano le recordó que eran jóvenes,
así se divertían ahora. –Fijate que a mí se me tiró encima una niña de veinte
años y pretendía hacer el amor ¡pobrecita! El souvenir llevalo vos-.
La mujer confesó que tuvo una excelente
relación, con un joven, que elogió su cuerpo de Venus.
-
Te ganaste un admirador, el souvenir llevalo vos. Recibilo como un premio-.
En un rincón de la sala de espera del
tren estaba Miss Dent, escuchando todo, pero mirando hacia otro lado. Los
viejos la advirtieron tarde, ella debió escuchar toda la conversación. Cuando
llegó el tren, el anciano dio paso a su mujer y luego a Miss Dent. Durante el
ascenso le amasó los glúteos. Miss Dent tuvo ganas de contarles su historia.
Cuando el primer rayo de sol le cerró los ojos, durmió, con el souvenir de los
viejos encerrado en su cartera.