domingo, 30 de abril de 2023

PERMISOS

   Me amenaza con una escopeta, yo me escondo entre los ligustros.

   —¡Esperá! ¡Esperá! Que soy Lili.

   —No te asustes, igual no está cargada.

   Me hizo pasar a su nueva quinta, no lo reconocí, cambió su cara por otra nueva. Tenía implantes de pelo en la cabeza y ninguna cana.

   —¡Qué joven que estás, Bicho! Cambió tu fisonomía.

   Él me dijo sin piedad:

   —Qué cruel es el tiempo, parecés más grande que yo.

   Y sí, tenía razón. Dejé que el tiempo se depositara en mí como quisiera, nunca me teñí el pelo.

   —Me casé con una chica, si no me hacía todo esto, parecería su Padre.

   —Ni bien nos separamos ya vivías con otra. Pasé por tu quinta para arreglar algunas cosas que quedaron pendientes. No me gusta compartir la tenencia de los chicos. Esta situación los confunde, le dicen Mamá a tu Mujer, cuando están en tu casa. Tomé la decisión de tenerlos siempre conmigo. Tienen una Niñera que se ocupa de ellos cuando tengo que ir a trabajar. Se sienten divididos y se ponen muy tristes. La Psicóloga me dio la razón.

   —Lili, no me podés decir eso, tené en cuenta que les paso una pensión alimenticia mucho más alta que la que asignaron los abogados. Quiero que concurran a una Escuela Privada y bilingüe. Yo la pago, no te preocupes.

   —No quiero que medien abogados, arreglemos entre nosotros. Si tu Mujer no puede tener hijos, no quiero que se apropie de los nuestros. Te hago una propuesta, vení a visitarlos cuando quieras. Serás bienvenido, incluso si un día te quedás a dormir, no me molesta. ¿Entendés lo que te digo, Bicho?

   —Mirá, a esta altura de mi vida, no quiero complicaciones. Hagamos lo que a vos más te convenga. Como siempre. Te advierto que te tomo la palabra, iré cuando se me antoje.

   Me tranquilizó su aceptación y hasta renuncié a mi trabajo, para pasar más tiempo con ellos.  Se quedaba a dormir con cierta frecuencia.

    Los chicos fueron a pasar dos días con sus Abuelos. Cuando llegó le avisé que ellos no estaban. Trajo una botella de champagne. La tomamos sin comer nada. Él se puso cachondo y nos revolcamos con el entusiasmo del primer tiempo de nuestro matrimonio. Volvió a suceder con cierta frecuencia. Sabía que eso estaba mal, pero una no es de hierro.

   Quedé embarazada, no lo pude creer. Él tampoco.

   Y la Mujer, menos.


sábado, 29 de abril de 2023

ARCHI

 

   Todos los domingos iba a misa. Cuando llegaba el sermón se retiraba. Frente a un cafecito pedía perdón por sus pecados. Los acólitos lo miraban sentado en el bar y le daban vuelta la cara. El rostro de Archi parecía hecho de frutas y verduras. Una paradoja de Archimboldo, tenía dos bananas que definían la boca, dos enormes manzanas eran los pómulos, una sandía por cabeza, los dientes ajos pelados y las orejas compuestas por racimos de uvas.

   Puso una verdulería para vender su rostro. La primera clienta que entró se llevó toda su cara, hasta las papas que formaban su cuerpo. Archi no tuvo más remedio que cerrar.

   Seguía asistiendo a misa los domingos. Ahora nadie lo veía. Una anciana con monóculos le preguntó:

   —¿Las campanas doblan?

   Archi le explicó:

   —Tiene que mirar el semáforo para ver cuándo dobla hacia la derecha o hacia la izquierda. Acá en la esquina puede doblar a la derecha.

—Disculpe, joven, con esta neblina parece invisible.

Archi replicó:

   —Yo hice el protagónico del hombre invisible, decidí pintarme de blanco, porque la gente me empujaban, me escupían, me pisaban siempre. Mi querida Señora, es poco conveniente que la escuchen hablar sola, lo digo por su seguridad.

   La anciana escuchó aquellas palabras.

   —Usted no se preocupe, me cuido sola. ¿Desea usted acompañarme a la Iglesia?

   Archi, muy seguro de sí mismo:

   —Yo quisiera, pero no, están doblando las campanas, a las 20 horas voy a la Sinagoga, soy judío y Rabino.

   La anciana con asombro:

    —Es judío, no me diga que no, tiene cara de judío, lo que no entiendo es lo de la misa.

   —Archi sonrió, soy judeocristiano de pensamiento dividido. Los cristianos tenemos a dios entre nosotros. Los judíos todavía lo estamos esperando. Como me gusta ampliar mis horizontes, también soy taoísta, budista, evangelista y por las dudas fundamentalmente ateo. Lo de agnóstico me parece una cobardía.

viernes, 28 de abril de 2023

¿Y LOS CHICOS?

 

   Era el último día que si llegaba tarde lo echaban. Palabra de Jefe, viejo choto, que tenía su retrato entre ceja y ceja, desde que empezó.

   —Paula ¡Despertate! No voy a trabajar, no quieren que vaya nunca más.

