martes, 31 de agosto de 2021

LOS ATENCIO (Parte V)

 

   Abrió la puerta Prudencia y se encontró con un desconocido muy apuesto. Ella le puso el bombín en el perchero. Lo obligó a quitarse el saco y la corbata, los apoyó con delicadeza. Se dio vuelta y le preguntó:

   ─¿Vos no serás Archimboldo Atencio?

   ─Él mismo, ¿en qué le puedo servir?

   ─Obvio, en lo que habíamos quedado.

_._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

   Pasaron quince años, desde que concertamos con Electra la compra de la casa.

   Cuando entramos por primera vez, estaba la puerta cerrada, pero sin llave. Abrimos todo para ventilar aquel desastre. Nos dio terror cuando vimos la araña de cristal hecha añicos y una mano asomando bajo el escritorio. La mano era huesos. Las telas de araña pesaban como un acolchado. Un viento providencial se llevó todas las telas de araña.

   Electra entró en lo que sería su dormitorio, yo ocupé otro dormitorio lejano. Nos veíamos a la hora de comer. Quedamos en encontrarnos en la misma casa.

   Nunca podíamos porque había tantos vericuetos, puertas y ventanas que se abrían y se cerraban todo el tiempo. Las tapamos con cortinas de junco. Nos fuimos a vivir a dormitorios contiguos.

   Los ruidos extraños seguían y terminamos durmiendo juntas. Mandamos a lavar los lienzos que cubrían todos los muebles. Como quedaron blancos los volvimos a cubrir. Desde el sótano provenían las voces de los tres hermanos. El Viejo Atencio decía:

   ─Nos están invadiendo otra vez. Parecemos Armenia.

   Esperamos que fuera de día y bajamos al sótano. Estaban los tres viejos sentados, hechos huesos. Hablaban delante nuestro como si no existiéramos. Me atreví a tocar a la que fuera Prudencia, no sentí nada, parecía transparente, a Electra le pareció lo mismo.

   Decidimos meter los huesos en tres bolsas de consorcio.

   (Continuará)

lunes, 30 de agosto de 2021

LOS ATENCIO (Parte IV)

 

   Otra de las maldades de las hermanas, consistió en buscar una caja de cartón, donde estaban las partidas de nacimiento de los tres. Allí se enteraron que su hermano era adoptado, su nombre de pila: Archimboldo.

   ─Con razón no se parece en nada a nosotras, que somos inteligentes y él, burro.

   ─Le vamos a dar la noticia, dejame que hablo yo.

   Lo llamaron para comer.

   ─¿Sabés que sos adoptado?

   ─Bravo, ahora que no somos hermanos le voy a pedir a Prudencia que esta noche me venga a visitar, desnuda y en camisón.

   ─Ni en pedo, primero que te estiren la cara y otras partes del cuerpo también, si vos los considerás tus colgajos. Cuando termines, hablamos.

  Modesta:

   ─¿Cómo?, ¿no era que me tocaba a mí?

   ─Tendrás que pasar por pruebas dolorosas por cierto, pero queremos saber tu umbral de dolor ─dijo Prudencia con gesto perverso ─para probar tu hombría, según el resultado tendrás derecho a las dos.

   Lo llevaron al sótano, siguiendo una frase conocida: “las paredes oyen”, le hicieron sacar la lengua y vertieron caramelo hecho a fuego medio, con cien gramos de azúcar. Archimboldo gritaba de dolor, sus gritos llegaron a la Catedral. Para aliviarlo le pusieron tres cubitos de hielo en la boca, pero las ampollas superaban al hielo.

   Dejaron pasar un día y bajaron al sótano. Lo sometieron a tomar un vaso de agua con cien pastillas laxantes.

   ─Vení conmigo y tomate este vaso de agua que interrumpirá tus flatulencias constantes.

   En dos horas, cubrió los pisos con sus deposiciones y después pasó al jardín. Tuvieron que poner maderas en todas partes, para no pisar aquello. El olor era tétrico, usaron perfumes franceses para disimular.

   ─Pasé por todas las pruebas, ¿ahora puedo estar con alguna de las dos? Cualquiera es lo mismo.

   Esto lo decía con la lengua por el piso del lugar. Cuando se compuso de la lengua, siguieron los estiramientos de la piel. Los resultados fueron inesperados.

   (Continuará)

domingo, 29 de agosto de 2021

LOS ATENCIO (Parte III)

 

   Las hermanas se llamaban Prudencia y Modesta. La primera que murió fue Prudencia, la escritora. Dejó unos papeles relatando la vida de sus dos hermanos. Nunca se llevaron ni mal ni bien, es decir, no se llevaban.

   El Señor Atencio cambió sus velas por un candelabro de treinta velitas. Dijo Modesta:

   ─No sé para qué tantas velas, ¿pensás incendiar la casa?

   El hermano la miró con desprecio:

   ─A vos te llaman Modesta, un nombre contrastante, porque lo menos que tenía su hermana era hacer ostentación de virtudes, de belleza, de talento para todo, hasta para aprender la danza del caño.

   Con eso sacaba buenos dividendos, lo hacía con caños oxidados. Los vecinos construyeron un tinglado a las puertas de su casa. Se presentaba de noche, día por medio. Hacía también movimientos de cadera, independiente del cuerpo, estilo oriental, allí la ovacionaban. Su público era masculino y se hicieron adictos a las funciones. El óxido del caño la lastimó, se le infectó y cerró sus piernas definitivamente.

   El Señor Atencio pidió que se llevaran el tinglado y por fin respiró.

   ─Te odio, Modesta, por lo que hiciste. Te voy a llevar a tu cama entre mis brazos. Lo haré por la Prensa que nos están sacando fotos y así borrar tu descaro. Parecía que estabas muerta, era cierto.

