miércoles, 4 de agosto de 2021

PRIMERA NOTICIA (Parte X)

 

   Practico todos los días seis horas por la noche y cuatro en las mañanas. Fui contratado por la misma Empresa que representa a la pianista Harta Argechín, tenía muchos seguidores y fue premiada hasta en Nueva Zelanda. No me explico sus triunfos, no tocaba las teclas, las aporreaba, se le paraban los pelos y nunca sonreía.

    Mi éxito indiscutible trajo otros éxitos y poco a poco me hice millonario, no sé cómo. Ni sabía cuántos millones tenía. Como los Gobernantes, que nunca se enteran cuánta plata tienen.

   Llamé a Penélope y le conté:

   ─Mi música lleva el corazón de todo mi público. Te quiero invitar al último Concierto, que se dará en tu pueblo.

   ─Antes que me dijeras, ya tenía mi entrada.

   En mitad del Concierto, se me paralizaron dos dedos, seguí ejecutando con siete y pude zafar.

   Después se me paralizaron todos, no me podía levantar de la banqueta, tenía las piernas paralizadas. Por suerte llegaron los Médicos Paralizados, uno de ellos era la Doctora Karina Korolilki, Especialista en rehabilitación Masajeada.

   ─Yo me ocupo de su caso.

   La miré y era ella:

   ─Te recibiste de Médica.

   ─Hoy hace un año ─contestó con indiferencia─ tengo que hacer una evaluación de tu caso. Vamos a empezar con un análisis proctológico, me favorece tener mano chica y brazos largos. ¡Ahí va!

   Y sumergió su dedo, su brazo y controló el recto casi hasta el esófago. Lo más triste es que me gustó. Karina empezó mi rehabilitación masajeada. Mis manos sintieron que sentían. Pasados quince días pude sentir todo el cuerpo, menos eso. Pensé que estaba viejo y como eso no servía para nada, le conté a Karina.

   ─Mirá, yo te puedo hacer algo para que resucite, se basa en el Juramento de Hipócrita. Vos relajate, que vas a ver que sale bien.

   La felatio de Karina duró una semana. Al cabo tuve un miembro viril que entraría en cualquier mujer, si es que la mujer resiste, dicen que duele, yo no sé.

   ─¿Querés probar conmigo?

   Yo no contesté, me dio un ataque de sexo que no pude detener. Cuando me dieron el alta, volví a mis predios. El dormitorio estaba ocupado por Mami, mi mejor Amigo, Papi, Karina y Penélope miraba sentada frente a ellos, pero no le hacían lugar para meterse. La Tía Tola también miraba, lamentando ser tan vieja y enterarse por vez primera, lo divertido que era.

   Me fui a tocar el piano, según dicen fue el primer Steinway que hizo mi Padre. Consideraron aquel piano, Patrimonio de la Humanidad. Nadie más lo pudo tocar.

   Fue encerrado en un Museo. Me hice amigo del Cuidador y todas las noches, de la una a las seis, tocaba como antes y en mi propio piano. El Cuidador y cuatro hermanos, con pinta de Obreros de la Construcción, trasladaron el piano a mi casa. El robo apareció como primera noticia de casi todos los diarios.       

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