   La mujer bostezó, seguía soñando con el hombre de su vida. Sintió la sacudida y era el marido de su no vida.

   —¿Y qué hacemos? Yo a mi viejo no le pido un mango. ¿Te indemnizan?

   Se olvidó de avisarle a Paula del colchoncito de plata, que guardaba en una media pinchuda. Buscó en los lugares posibles y no encontró nada, debía reconocerlo, se olvidó igual que cuando no puso el despertador.

   —Paulita, vos que sos tan memoriosa, ¿no podemos sacar de tu cuenta en el Banco?

   Ella hacía yoga para no matarlo.

   —Vengo ahorrando desde antes de casarme. ¿Debés mucho?

   Él pensó que debía tanto, que olvidó cuánto:

   —Yo no le debo nada a nadie, me conocés. Saquemos pasajes y cruzamos el charco, tengo dos tíos en España, primos en Italia y con tus hermanas, en Inglaterra, llenas de dinero. Se me ocurrió que podemos inventarles una situación dramática, cuya única solución es quedarnos en alguno de sus petits hotels.

   Paula se reía con histeria:

   —Vos no tenés límites, mis hermanas te odian, te olvidás de sus cumpleaños, te negaste a asistir a sus bodas por miedo al avión y te inventaste un cáncer.

   Uy se puso re-triste el patético, lo voy a abrazar y besar, preparo un desayuno americano. Me visto sensual, putesca. Apoyo el culo en la mesa igual que en las películas, lo acerco con prepotencia y arranco el pijama, le indico. Él, sin GPS, que vengo a ser yo, se paraliza blandengue. ¡Esta vez no! Se acordó cómo se hacía, fue mejor que la primera vez. Tomamos un baño juntos, rodeados de velitas y velones. Permanecíamos en el agua con ojos cerrados.

   —Decime Paula, ¿qué festejamos? Tanta vela me está dejando sin oxígeno.

   Esta vez, fue Paula que olvidó de traer los chicos del Colegio:

   —Salí ya del agua y traé tus hijos del Colegio, es re-tarde!

   Él salió con su bata de toalla, prendió el auto y no andaba. Abrió la puerta del baño: ¿Sabés, Paula? Me olvidé de ponerle nafta al auto. No te preocupes, los chicos esperan y mientras tanto, hacemos la segunda versión de la mesa, que es con vos al revés.

jueves, 27 de abril de 2023

ACRÓSTICO

 

   Recorría la calle ocho y siempre estaba él escribiendo poesías, a cada mujer que encontraba le pedía su nombre y poniendo las letras en columna regalaba palabras de elogio, admiración o esperanza. Lleva un nombre ese formato, me olvidé y ni pienso buscar en internet. Lo indiscutible era el hombre que a veces se sentaba en el cordón de la vereda, entre tacones y bocinas en procesión, escribía y el entorno se ausentaba de sus oídos.

   Una señora admiradora le regaló dos biromes y un cuaderno azul. Se levantó con dificultad:

   —¿Me puede dar su nombre y le escribo un poema?

   La señora le dijo:

   —Lola, mucho gusto ¿Puedo sentarme a su lado y usted me enseña cómo se hace?

   El poeta se sacó el sombrero, se rascó la frente:

   —No hay recetas, todo ocurre en el pensamiento, sentado en una nube de reflexión.

   La mujer tenía cara triste, sacó dinero de la cartera y lo ofreció a cambio de recibir clases.

   —No! No es por ahí, no quiero pecar de soberbio, pero esto lo debe hacer con el corazón y lo que uno escribe, no se vende.

   El poeta murió de frío una noche de invierno despótico.

   La persona que lo encontró se encargó de su sepultura y los cuadernos fueron publicados.  Esta persona agotó tres ediciones, ganó cifras interesantes.

   Lola tuvo conocimiento de su muerte y buscó como saeta al que editó aquellos cuadernos.

   Cuando logró encontrarlo le contó que ese poeta era su padre, los ADN no mentían.

   Lola obtuvo los derechos de autor, herencia de su padre. Ella no permitió más ediciones de la obra. Tiene los cuadernos en su casa. Lee todos los días y va descubriendo los cómo, los porqué, está armando el rompecabezas de su padre.

miércoles, 26 de abril de 2023

UNA GRANDE QUE NO LE IMPORTA

   Quintina siempre fue vanguardia. Fueron malas las críticas de su primer concierto, la abucharon, le tiraron tomates, huevos y cualquier verdura. Se presentó a un segundo concierto. Ejecutó música de Chopin, Beethoven, Mozart y fue aplaudida de pie, saludó cinco veces.

   —¿Viste cómo les gusta la música clásica a estos burgueses de mierda?

   —El público es como vos decís, pero la música clásica agoniza, estos conciertos son escuchados por grupos reducidos, sólo en espacios enormes como el Colón. Y después venís vos, con tu música nueva que te abre la cabeza, mucha mérde, yo te miro entre bastidores.