    Para el Señor Atencio, su hermana estaba muerta.

    El Señor Atencio en vez de escuchar Misa, leía el diario que le había robado a su vecina. La Misa lo aburría.

   ─¿Te confesaste?, ¿comulgaste? Y al final, ¿sos católico o no?

   Él contestó de inmediato:

   ─No. Fue para salir de casa un rato. Nos hemos gritado tanto en esta última semana. Empezar de nuevo me hastía, mis hermanas que se arrancan los pelos a cada rato, o cuando jugamos a correr. Siempre soy el último, pero tengo 99 años, se ve que a esta edad más que limpiarse el culo no se puede hacer otra cosa.

   ─¿Y vos que nos corrés con una soga y a veces la acertás? y un sogazo ligamos.

(Continuará)       

sábado, 28 de agosto de 2021

LOS ATENCIO (Parte II)

 

   Fui a visitar a la mujer del Cerrajero, llamada Electra y le pedí perdón.

   ─Sí, te perdono, pero yo me quedé sin Marido, además, ¿por qué lo metieron en su bóveda? Nosotros tenemos un cajón que lo hicimos entre todos y le daremos santa sepultura en un predio lejano del Cementerio.

   ─Para elaborar la muerte de su Marido, va a llevar un tiempo. Quiero que sepa que la quiero mucho y contarle la historia de su Marido, donde empezó nuestra amistad. Lo llamé a él para poder dormir tranquila. Cuando llegó empujó la puerta con toda su fuerza. Me caí contra la pared. Su marido me puso sobre la cama y traía trapos mojados para mi cabeza. De la cabeza hasta los pies me pasó un trapito. Se tiró a mi lado y después encima. Fue una fiesta, Electra. Hizo dos llaves de bronce, una para él, otra para mí.

   ─Entonces vos fuiste su amante y recién ahora me doy cuenta del porqué de sus furtivas salidas.

   ─¿Y si compramos la casa de Atencio?, la mitad la pagás vos, la otra yo.  

   Ella tenía el dinero en mano, yo lo tenía en un bolso de hacer los mandados, me lo regaló el Viejo Atencio. Debido a mis atenciones me preguntaba: “¿Y si hoy tomo unas pastillitas de viagra?, ¿me permite visitarla?” Le vi esa cara de pasa de uva y le propuse que se tapara todo el cuerpo, menos lo necesario. Igual fue un asco, me quedé con su Marido.

viernes, 27 de agosto de 2021

LOS ATENCIO (Parte I)

 

   Diagonal 73 y 48, la casa era una pieza monumento. Tenía una planta octogonal y escaleras con descanso. Barandas en la entrada de mármol que parecían un abrazo a la casa.

   Dos cipreses centenarios custodiaban la puerta como mascarones de proa mirando hacia la Plaza Moreno, con desafío. Volvía del Colegio y toqué el timbre tres veces, nadie me atendió. Hice sonar las aldabas y abrió la puerta una viejecilla.

   ─Disculpe Señorita Atencio, quería hacer un recorrido por su casa, voy a estudiar Arquitectura.

   ─Pase mijita, que hace frío, no hay calefacción. Te cuento, consta de primer piso, segundo, tercero, un subsuelo y un mirador. Si querés podés mirar toda la casa, yo te acompaño como chaperona.

   Ni bien entré pisé un mandala rodeada de velas prendidas. A medida que subíamos seguían los caminitos de velas. Eran tres viejos altos y delgados. Las dos hermanas me invitaron a tomar el té.

   ─De ninguna manera, ¡aquí no entra nadie!─dijo el Señor Atencio.

   ─Dejala tranquila, pensá que su Tesis será sobre esta casa.

   El Viejo dio la vuelta y desapareció.

   Mientras tomaba té frío, miraba la vajilla craquelada, tantos años en su función, parecían deshacerse entre las manos.

   El Señor Atencio tocaba el piano en el subsuelo, los muebles de ese lugar, estaban cubiertos de telas agrisadas. El Viejecillo arrastraba el codo sobre las telas y dejaba sólo el teclado a la vista.

   La Señorita que escribía, tenía un sólo lugar para ejercer su oficio. Había una araña de cristal que pendía sobre su cabeza. La araña insecto, tejió una tela que llegaba a las paredes. Una pérgola de diferentes tamaños.

   Cuando la araña se cayó la escritora murió.

   El Señor Atencio le dio trabajo a mi amigo Cerrajero, con diploma. Empezó por las de abajo. Quedaron perfectas, usó el bronce que ya tenían e hizo una adaptación. Cuando llegó a la última cerradura era de noche. Tanto entusiasmo no le permitió ver que estaba encerrado. Gritó todo lo que pudo, hasta quedar sin aire. Por la mañana el Cerrajero estaba muerto, murió de miedo.

   Hasta los cipreses lo lloraron, o tal vez los que lloraron fueron los murciélagos que dormían entre sus ramas. El Señor Atencio pidió una dispensa para poner los finados en la Bóveda Familiar, que quedaba en su jardín.

   Fui otra vez:

   ─Lamento estas contingencias, si necesitan algo estoy a vuestra disposición.

   Fui a La Plata, hace tres días, después de no ir durante diez años. La casa Atencio tenía un cartel de chapa oxidada que decía: Se Vende.

   Los cipreses fueron sacados de cuajo y en su lugar crecieron strelitzias.

    (Continuará)  

jueves, 26 de agosto de 2021

CHUSMA

 

   ─Mami, ¿sabías que Papi va a comprar una quinta, de regalo para vos?

   ─Este hombre quiere que lo mate, ¿cómo no me va a consultar?, llevamos una vida ahorrando para que él los dilapide en una quinta. Hasta nuestros enemigos, volverán a ser amigos por el puro interés de usarnos la pileta, llevarse kinotos, higos, ciruelas.

