─Todo me viene bien.
─Si diste mal todos los exámenes, ¿cómo me
decís que todo bien?
─Sí, rendí mal, todo bien. Prefiero todo
bien a todo mal, tomé un micro equivocado, pero igual está todo bien.
Mis Viejos me querían castigar, todo mal. Ya
soy grande para que me digan lo que tengo que hacer. La Maestra es la culpable,
que oculta el pizarrón con sus glúteos enormes, por eso no puedo aprender nada.
La hipócrita de la Maestra dijo ante mi fracaso, que igual estaba todo bien.
─Mire, Señorita, si desaprobé no es mi
culpa. Lo único que me interesa es su culo, cada día me gusta más.
Ella me consolaba diciendo:
─Si a vos te gusta mi culo, a mí me gusta tu
bragueta.
Estamos completos, pensé. Llegó una hora más
temprano para estar conmigo sola. Saqué todo del escritorio y lo tiré al piso.
Le pasé el borrador del pizarrón sobre el escritorio, para que la gorda no se
deslizara. La doblé contra el filo del escritorio y allí comenzó la función,
que terminó con la llegada de mis compañeros. Me senté en mi mesa y ella en el
escritorio. Ella estaba a medio vestir y yo con la bragueta abierta.
Así empezó su Clase:
─Les quiero decir que lo mejor es tener
sexo. También es el alma, que está sobre el sexo y el corazón, el perdonatodo.
Vos, el tercero, tenés la virtud de hacer el amor muy bien, mejor que un
adulto, mejor que mi Marido. No vas a pasar de año, para poder estar conmigo el
año que viene. Igual en las vacaciones nos podemos divertir.
Todos los días con aquel culo pesado nos
pudimos echar unos polvazos, pensé en algunos cambios, yo abajo y ella arriba.
Era tan pesada que no pude. Me dejó incrustado en la colchoneta del gimnasio.
Les conté a mis Viejos y la denunciaron por abuso de menores.
─Yo no
lo abusé, él quiso. Como quisieron mis cuarenta y cinco alumnos. Estoy muy
satisfecha con mis alumnos. A ustedes, que son los protagonistas, ¿qué les
pareció?
─¡Todo bien!

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