   Se acercaba al piano como a un desconocido. Abría con música clásica, parecía colgar de una tecla para cederle el espacio a una sola.  Extendía sus brazos a las cuerdas interiores, parecía querer cortar todas y mientras dejaba que corrieran, golpeaba la tapa del piano creando sonidos que inquietaban. Solía tocar de espaldas al teclado. Los acordes más difíciles de los clásicos, de pie. Se desmayaba sobre las teclas con el cuerpo tocando negras y blancas. Lograba tonos medievales y terminales rockeras.

   Dio uso a todo lo que implicaba un piano. Abandonaba y hacía un saludo principesco. El público esperaba en un silencio asombrado. Rompieron con un aplauso cerrado, que pareció eterno. Le arrojaban rosas, claveles y ramos. Justo los que le daban alergia. No se quedaba a escuchar elogios individuales. Yo la esperaba con la puerta abierta del auto.   

   —¿Quedaste contenta con este triunfo?

   Quintina seguía tocando el piano sin piano, en el tablero del auto.

   —No. Quiero más, necesito crecer para domar mi instrumento y tirárselo a la gente como ellos me tiran flores, que sé que no merezco todavía. Vayamos a un tugurio de amigos, tomamos unas copas y ellos tienen el piano libre, porque voy todas las noches y toco lo que me pidan. Cuando se llena me premian con dinero.

   —¿Y eso no te complace?

   —El dinero no me interesa, yo no toco por dinero, toco porque amo la música. Cuando llega y cuando se va. Siempre vuelve, sabe que la espero. 

martes, 25 de abril de 2023

UÑAS POSTIZAS

 

   —Hoy comí, Tatita y muy bien, no gasté nada.

   Me va a preguntar el método, lo va a copiar y con cinco desmayos con Ambulancia, en el Supermercado, perdemos todas. Ana es chusma, dirá la autoría del método. El Super tendrá en cuenta nuestros apellidos y nos negarán la entrada.

   Estaba en la góndola de vegetarianos y carnívoros, cuando vi los precios me quise morir, metí cuatro bandejas en un bolso. Lo llevo cosido a la ropa, por si a algún chorro le despierta interés el contenido.

   Me bajó la presión y caí al piso. Llamaron a la Ambulancia, que ya pertenece al Super, por la cantidad de desmayos verdaderos, producidos por precios alzados, como los perros, buscando una víctima compradora. Al llegar al Hospital, justo frente a casa, les dije que me sentía como nueva, un estúpido comedido preguntó:

   —¿No quiere darme el bolso y la ayudo?

   Lo miré con expresión de anciana:

   —No, Pichón, todavía me arreglo sola.

   Ana puso ojos de huevo duro, comestibles:

   —A vos te fue bien porque sos actriz. Yo no sé.

   Y pone cara de nena, la vieja chota. Cuando le dije a Tatita que me casaba con Carlos, supo hacer todos los personajes.

   —Yo soy la Madrina, Ana, por favor dejame, ya tengo el vestido.

   No tenía el vestido, tenía camisón y se acostó con él, la muy perra.

   Cuando se casaron yo fui la Madrina. Los microgases lacrimógenos, acertaron en sus ojos, confundidos con el arroz, le sostuve la cara emocionada.

   —Pobrecita, Ana —y le dije en el oído— con estas uñas postizas, te pincho los dos ojitos y vas a sufrir menos, de lo que me hiciste sufrir vos a mí. 

lunes, 24 de abril de 2023

AMIGAS

 

  —La entrevista te la conseguí yo. Te dije la fecha para que te prepararas como una lady, no con ropa comprada a los coreanos. Además mirate la cara, el pelo, los kilos que engordaste por mirar películas pochocleras, dejame de joder.

   —Eh, che, pará un poco, si vos misma me dijiste que el tipo era un negro de mierda ¿Para qué carajo tantas exigencias? Además no tengo un mango…

   —Ah ¿Y vos creés que yo tengo guita? Sin embargo me arreglo perfecto. Un taier con un buen corte y una camisa blanca con algún detalle no abusivo, austera ¿entendés?

   —Sí, ya sé que sos una pelagatos igual que yo, pero astuta. Yo no soy así, no se me ocurre, podrías ayudarme. Puff, tengo olor a chivo, me pego una ducha y vos contame qué puedo hacer, mientras...

   Escucho la ducha, le hablo sentada en la tapa del inodoro entre nubes de vapor, con olor a pedo y jabón.

   —Te pedí un turno en la peluquería, allí depilan, de paso sacate los bigotes. A la dermatóloga andá sin turno, que te borre las tablitas de la frente y el ceño de estreñida que tenés. Ah y la boca, que te ponga algo de botox para inflarte ese tajo triste que tenés por boca. Que sea poco, please.

   —Bueno, ta bien, pero vos acompañame. Si es más importante mi aspecto que traducir en cinco idiomas, el que me dará el trabajo debe ser un analfa-funcional.

   Me levanto del inodoro y le corro la cortina.

   —Decime, boluda ¿querés el laburo o no?

   —Sí, claro, ya no tengo ni para los pochoclos, mirá cómo será. Además no me digas boluda. Boluda.

   —Bueno Pau, no quiero joderte, quiero ayudarte. No discutamos.

   —Es que no discutir con vos es imposible, sos igual a como era mi vieja, me hacés mierda la autoestima.