   ─Llegás tarde como siempre, ¿con qué dinero compraste la quinta?

   ─Me hice socio de mis enemigos, la compramos entre los seis.

   ─Papi, acordate que los hijos de Belén hacen pis y a veces caca en la pileta. En un día de 39 grados hay que vaciarla, desinfectarla y luego llenarla. Belén y su Marido también hacen pis en la pileta. No se dan cuenta que vos ponés un líquido especial que los delata cuando aparece una mancha blanquecina que los rodea.

   Dijo la Madre:

   ─Yo no quiero ni ver a esa gentuza, en la quinta.

   Preguntó el niño:

   ─¿Mami, qué quiere decir “gentuza”?

   ─Que no son iguales a nosotros, que somos personas distinguidas y de ninguna manera esa “chusma” va a invadirnos. Son seres deleznables que vienen con olor a chivo y pasan la ducha de largo, embarran todo el piso.

   El niño la miró con ojos brillantes.

   ─Ah, se me ocurrió, ¿y si compramos una pileta de lona y vamos de vacaciones a lo de los Abuelos? A mí, que soy un niño bueno y bonito me da lo mismo que sea de lona o de material. ¿Puedo invitar a una amiguita de la escuela? Mis compañeros dicen que está buena. La quiero ver en bikini, tiene diez años más que yo. Papi va a flashear con lo que le gustan las pendejas.

   Dijo la Madre con ira:

   ─¿Qué es lo que estás diciendo?

   Contestó el niño:

   ─Estoy diciendo la verdad, después de tantos años juntos, deberías saberlo.

   Increpó la Madre:

   ─¿Qué cosa debería saber?

   ─Qué le gustan las pendejas, a mí también me gustan, no me explico cómo a vos no te gustan.

miércoles, 25 de agosto de 2021

NOS PUEDEN VIOLAR

 

   ─¡Tantas botellas de vino!

   Iluminó con la linterna y había cuatro niños dormidos. Los arrastró hasta su camioneta y los cubrió con una lona. A la madrugada los metió en una cabaña y los encerró con doble llave.

   Cuando despertaron, trataron de abrir la puerta pero no pudieron.

   Los niños escucharon voces del afuera:

   ─Se pueden vender muy bien, lindos, rubios de ojos celestes. En Paraguay hay muy buenos compradores.

   ─¿Escucharon? Nos van a vender, son traficantes de niños. Dicen que nuestro destino va a ser Croacia.

   ─¿Y qué harán con cuatro niños?─preguntó el más chico.

   ─De todo nos pueden hacer, sacarnos fotos desnudos, castigarnos, filmarnos y hasta podrían revendernos.

   Por una ventana tiraron ropas limpias, de buena calidad y desde afuera nos gritaron que nos vistiéramos y saliésemos. No pudimos ver nada, porque nos vendaron los ojos con cinta de embalar.

   Después no sé qué pasó, tomamos pastillas y nos despertamos en Croacia. Ahí nos arrancaron las cintas de embalar y perdimos las pestañas y las cejas.

   ─¡Por favor, no me lleven!, tengo mucho miedo.

   ─Es la segunda vez que nos despertás, tenemos que disfrutar nuestra carpa frente al mar, por primera vez los cuatro solos, flor de aventura. Y vos tenés pesadillas que son un espanto, no nos cuentes nada. Es de noche, tomemos las botellas de vino, la mejor manera de dormir tranquilos, por lo menos hasta que nuestros padres nos busquen, desesperados.

   ─Nadie nos está buscando. Si somos huérfanos los cuatro.

viernes, 20 de agosto de 2021

QUERIDOS LECTORES:

 

Por tres o cuatro días no subiré cuentos a este Blog, lo impiden mis ocupaciones. Un abrazazo de Patricia.

VILES

 

   Ni bien entraba a la Clase, era costumbre pararse al lado del pupitre y decir:

   ─Buenos días Señora Profesora.

   ─A mí no me vengan con esas cosas, dejaron de tener vigencia, por lo menos para mí. Vamos! Vamos!, rompan filas y hagamos un círculo para hablar de nuestra historia. La consecuencia lógica de la época en que vivimos, nos hace olvidar de ciertos detalles, que aunque sean detalles, son los más importantes.

   Alguien levantó la mano:

   ─La Jabonería de Vieytes, me recuerda a la Casa de Gobierno en la actualidad. Con la diferencia que ellos parecen que dijeran y al final no dicen nada. Nos dejan en tinieblas, nos dictan una cosa un día y al día siguiente se esfuman con nuestro dinero, que lo multiplican gracias a nosotros. Para ellos somos menos que nada. Regalaron Argentina o la vendieron, todos lo sabemos. ¿Luego vendrá otro Gobierno mucho peor que el anterior?

   ─Fue muy interesante la exposición de su compañero. Yo no habría dicho ni la mitad de lo que acabamos de oír. Quiero agregar que tenemos que luchar, formar grupos de lectura y discutir. Hay algunos que prefieren ignorar lo que pasa y lo que pasó. Hay que comprenderlos, les lavaron la cabeza y de eso no se vuelve. Para la Clase que viene quiero que usemos todos los datos que tenemos para estar tan locos, tan confundidos, tan resignados, tan tristes y lo peor “paralizados”. Sugiero que visiten alguna Villa y después me cuentan lo que vieron.

jueves, 19 de agosto de 2021

CLASES PRÁCTICAS

 

   ─Todo me viene bien.

   ─Si diste mal todos los exámenes, ¿cómo me decís que todo bien?

   ─Sí, rendí mal, todo bien. Prefiero todo bien a todo mal, tomé un micro equivocado, pero igual está todo bien.

   Mis Viejos me querían castigar, todo mal. Ya soy grande para que me digan lo que tengo que hacer. La Maestra es la culpable, que oculta el pizarrón con sus glúteos enormes, por eso no puedo aprender nada. La hipócrita de la Maestra dijo ante mi fracaso, que igual estaba todo bien.

   ─Mire, Señorita, si desaprobé no es mi culpa. Lo único que me interesa es su culo, cada día me gusta más.

   Ella me consolaba diciendo:

   ─Si a vos te gusta mi culo, a mí me gusta tu bragueta.

   Estamos completos, pensé. Llegó una hora más temprano para estar conmigo sola. Saqué todo del escritorio y lo tiré al piso. Le pasé el borrador del pizarrón sobre el escritorio, para que la gorda no se deslizara. La doblé contra el filo del escritorio y allí comenzó la función, que terminó con la llegada de mis compañeros. Me senté en mi mesa y ella en el escritorio. Ella estaba a medio vestir y yo con la bragueta abierta.

   Así empezó su Clase:

   ─Les quiero decir que lo mejor es tener sexo. También es el alma, que está sobre el sexo y el corazón, el perdonatodo. Vos, el tercero, tenés la virtud de hacer el amor muy bien, mejor que un adulto, mejor que mi Marido. No vas a pasar de año, para poder estar conmigo el año que viene. Igual en las vacaciones nos podemos divertir.

   Todos los días con aquel culo pesado nos pudimos echar unos polvazos, pensé en algunos cambios, yo abajo y ella arriba. Era tan pesada que no pude. Me dejó incrustado en la colchoneta del gimnasio. Les conté a mis Viejos y la denunciaron por abuso de menores.

   ─Yo no lo abusé, él quiso. Como quisieron mis cuarenta y cinco alumnos. Estoy muy satisfecha con mis alumnos. A ustedes, que son los protagonistas, ¿qué les pareció?

   ─¡Todo bien!

miércoles, 18 de agosto de 2021

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COVID-19

 

   Las restricciones me cansaron. Llevar el barbijo puesto, tener las dos vacunas. Que seamos todos descartables. Hoy no puedo salir de mi casa, serán cuarenta y cinco días. La gente anda triste e indignada, nos mataron la esperanza.

   Estar libre, caminando como un sonámbulo. Le pedí a mi Jefa seis días de licencia. Pidió que no la dejara sola tanto tiempo. Yo, como secretario le manejaba la compu con textos de mandatos improvisados. Cuando me despedí le cayeron dos lagrimones. Fue un honor para mí que llorara.

   Me despidieron por exceso de personal. No la vi más. Pasaron tres años y por casualidad tropecé cara a cara con ella. Me dijo:

   ─Sos un ingrato, te esperé ansiosa, me despidieron por exceso de personal.

   ─No te pongas mal porque yo pasé por lo mismo, vení que te doy un abrazo.

   Aquel abrazo se hizo eterno, demasiado para lo poco que nos conocíamos. Era una chica muy sincera:

   ─Quiero que vivamos juntos.

   Le contesté que no y me lo discutió:

   ─Te estás perdiendo todas las cosas que tengo para vos.

   Pensé en esas cosas y la extrañé, pero como hago y deshago, mañana mismo me presentaré en su casa.

   Tenía los ojos edematizados de tanto llorar, luego se puso anteojos negros. Hicimos una ceremonia íntima, sin amigos ni Padres ni nadie. Mi Primo nos casó de mentirita. Después nos fuimos a la cama. ¡Qué cosas tenía para mí aquella mujer! Cosas desconocidas, con esa cara de tonta, qué raro que supiera tanto.

     Ella me quería, me contó la verdad de lo que pasó:

   ─Estaba sin trabajo y sin dinero, no tuve otro remedio que ser una prostituta.

   ─Me gustan mucho las prostitutas. Vayamos a prostituirnos en la cama. Y así estuvimos, meta y ponga todas las noches, antes que el Covid-19 nos matara.      

martes, 17 de agosto de 2021

LA VENGANZA DEL INCA

 

   Había dos patrulleros en medio del asfalto, como nunca pude dormir en un ómnibus, las luces me cegaron, todas en dirección a mis ojos. Entraron dos gendarmes que se llevaron una mujer, con unos bolsos de verdura.

  Cuando pasó a mi lado dejó tres bolsas de azúcar en mi falda. Le agradecí, para mis adentros, aunque fuera delincuente. Pidieron a todos los pasajeros documentos, las dos vacunas, los barbijos y a la voz del Gendarme Mayor, se fueron.

   Cuando llegué a mi rancho, mis cinco hijos lo estaban blanqueando.

   ─Chicos, conseguí azúcar. Eran los últimos tres kilos que le quedaban. Es algo más larga la historia. Para resumir los convido con una cucharada de azúcar.

   El más grande abrió el paquete y llamó a sus hermanos, todos la conocían, era común en los boliches de mostrador largo, incluso en el corto del Almacén de Ramos Generales. Hacían líneas derechitas y le daban una pajuela para el que quisiera. Nosotros vimos los resultados, los chicos se aceleraban y llegaban a ponerse violentos. Los fines de semana, los asistentes crecieron en número.

   Los cinco hermanos decidieron comprar bolsitas chicas de nylon transparente. Empezaron a vender y les llevó tres años vender todo. Al finalizar tomaron un ómnibus a cualquier parte, pero lejos, bien lejos. Había dos patrulleros cruzados con toda clase de luces que no permitían mirar.

   ─Son todos chicos, no vale la pena revisarlos, además hoy trabajé demasiado, pueden seguir.

   ─Sargento, necesito decirle la verdad: se cortó lo que se daba, ya no tenemos nada.   

lunes, 16 de agosto de 2021

VOS ME VISTE

 

   ─Pedime lo que se te antoje, para eso estoy yo.