   —Mirá bo...quiero decir Pau, andá a un buen sicoanalista, de paso dejas de echarle la culpa a tu vieja por todo. Somos grandes. A esta altura uno es lo que es y punto.

   —Sí, lo decís vos, que hace veinte años que te tratás y seguís igual. ¿No te parece un poco cínico de tu parte, ese consejo?

   —Voy a hacer de cuenta que no escuché nada. Traje unos zapatos que te van perfectos seguro. Tienen taco, vas a tener que ensayar. Sería patético caerte delante del tipo. Tenés quince días para ir a un buen masajista que te dé un poco de firmeza a todo lo que se te mueve. De las tetas olvidate, son de mal gusto tan grandes, te presto mi corpiño reductor.

   —Bueno, te voy a dar bola, sos como mi hermana o mejor, sin entrar en detalles. Hablando de detalles,¿quién pagará todas esas porquerías?

   —Pau, querida, ¿Para qué está mi marido? Jamás le pedí un mango. Me llenó de hijos, no pude estudiar más. Vos sabés bien que es un bastardo egoísta. Ahora es mi turno. Saqué del cajero todo lo que pude y voy a seguir. Ojalá pida el divorcio después de esto. ¿Te dije que me voy a operar el culo?

   —¿No me digas que tenés hemorroides?

   —Para nada, me lo hago levantar y paso unos días con un amante touch and go. Me lo merezco. ¿No te parece?

   —No, no me parece, pero como decís vos somos grandes y a esta altura una es lo que es.

domingo, 23 de abril de 2023

LAS AMIGAS FINAS

 

   Terminó el castillo y nos invitó a comer.

   —Milena, ¿viste el castillo?, es totalmente barroco y encima lo cubrió con piedras de colores —dijo Ester.

   —Qué mal gusto tiene la Duquesa de Malavida, por favor.

   Las recibió el Ama de Llaves, Clorinda. Para saludarnos se agachó hasta el piso.

   —Nosotros somos los finos de esta invitación, los ordinarios son absurdos, suerte que estamos nosotros para que aprendan la diferencia —dijo Milena.

   —Hay que llamarla Duquesa sólo, Malavida no le gusta, habrá tenido flor de mala vida —aclaró Ester.

   —Miren cómo está vestida aquella mujer. Un escote que le termina en el ombligo y atrás casi casi…ese corset le debe aplastar los pulmones, forrado de satén y una pollera que le llega a los zapatos amarillos de tacos altos, con siete vueltas de perlas rodeando el tobillo y una esmeralda en el dedo gordo —observó Ester.

   —Las demás, flores de percal superpuestas.

   —Las interrumpo —dijo Clorinda con una inclinación de cabeza hasta el pecho.

   —A continuación de la mesa de ustedes comienza la de los señores.

   Tenían un listón de papel crepe, color fucsia que los separaban.

   —Los hombres hablando de mujeres y nosotras, hablando de hombres. Jah! Son tan obvios.

   Iban por la décima copa de clericó, cuando las damas vieron que la cortina se movía. Los caballeros estaban bajo la mesa y beodos, les abrían las piernas a todas y sumergían sus cabezas lo más hondo que podían.

   —¡Milena! ¡Milena!, despertate.

   —No saben la pesadilla que tuve, no se las puedo contar para evitar mi vergüenza.

sábado, 22 de abril de 2023

QUÉ MÁS DECIR

 

   Me mintió, alguna vez lo había sospechado.

   Recibí un llamado anónimo donde me contaron todo sin piedad y con odio. Le corté.

   Su saludo era:

   ─Me voy a trabajar, se me hizo tarde, entre tus reclamos amorosos y las películas de netflix, nos acostamos a las tres.

   ─¿No vas a desayunar?

   ─No.

   Dio un portazo y se fue.

   Llamé a su trabajo en varias oportunidades y nunca estaba. Decidí seguir sus pasos, caminaba rápido y en la Calle Chacabuco 584 tocó un timbre. Lo atendieron enseguida. Lo esperé en un café pirulo, fumé un atado de puchos y tomé doce cafecitos.

   Lo vi salir del edificio seis horas después, lo acompañaba una mina flaca alta y rubia, con aspecto de yiro.

   Se convirtió en una obsesión, seguirlo de lejos.

   Pasé por una cerrajería e hice cambiar la cerradura de casa.

   Después de tres días apareció. Escuché sus llaves, no pudo abrir y golpeaba la puerta. Lo atendí por la mirilla y le pedí que se fuera.

   ─No te quiero ver nunca más.

   Y lo miré cuando se iba, llevaba un traje nuevo y zapatos color caro. Escuché sus pasos melifluos y un gran alivio me mandó a la cama.

   Estaba tan cansada de caminar para seguirlo a donde fuera, me sentí imbécil. Qué más decir.

   No pude dormir, salí a la mañana para seguir al yiro de lejos. Ella tomó el subte, me senté en otro vagón. Nos bajamos al unísono, la corrí, la insulté y cuando la tiré de los pelos me quedé con una peluca rubia en la mano. Tenía voz de hombre.

   Qué más decir.

viernes, 21 de abril de 2023

¿DISTRACCIÓN?