   ─Quiero una casa de seis habitaciones, tres baños, uno para el primer piso, otro para la planta baja y el tercero para el fondo. Cuando vengan nuestros amigos, se cambiarán de malla allí. También se pueden secar hasta los pies, donde les compraremos pantuflas para salir y no embarrar nada. También quiero una pileta redonda, forrada con malaquitas, de tres metros de profundidad. Que haya calefacción central y una piletita de hidromasaje y...

   ─No podés hacer lo que se te antoje, yo apenas compré un departamento interno, de una habitación y en lugar de una cocina pomposa, tendremos un anafe. La vajilla la lavaremos en un baño compartido Pero tiene separadores, nadie te podrá mirar.

   ─Bueno, viviremos ahí, yo te sigo donde vayas, aunque tengamos que vivir bajo una ochava y dormir a la intemperie. ¡Qué lindo! Podremos ver la luna y las estrellas, decime una cosa ¿vos me viste cara de boluda? Si los precios te quedan grandes, andá buscándote otra pareja y demos fin a esta discusión bizantina.

   ─Cuando mirás a mis amigos, te gustan todos y encima les hacés caritas. Me imagino tus pensamientos: “el próximo que consiga deberá tener mucho dinero”. Sólo una zorra podría tener esas expectativas.

   ─Bueno, no nos pongamos violentos, me lo digo a mí misma. Dale, apurate, mañana laburo me tengo que levantar temprano. Tu departamento interno nos espera. Abrazame fuerte esta noche, ni sueñes que es para hacer el amor. Es para abrigarme y dejar de tener frío. Esta pocilga no tiene ni una estufa eléctrica. ¡Uy!, se cortó la luz. ¿vos pagaste la última factura?

   ─No, me olvidé.

domingo, 15 de agosto de 2021

PEDRO

 

   ─Y si son tan buenos, ¿por qué todavía estoy atada?

   ─Es por tu seguridad, te están buscando y tu Madre no quiere que pierdas la vida.

   ─Si yo no hice nada, quiero saber quiénes eran esos tipos que me encerraron. ¿Vos no sabés nada?

   ─Fue tu Marido el que los mandó, es un mafioso. Los mismos tipos que te raptaron a vos y lo mataron a él.

   ─Ahora entiendo un poco más, era un empresario que en vez de trabajar, sustraía. Tenía un  alto cargo en el Gobierno, la Justicia hacía la vista gorda. Y claro, yo era muy joven cuando me casé con él. Él muy viejo para casarse conmigo. Teníamos una casa en Puerto rico, viajábamos en una avioneta alquilada. En el verano íbamos a EEUU, muy seguido, como si fuera un trabajo. “Pedro, este es el décimo viaje que hacemos, al menos decime de qué se trata”, él me pegó una cachetada y me llevó ambas manos hacia atrás.

   ─Vos quedate en el molde, si te preguntan no le cuentes nada a nadie.

   Yo pensaba que el viejo era un psicópata. Entonces le pedí el divorcio y me lo negó. Cuando el Viejo se murió, empezaron las amenazas telefónicas, comenzaron a seguirme dos autos negros. Me detuve, me bajé y me acerqué:

   ─De los negocios sucios de mi Marido, yo no sé nada, les pido por favor que no me sigan más.

   Logré que no me siguieran. Y empezaron los porqués, los cómo, los cuándo.

sábado, 14 de agosto de 2021

EL VUELO

 

   Todos sus hijos estudiaban en Bs As y su Mujer pasó a mejor vida (o peor, no sabemos).

   Enrico volvió de caminar sus cuatro kilómetros diarios. Todo el camino sintió aleteos alrededor. El helecho plumoso se había expandido formando pérgolas naturales. Había un camino marcado por las caminatas de Enrico. Pensó en los helechos que lo rodeaban, había brisas entrometidas que hacían un aleteo parecido al que escuchó antes. Entró a su casa sin llave, era un sitio seguro, una cuadra de Vecinos donde se dejaban puertas y ventanas abiertas.

   Se sirvió un vaso de agua, lo dejó por la mitad. Entró una mariposa azul tornasolado y libó en el borde del vaso. Abría y cerraba las alas mostrando su color azul que a Enrico lo dejó torno soleado. A veces se posaba en una de sus orejas y otras descansaba en su hombro. Dormía en la mesita de luz. Cuando Enrico iba al baño, lo seguía hasta ahí, pero cuando se duchaba, se retiraba de inmediato. Planeaba en el comedor, salía por una ventana y llegaba al jardín de las delicias. Enrico cultivaba toda clase de flores, tenía semillas extrañas que le mandaban de Brasil y Misiones.

   La mariposa aleteaba todo el tiempo, parecía que quisiera elegir bien, por fin libaba en las flores más gustosas y allí se detenía haciendo apenas un aleteo silencioso y concentrado.

   Enrico fue a la Estación de Micros porque llegaba uno de sus Hijos. Lo interceptó la Señora de al lado:

   ─Qué milagro lo que ocurre en su jardín, esa mariposa tan grande, tan suave, ¿usted sabía que no hay que tocarles las alas porque se mueren enseguida? ¿No me la regalaría, Señor Enrico?

   ─No! Es mi mascota, la única compañía que me ha quedado.

   ─Le voy a presentar el regalo que le hice ─dijo la Vecina que trajo de su casa un álbum.

   Cuando Enrico lo abrió le temblaron las manos. Había veinte mariposas extendidas y pinchadas con alfileres, la Vecina le dijo:

   ─Ésta la hice para usted, para que siempre la tenga presente.

   Cuando Enrico la miró, era su propia mariposa azul tornasolada. Le quitó los dos alfileres y los introdujo en cada ojo de la Señora Vecina.

viernes, 13 de agosto de 2021

SIN TURISTAS

 

   Un Ermitaño que pasó veinte años dentro de su ermita, no comió, ni bebió nunca, se sentaba en postura de yoga y dedicaba su tiempo a pensar. Vivía en un lugar tan inaccesible, hasta que un día lo descubrieron. Le hicieron una casita de madera y él la miró con desprecio.

   ─Este lugar lo construí yo, escarbé la tierra durante tanto tiempo, logré hacer una ermita y me encuentro conmigo que soy la mejor persona que conozco.

   Hablaba cinco idiomas, pudo hablar con todos los que lo visitaban. Había una joven que pasaba todos los días para charlar en su idioma:

   ─Señor Ermitaño, quiero hacer una ermita al lado de la suya. ¿Le parece mal?

   ─Y mirá, muy bien no me parece, pero eso lo construí arañando la tierra, quiero volver a mi silencio, te pido que no me hables.

   A ella le pareció perfecto, quería acallar sus pensamientos, estaba en pleno estado de confusión. El Ermitaño la espiaba, ella tardó dos años en terminarla y el ermitaño solo salió para felicitarla. Después no salió más.

   Un día ella lo fue a invitar para que conociera su ermita por dentro, él quedó admirado y ella agradecida por sus elogios.

   ─¿A qué podemos jugar?─dijo el Yogui.

   ─A mí se me ocurre una idea, revolcarnos en el barro, correr a buscarnos entre los árboles y ahí nos damos un abrazo.

   ─No tenés una idea, tenés tres.

   ─Pienso que nos haremos reposados en tierra y los turistas que vengan…

   ─No, no, no. Yo no quiero ningún turista por aquí, bastante que te acepté a vos.

   ─Hay cientos de cosas para hacer, usted está aquí desde hace veinte años. Y si ahora tiene cien, quédese tranquilo porque no se nota para nada. Es más, lo invito a dormir en mi ermita.

   El Yogui dijo que sí.

   Sintió el olor a papas fritas a milanesas, a pan recién horneado. Se le despertó el hambre y comía y engordaba. Tomaba agua todo el día.

    En el fondo le dio miedo que la comiera, pero no fue así. Hicieron el amor y el Yogui se puso al día.

   Apareció el Novio de la Joven. Encontró al Ermitaño y lo hizo astillas. Ella preparó una fogata e incendió las astillas, en vez de salir llamas, el fuego dibujaba el nombre de su amada, decía: Te quiero, te amo, te extraño y te pido por favor que no te cases con ese tipo, tiene cara de traidor.

jueves, 12 de agosto de 2021

ENTREVISTA

 

      ─¿Lo puedo llamar Federico?─me pareció uno que se paga a sí mismo, o bien un pagado de sí mismo. Entonces lo empecé a llamar Director.

   ─La primera pregunta que debo hacerle es cuántas películas filmó.

   ─Recuerdo las que me gustaron, es difícil gustarse a sí mismo. La última película me dejó satisfecho, descubrí cosas que no había pensado antes. Un mar hecho con nylon negro que se movía como las olas.

   ─¿Y cuál era el objetivo de su última película?

   ─Carezco de objetivos, filmo lo que me interesa filmar. Los objetivos te llevan a un sólo lugar.

   ─¿Y qué le interesa de sus películas?

   ─Me complacen los finales que guardan esperanza.

   ─¿Y a usted le parece que en este momento existe la esperanza?

   ─Para mí sí, para los demás no sé. Tengo una mujer que se llama Giulietta, me ayuda y me perdona todo, hasta que le meta los cuernos por largos tiempos. Giulietta me espera, tiene la rara cualidad de saber esperar.

   ─¿Y cuando le presenta sus amantes?

   ─Hace como que no existieran. No quiero hablar de mi vida personal. En más de la mitad de lo que filmé, tenía entre mis colaboradores uno que no le gustaron mis finales. Y como era el hijo del hijo de cualquier empresario, logró filmar lo que quería. Discutimos demasiado y preferí retirarme. De todos modos mis auspiciantes, dejaron de aportar para mi película.

   ─¿Y usted qué hizo frente a tal oposición?

   ─Le pregunté a Giulietta, a ver qué pensaba y dijo: “Yo pienso que tendrías que mandarlos a la mierda”.

miércoles, 11 de agosto de 2021

GRACIAS TÍA

  

   Margarita decía que tenía dos piedras preciosas de la Reina Isabel de Inglaterra. No fueron un regalo de la Reina, sino un robo descuidado de Margarita que vivía en la pobreza.

   Mintió que en Inglaterra la hicieron Princesa. Vivía en un castillo verdadero, con siete torrecitas y dos portones cerrados. Las ventanas góticas con la luz siempre prendida. Tenía tantas goteras que dormía con paraguas. Mantuvieron en secreto que Maggi era sobrina del Príncipe de Inglaterra. A pedido de su Madre y como Carlitos era Carpintero le arregló todo el techo, las canillas, la araña con caireles faltantes y la pintura completa del Castillo. Llevó sus hijos, no reconocidos, que le ayudaban a realizar semejante obra. Vivía cantando Óperas Margarita, con una voz de soprano que inundaba todo el Castillo. Cuando llegó la comida, Maggi tendió la mesa con un mantel bordado por doce Monjas y la vajilla que estaba escondida en el sótano, preparó puré de zapallo, con un palmito para cada uno. Brindaron con agua, porque Maggi estaba en proceso de rehabilitación.

   ─Margarita, le quiero decir que su Castillo es mucho mejor que el Palacio de Buckingham y en medio de su soledad, tiene aquí muchos hombres para elegir.