 

   Si acá no viene nunca nadie. ¿Cómo se puede perder? Es el mejor sweater que tengo, igual al de mi hermano. A él no le pregunto porque seguro se ofende.

   Es de pelo de conejo me lo trajo un amigo de Italia, hace mil años, pero está impecable.

   Cada vez que tomo el micro a mi trabajo, observo a todo el mundo a ver si alguien lo porta. Puede ser un ladrón, alguna Mucama que trabajó en casa. Esto último me molesta.

   Siempre que falta algo la culpa es de la Mucama, costumbre de burgueses pelotudos. En el escritorio abrí todos los cajones peor había sólo expedientes, pedí permiso a mis compañeros y busqué en otros escritorios también. Se preocuparon ellos, revisaron hasta la oficina del Jefe Puajj. Así era su apellido.

   Bajé a la casa del Portero y le expliqué la situación. Dijo que era el encargado de limpiar por las noches. Pidió perdón y con cara de circunstancias preguntó:

   ─¿Usted sospecha de mí? Quédese tranquila, que soy honrado. Igual recuerdo su pullover, le quedaba tan bien que todos hablaban de él, con una mezcla de admiración y envidia.

   Pregunté en la Cafetería de enfrente, donde voy todos los días, se ruborizó pensando que yo lo creía un ladrón.

   ─Te pido por favor que observes a los parroquianos, ellos suelen olvidarse de alguna cosa.

   Me di por vencida. ¿A quién le iba seguir preguntando? ¿A la Policía? Esos sí en un descuido lo podrían haber sustraído. Robar se a incrementado mucho en estos tiempos.

   Volvía a casa en un Uber, a él también le pregunté porque lo conocía. Dijo que no:

   ─Yo siempre me fijo antes que descienda el pasajero, lamento desilusionarla, pero nunca encontré nada.

   Entré a mi departamento llorando, me miré en el espejo y lo tenía puesto, con la capucha levantada. La gente hoy por hoy es indiferente.

jueves, 20 de abril de 2023

HONORIS CAUSA

   Pitorro nació con un miembro que crecía diez centímetros por año. Su madre le cambió los pañales hasta sentir que su hijo era un fenómeno de la Naturaleza. Mientras ella entristecía por haber rezado tanto, para que el hijo saliera varón. Al padre le crecía el orgullo. Para aliviar a su mujer, le cambiaba los pañales. Cuando éstos no pudieron contenerle, al padre se le ocurrió el método del enrosque, ataba la manguera (ya no podía hablarse de miembro) a su pierna derecha. Cuando comenzó a barrer el piso, consultaron al galeno de su confianza. El mismo que lo vio nacer. Cuando miró, salió corriendo, se metió en el baño y rompió en carcajadas que no pudo detener.

   Al salir pidió disculpas y preguntó a Pitorro si podía recorrer con guantes quirúrgicos, el miembro notable.

   —Sí, en verdad, Señores, el niño en poco tiempo obtendrá su desarrollo final, que de nada ha de servirle. El aparato en cuestión es tan flácido que no obtendrá placer alguno ni con sus propias manos.

   —¿Y no se podrá operar, Doctor? —preguntó la madre.

   —Señora, sería como cercenar una pierna sana.

   A pesar de lo pronosticado, Pitorro tenía erecciones, tan firmes y fuertes, que asombraba a sus amigos. Éstos, mudos de admiración notaron que tenía sectores de enrosque, a la pierna derecha. Por la idea de su padre, durante el cambio de pañales. En otras secciones, nacían formatos de Erlenmeyer. El sastre le construía pantalones tripáticos, dos normales para sus piernas y la tercera pierna (así se designaba) la diseñaba de un largor que concluía en una patineta, para poder trasladarse.

   Fue invitado por el Principado de Mónaco a una tertulia, con la suspensión del casino más selecto.

   Pitorro desplegó al desnudo su descomunal aparato, le entregaron un monopatín de oro y logró calentar hasta a la más frígida de las presentes. A los hombres también, ahora que el género y sus cuestiones se liberaron.

   Recibió el Oscar al Miembro Más Importante del Mundo. No alcanzaba la alfombra roja, lo solucionaron con el agregado de una patineta. Las damas, solicitaban turno para ser amadas, por curiosidad y deseo. Pitorro les enroscaba la cintura y el cuello, desde allí descendía a los lugares indicados.

   Los gemidos ensordecían edificios enteros. Los padres y el resto de la familia, con Pitorro incluido, lamentaban que el joven fuera estéril.

   Él no se dio por vencido, adoptó diez, lo amaban porque por fin tenían un Papá, que además los transportaba donde fuera, en patineta. 

miércoles, 19 de abril de 2023

COMBATIENDO AL CAPITAL

 

   Jugaban al Patrón de la Vereda, en la misma cuadra donde vivían todos. Siempre ganaba el Patrón, era hijo de un Capitalista de Juego. Fue el único que se fue de vacaciones, al Norte de México.

   —¡Por fin solos! —dijeron los chicos.

   Por las tardecitas pasaban dos camionetas de la Policía. Una tarde preguntaron por qué faltaba uno de ellos.