   Margarita era vanidosa y ambiciosa. Cuando escuchó lo de “muchos hombres para elegir”, le dio un ataque de sexo, que demostró levantándose las tetas por encima del escote. Habilitó siete habitaciones, una para cada invitado. Al primero que le echó el ojo, fue a su Sobrino menor. Cuando lo vio desnudo se emocionó, no esperó nada para desatar su lujuria noble de Princesa. Durante la semana encubiculó con cada uno de los otros. Pero no tenían nada que ver, con el Sobrino de Margarita. Ése sí las sabía todas, además leía sobre el tema, para complacer a Margarita, que se puso de rodillas a la altura del cinturón de su Sobrino y le pidió por favor, que se casara con ella.

   Con las dos piedras que Margarita robó en un descuido, mandó a diseñar dos anillos, uno para ella y otro para ella.

martes, 10 de agosto de 2021

AUTÓNOMO

 

   Lo dejaban en un costado de la vereda para que tomara sol. Andaba en una silla de ruedas, nosotros pasábamos y lo saludábamos, era el único momento que sonreía y le daba alegría. Éramos una banda de forajidos, le preguntamos al viejo si no quería dar una vuelta.

   Nos turnábamos para pasearlo. La calle era una bajada. Lo ubicábamos en la punta y la silla andaba sola.

   ─¡Eh, ché! Paren un poco, vienen autos, micros, camiones, cualquiera me pasa por encima.

   Así fue como un auto lo atropelló, él se cayó de la silla, pero no se pudo hacer nada, murió incrustado en el asfalto. Y lo más extraño de todo, era que la silla andaba sola. La seguimos pero no la pudimos alcanzar. Al Colegio íbamos en subte. Cuando vimos la silla, yo fui el primero en sentarse. El Subte frenó de golpe y los pasajeros cayeron unos sobre los otros, incluso yo. Cuando se abrieron las puertas, la silla fue la única que bajó primero.

   Nos encontramos varias veces con la silla, decíamos “Chau!” y se quedaba un ratito. Si alguno de nosotros tomaba asiento, la silla lo hacía caer y seguía su ruta. Las personas reparaban en ella, algunos trataban de seguirla. Entre la multitud se perdía enseguida. Iba a descansar al mismo lugar que estaba antes. Se ubicaba para tomar sol, la vimos nosotros.

   Cuando nos acercamos, ella empezó a andar a toda velocidad. Quería estar sola, por eso se fue a vivir a Orense, se detuvo en lo alto de un médano, parecía que miraba el mar. No parecía, lo miraba.

lunes, 9 de agosto de 2021

VULGAR

 

   ─Íbamos por el Hijo número doce, cuando se murió. Me dejó sola, ni siquiera me avisó.

   ─¿Sabías que tenía hijos con otras mujeres?

   ─Y cómo no voy a saber si tres de sus hijos extramatrimoniales, viven con nosotros.

   ─Bueno, a vos te pasó lo mismo, tenés cinco hijos y no sabés quien es el Padre de quien.

   Hablaban cada una con su discurso, llegaron a ser antagonistas, las charlas. Antes que las mujeres se despidieran, una a la otra le dijo:

   ─Nos vemos.

   La otra puso cara de estragada. Se dio cuenta que su futil amiga, no servía para nada.

   Pasaron dos semanas:

   ─Tus doce hijos robaron todos tus ahorros, después fueron a casa y en complicidad con mis hijos, también me robaron mis ahorros.

   ─Les fue bien, se llenaron de guita.

   ─Te seré sincera, por lo menos ahora tienen trabajo. Con el tiempo podrán ser profesionales, no como los políticos que nos roban sin título.

                              ─¡¡Corten!!, ustedes pretendían que los filmara, pero acá yo no veo talento ni trabajo. No voy a perder mi fama con un montón de pendejos que ni siquiera se saben la letra. Se pisan todo el tiempo, no mueven el cuerpo, están rígidos. Uno de ustedes un día me preguntó: “¿Cómo sigue que no me acuerdo?”, eso en un ensayo teatral. No los imagino en la pantalla, me cansé de verles esas caras de opas. Voy a dormir, fue demasiado vulgar, necesito reponerme. Les quería decir que en Buenos Aires, hay Profesores de Teatro que enseñan muy bien. Investiguen, que para eso no necesitan saber la letra.

                               Cuando ya se retiraba llamó a una chica del elenco, cuerpo perfecto, ojos azul muñeca, pelo largo planchado rubio argentino y lo demás un tanto exagerado.

                                ─Mi querida, quiero que pases por mi despacho, mañana a primera hora, tengo algo que proponerte, creo que vos lo sabés hacer, al menos tenés cara.

domingo, 8 de agosto de 2021

LA SOPORTACIÓN

 

   No soportaba despertarse ni desayunar y que nadie le hablase, le daba dolor de cabeza. No soportaba a sus hijos, le arruinaban la vida, invadían, rompían, gritaban. Por eso van a un Colegio Privado, como quedaba tan lejos y entre ir y volver, perdían todo el día. Los pusieron Pupilos de lunes a viernes.

   Ella era divorciada y lo tuvo que consultar. No soportaba verlo.

   ─Y sí, que vayan, total los fines de semana se quedan con vos.

   ─No, prefiero ni verlos, así tengo momentos solos, con la música que yo elijo, al volumen que quiero y deciles a las dos Mucamas, que se vayan los fines de semana, así puedo invitar algún amigo y fumar, reírnos y alguna otra cosilla que se presente.

   ─Yo pensaba presentarte a mi Novia.

   ─No, no lo soportaría.

   El fin de semana llegó Alberto, su amigovio. Ella lo recibió con un whisky en la mano. Él propuso que miraran las fotos del Secundario.

   ─¡Mirá!, ésta sos vos, qué lindo pelo tenías y qué cuerpo, todos querían…bueno, eso, todos querían. Ahora estás tan cambiada, tu pelo ya no brilla y engordaste algo.

   No soportaba lo que decía y se sorprendió mucho cuando le abrió la puerta con un gesto de “andate”. Alberto se fue.

   Se tiró en diagonal a la cama de dos plazas y usó todos los almohadones que tenía, para estar más cómoda. Puso Netflix, había Series y Películas para mirar, todas le resultaron insoportables. Sintió chicos que corrían por toda la casa. En la escuela donde estaban, les dieron jueves y viernes para que alguna vez pudieran estar con ella.

   No soportaba que llegaran. Ni ella se soportaba, subió a una sierra hasta lo más alto. Escuchó:

   ─¡Mamá! ¡Mami!, somos nosotros, queremos verte un poco más de cerca.

   No soportaba aquella voz de terneros descompuestos. Se cayó sin darse cuenta, los chicos le ayudaron, con dos quebraduras en las piernas y ambos brazos lesionados. Consiguieron maderas y le ataron las quebraduras. Llamaron una Ambulancia y la operaron después. Cuando despertó estaban sus hijos mirando con piedad y amor. No los soportaba.  

sábado, 7 de agosto de 2021

DÍMELO TESORO

 

   Este espejo maravilloso que me trajo de regalo mi Tío que vive en Suiza tiene cuatro caras, me puedo ver de todos lados y agranda mi cara por cinco espejos comunes.

   Cuido mi cutis como mi bien más preciado. ¡Uy!, me salió un lunar nuevo cerca de la mejilla. ¡Ay!, tengo un grano nuevo en la frente, es redondo y tiene una capa de pus en la parte superior.

   Tengo turno con la Dermatóloga el viernes que viene. Descubrí un quiste en la teta derecha, lo puedo tocar, crece cada día más. Mientras me peinaba sentí algo en mi nuca, se enganchó con un lunar gordo y picudo, que seguro era de nacimiento. Me asusté, porque al peine le quedó sangre.

   Me pica la cara, me restriego los ojos y ahora que puedo ver, parece que me salieron un orzuelo en cada ojo.

   Llegó el viernes. La Derma me quitó el grano, hizo saltar la tapita de pus y después me apretó tanto que me quedó una lastimadura. Ella dijo que no era nada, sólo faltaba que me creciera la cascarita.

   ─¿Y el lunar?

   ─Los lunares no se tocan, te podés llevar una sorpresa. En cuanto a los orzuelos, tenés que pasarte la punta de la cola de un gato o si no frotate con un anillo.

   ─Yendo a otro tema, quiero que me rellenes el código de barra del lado superior de la boca, la arruga del estreñido, las patas de gallo y un poco para agrandar mi labio superior.

   ─¿Con ácido hialurónico, que es más benigno?

  Terminó su trabajo que le llevó tres ampollas y anestesia. Cuando salí la Secretaria me informó la cuenta completa. Cuando la miré casi me desmayo, era una cifra desopilante. Lo decidí. Nunca más. Dejaré que la vejez se derrame como quiera.

   Cuando me miré al espejo, tenía un agujero en la frente, todo un cuento lo de la cascarita.

   El lunar me lo sacó por cuenta propia. Tengo un pozo más en la cara. En cuanto a los orzuelos, no eran orzuelos, eran párpados inflamados.

   Por lo demás, el código de barras y todo quedó bárbaro. (Eso me dijo Bárbara, la Derma.)

   Cuando miré los cuatro espejos, me encontré con una desconocida, no tuvimos más remedio que presentarnos.

viernes, 6 de agosto de 2021

EL SEÑOR CORRECTO

 

   En el extremo de la fila a pagar había una mujer que sacó una tarjeta amarilla. La Cajera le dijo que no tenía fondos. Entonces sacó otra, que tampoco tenía fondos, abrió la cartera y tenía una pila de naipes de tarjetas, pero ninguna tenía fondos.

   La fila de atrás protestaba por tanta espera. 

   A la mujer que llevaba un carro lleno de productos caros, se le acercó un Señor correcto y le dijo a la Cajera:

   ─Aquí tengo mi tarjeta, pago yo.

   Después el Señor correcto la acompañó en la salida y le llevó el carro  hasta el auto, le ayudó a llenar las bolsas mientras ella le preguntaba:

   ─¿Cómo? ¿Por qué usted hace todo esto?

   El Señor correcto no le contestó, entró directo a la cocina, vació todas las bolsas y encontró los lugares de cada cosa, como si hubiera estado antes.

   ─Acá hace mucho tiempo que no se habla, se siente en el aire. ¿No es así, Señora?

   Tomó el sillón preferido de ella y se repatingó. Pidió que le hiciera un café fuerte, para ver si quitaba su cansancio. Se le entornaron los ojos y durmió.

   Se sentó en una silla para vigilarlo. Hacer entrar a un desconocido la preocupaba, se acordó del peligro que eso significa. Violarla, pegarle, darle tijeretazos.

   Mirando desde otro lado, el Señor correcto leía mucho, tenían la misma formación. Criticaron Autores, elogiaron admirando. Justo que se estaba poniendo el camisón, apareció el Señor Correcto:

   ─Si quiere, la ayudo con los botoncitos.

   Tenía las uñas arregladas y pintadas transparentes.

   ─Señor, creo que es hora que se vaya.

   ─Ni pienso, esta casa me resulta encantadora, muy elegante y si usted duerme conmigo, como amigos digo.

   ─¡Basta! Usted tendrá su tarjeta y su voluntad que todo lo puede, pero éste es mi lugar y le vuelvo a repetir, quiero que se vaya o llamo a la Policía.

   ─Llámelos, son todos amigos míos, además yo iba a seguir hasta que usted me pusiera límites.

   Como no pudo lograr nada de ella, el Señor Correcto se fue.

   Arriba de la mesa se olvidó los deberes, perdón, se dejó la tarjeta.