   —Se fueron de vacaciones, no quedó nadie en su casa, si les piensan robar, nosotros los vamos a llamar, para que roben todo.

   Pasaron 48 horas después y nos hicieron caso. Hasta las canillas de los baños, la pantalla de una pared y las 50 computadoras que eran para dar conferencias.

   —El Viejo se va poner furioso.

   —Ah, después de las 18 horas se meten en sus casas, los hemos visto jugar hasta las nueve.

   No nos preocupó para nada, vamos a seguir jugando. Estamos tranquilos, con todos los datos que les dimos.

   Esa misma noche llegaron con barbijos, antiparras y dos camionetas, les cupo todo y mucho más. Vinieron dos móviles que los ayudaron con otras cosas. Son astutos, pusieron todo prolijo y de esas cosas saben mucho. Están entrenados para robar.

   Por la mañana estacionaron en la vereda. Cayó un móvil y les regaló bombones de chocolate, rellenos con muzzarella.

martes, 18 de abril de 2023

PEGADO CON CHICLE

 

   Yo no tengo la culpa de ser negra mota. Salgo a conseguir un trabajo, pero no encuentro. Más de cuarenta y siendo de color soy rechazada. Los prejuicios que tienen, producen mi perjuicio. Tomé un Subterráneo y miré un papelito pegado a mi zapato, algo sin importancia, lo leí. Era un aviso “Se necesitan personas de color para desfilar vestidos de diseño, la condición es un metro setenta de altura y delgadas.” Tenía la dirección. Conseguí una entrevista donde me recibieron con admiración.

   ─Usted es la mujer indicada, hay otras también, pero vos sos la mejor de todas esas lagartijas. Deberás estar dispuesta a transparencias y escotes descarados, cuando estés indispuesta no podrás desfilar. Se notarían tus ojeras y el mal humor.

   ─A mí se me retiró a los cuarenta, por lo que me decís, no debo preocuparme.

   ─En este lugar te pagarán más que bien. Tendrás la posibilidad de encontrar mujeres adquirentes y hombres ricos con ganas de cojerte. Después de alguna invitación a comer para lucirse y en él mientras tanto las ganas de colarse en tus tetas. Te sentirás con el ego engrosado. Y si las ganas de los dos son coincidentes, para eso están los baños. El ricachón cerrará con llave y en el maletín llevará un colchón inflable.

   Yo no sabía qué decir. Le voy a pedir que me haga de todo, menos en ese lugar prohibido, el culo. Eso sí que no. Es de mi propiedad y lo uso sólo para cagar.  

lunes, 17 de abril de 2023

PERSECUCIÓN

 

   Cada vez que lo veo huyo, me da miedo, porque no sé quién es y me sigue a todas partes.

   Si subo a un micro, él está ahí. Si voy al Cine él entra después de mí.

   ¿Me espía? ¿me persigue? ¿está enamorado y no se ateve?

   Es feo, muy feo. Los chicos lloran cuando lo descubren. Y ahí sí tuve piedad y lo empecé a saludar. Me invitaron a Bs As, viajé con la chata del campo. Vi a través de los espejuelos que todavía me seguía, montado en una bicicleta agarrado de la chata. Le grité que era muy peligroso. No entendí lo que contestó. Cuando me detuve dijo que fue hermoso aquel viaje y que estaba tan cansado…

   ─¿Puedo dormir en tu casa? Sólo unas horas y después me voy.

   ─Es lo mínimo que puedo hacer por vos.

   A la mañana siguiente me despertó con unos mates.

   ─Me gustaría mucho que te quedaras a vivir conmigo.

   ─De ninguna manera, yo sé que soy feo, muy feo.

   ─Te quedás corto, es verdad. Pero si no me seguís más te extrañaría tanto. Me gusta que me persigas. No me dejes, no te vayas…|    

domingo, 16 de abril de 2023

NOSOTROS, ELLOS, NOSOTROS

 

   Ellos decidieron festejar nuestro aniversario en nuestra casa. Los cuatro deseaban comer platos, preparados por mi mujer que es Chef, los vinos, querían los que tengo en una fosa adaptada para bodega, que pertenecieron a mis bisabuelos.

   Era mi tesoro predilecto y sólo compartía una botella por año, para el Cumple del Encargado, a mí no me gusta cumplir años, se los regalaba a él. Los dos solos tomábamos la botella completa.

   —No puede ser que ellos decidan festejar algo nuestro. Nos creen giles. ¡Claro! Con tu viejo, milico mandón y mi viejo que fue un revolucionario, al segundo trago se miden y ven por qué lado es conveniente atacarse, discuten, disienten y mientras tanto vierten vino en las copas como si fueran gaseosas.

   Se escuchaban batidoras, licuadoras, molinillos y mi mujer cocinando como una patinadora.

   —Tu Madre llamó del Spa para ver si era hoy, tenía que comprarse un vestido. Preguntó por Mami y humilló “Ella se pone su vestidito negro, el de siempre, supongo…”

   Llegó la familia a las 21 hs en punto.

   —Le dije a tu vieja, que mi Madre friega todo el día y de lo único que habla es del precio del detergente.

   Nuestro aniversario transcurrió tipo, a ver quién grita más. Cuando se fueron las ganas etílicas, amplias, vino el café. Nos sentamos en torno a una mesa redonda. Los suegros confesaron que hace una década que están divorciados, mis Padres dijeron que ellos hacía quince años.

   Después de semejantes noticias, le dimos la nuestra.

   —Hace tres años que estamos divorciados, aunque vivamos bajo el mismo techo, no nos quedó otra. Por eso no entiendo ¿Aniversario de qué festejamos?  

   Los viejos suspiraron y vino un ángel que unió nuestras manos. Nos dejamos.

   Es complicado de explicar, nos reunimos, pero estamos divorciados. Una vez al año y el ángel está presente, es el que toma más vino, da toda una vuelta y se retira diciendo que es complicado de explicar.

sábado, 15 de abril de 2023

UNA TARDE APACIBLE

 

   —Señora, disculpe que la interrumpa, pero su hijo se encuentra a caballo de esos cristales blindados, su niño mide uno cincuenta, a ojos de buen Camarero, pero él se halla en la parte superior, que tiene tres metros de distancia hasta el piso.

   La mujer entornó los ojos achimangados.

   —Gustavo Adolfo, bajá de donde estás porque el Mozo tiene una mala onda, que ya mismo nos retiramos.

   Una mujer alta, gorda, danesa, con el monstruito regando con helado las ropas de los parroquianos de la Terraza, tiró todas las sillas que encontró, le tiró del pelo a un bebé en cochecito, que arrojó por un plano inclinado, llegando al cordón de la vereda. Los Padres del bebé rampante, discutían sobre qué gusto llevarían los helados. El joven Camarero, llegó justo al momento en que venían tres autos cordoneando. Llevó el cochecito hasta adentro.

   —¿Cómo se va a llevar a nuestro bebé sin avisar? Su prioridad es atender nuestros pedidos.

   El Camarero tomó el primer vasito:

   —¿Qué gustos desean los Señores?

   Empujaron sus panzas cerveceras contra la vidriera:

   —Yo quiero limón, chocolate, palta y ciboulette. Para mi Marido, dulce de leche, mandarina, zanahoria y morrón.

   El Camarero, sin perder el control, les dijo que en los vasitos no cabían los gustos que pedían.

   —Además, helados verduleros, no tenemos.

   La mujer bajó indignada, con el cochecito en el aire, mientras su  Marido le dijo al Mozo:

   —El dueño de este lugar es un amigo que sabrá de su injustificado comportamiento.

   Se iban chupando dedos dejados por el niño anterior, subieron a su auto y partieron. El niño anterior aterrizó en el recipiente de residuos, metió la cabeza adentro y quedó atrapado comiendo barquillo ajeno y pasando la lengua por restos de helados.

   Cuatro mujeres que no paraban de hablar y para sacar a la criatura, hicieron tanta fuerza que casi degüellan al chico, llegó la ambulancia y el personal médico, no encontró manera de solucionar aquello, cuando la cabeza quedó suelta en el cesto, con el cuerpo separado.

   Era gente recién recibida, le pegaron la cabeza al revés, la cara mirando hacia la espalda y la nuca al frente. La Terraza quedó con el piso lleno de helado, zapatitos de niño, sangre por doquier, pedazos de mesa partidos, la mentira de los vidrios blindados, totalmente estrellados. Se llenó de perros de la calle, que lamían todo lo que encontraban, hasta el Camarero tirado en medio de aquel Apocalipsis Now.

viernes, 14 de abril de 2023

¡¡ME DUELEN LAS MUELAS!!

 

   Llegué a las ocho, tenía dolores intensos.

   Antes del horario convenido hacía tres meses.

   El Dr. Cariehondo se fue a Egipto y volvía justo para mi turno. La mejilla se veía como si tuviera una palta entera en mi boca. En la sala había cuatro pendejos de caras iluminadas por el dios celular. Dos viejas con sus ojos puestos en revistas, con hojas como billetes viejos, trasladaron su mirada a mi cara, no sin antes, avisarse con dos codazos. Me encantó que les diera risa mi dolor, un momento de esparcimiento para las viejas chotas. Comencé a gritar: 

   —¡¡Me duelen las muelas!! Por favor ¡¡Me duelen las muelas!!

   Se acercó un enano de cuatro años:

   —¿Te duelen mucho?

   —Sííí.

   Él, con la piedad limpia de su añitos, me hizo un mimo en la mano y dijo:

   —Quedate tranquila, llega el Doctor y te cura, vas a ver.

   Esta vez no lloré por la muelas, sí por el enano tan mágico, que me dejó de doler por un rato.

   Una anciana, pegada a la puerta del consultorio, con sonrisa permanente, llevaba un frasco con agua y su dentadura postiza nadando. Me dijo que el dentista era su hijo, a ella también le daba turno.

   —Me salió más desgraciado que el padre, en cuanto venga te cedo mi lugar. Quedate tranquila, lo hago por mí, tiene que sacar los dientes que me quedan y como es una bestia, le tengo miedo. Vos estás asegurada, por tu juventud y belleza, te va a tratar con delicadeza de orfebre.

   Entro el Dr. Cariehonda, me indicó el sillón de la tortura. Obró con delicadeza y le agradecí con gentileza.

   Me invitó a salir con él esa noche. El Doc estaba buenísimo, acepté y si la noche pedía extensiones serían otorgadas.

   Salí del consultorio y noté que el Dr. Cariehonda, me miraba el culo con el torno en la mano.

   Le di un beso al enano y otro a la anciana, que tiritaba por ser la próxima paciente.

   El Doc llevó la invitación a su departamento, hizo de mí lo que quiso y lo que no quise también.

   Un día tuve un encuentro casual con su anciana madre, que preguntó:

   —¿Cómo quedaste después del…después de…bueno después?, sabés a qué me refiero.

   La abracé y le conté de las tres episiotomías que me estaba curando su hijo.

   —Bueno, usted sabrá mejor que yo, es muy apasionado, lo que ignoraba eran las dimensiones, tenía usted razón, su hijo será una bestia, pero yo lo dejé sin prepucio.

jueves, 13 de abril de 2023

NADA SE PIERDE, TODO SE TRANSFORMA

 

   El Marido de Petete se volvió tan loco, que la siguió por toda la casa, para matarla con su cuchillo. Subió corriendo las escaleras hasta la terraza. Escuché los pasos de lejos y bajé por el ascensor, hasta donde vivía el Portero. Lo llevó una Ambulancia y le pusieron un chaleco de fuerza como para inmovilizar un caballo.

   El Médico de la casa, dijo:

   —La única solución es una lobotomía. Ha dado excelentes resultados. Puede volver a su casa y hacer vida normal, después que se recupere.

   Florencio permanecía siempre con la misma cara, no recordaba, no hablaba, no se reía, ni lloraba. Petete le daba de comer en la boca, le entraba por un costado y le salía por el otro. Toda la familia se reunía para los almuerzos del domingo. Florencio ocupaba la cabecera, no controlaba sus esfínteres. Los parientes se levantaban con náuseas. Habló con ella, una de sus Sobrinas, le sugirió que lo internara.

   —Juré que lo cuidaría hasta que la vida nos separe, yo me encargo.  ¿Viste que tejo de memoria?, me siento en un sillón frente a él cuando duerme la siesta. No cierra los ojos, de noche duerme con los ojos abiertos.

    Él fue Jefe de Policía, cuando estaba en ejercicio, mandó al muere 250 adolescentes. Petete se hacía la que nada sabía. La noche que le dio el ataque de tejido:

   —Florencio, ¿me alcanzás las tijeras?

   A él le brillaron los ojos y hasta parpadeaba y se rascaba las pelotas. Le alcanzó la tijera con las agujas, por ser amable con ella, le metió una aguja en cada ojo y después murió de un paro.

   Petete quedó ciega, nadie le contó que Florencio estaba muerto. Se compró una chaise longue y se alegraba del progreso del Marido, no se escuchaba volar un mosquito.

   —Doctor Añado, le hablo para agradecerle el trabajo de hacer callar a Florencio. Estamos los dos, sólo usted nos salvó a los dos.  

miércoles, 12 de abril de 2023

TECNOCRIOLLO

   Toda la población sufría de bruxismo. Existían unas gomas, se hacían tomando el molde de la dentadura del usuario. Cundió la moda, todos andaban con los dientes forrados en plástico duro.

   —¿Por qué existe el bruxismo, Dr?

   —Mire, la gente por algún lado tiene que largar la bronca del estado de las cosas y apretando los dientes, descarga. Todos andan con miedo de morder a alguien.

   —Dr, los mordillos, cuando duermo con la boca abierta, se caen de la cama y el perro los destroza, me costaron 2500 pesos y luego repetí la compra, tenía tal ataque de bruxis que lo rompí. Lo que le quiero proponer son fundas que soporten media tonelada de peso. Debe haber materiales, ¿no?, mi angustia en el apriete se acerca a esa cifra.

   —Yo, cuando viene un paciente como Ud, pidiendo algo extravagante, lo realizo con todo gusto, necesito dos cosas, dinero para mí, y aliviar su sufrimiento.

   —¿Tengo que pedir turno Dr?

   —De ningún modo, Sr, se lo realizo yo, ya. Abra grande la boca, duele un poquito al principio, voy a usar torno para separarle algunos que están muy juntos. Y aquí empieza la segunda etapa, forrarlos, son perennes y puede limpiar sus dientes con el dedo índice, dos gastos menos, cepillo y dentífrico, je je…

   —Me está colocando profilácticos en la dentadura! ¡Les puso iuju para que no se despeguen! Dr,  se fue al carajo ¿Cómo usó forros para mis dientes?

   —No soy un improvisado, soy el mejor odontólogo del pueblo y el único. Encima fue beneficiado, no dejará ninguna mujer embarazada. Esto actúa en todo el cuerpo.

   —Suprima lo de beneficio, Doc, tengo hecha una vasectomía. Oia, tiene dos caries profundas en cada colmillo, Doc… 

martes, 11 de abril de 2023

QUE VUELVA

 

   —Vamos a probar una semana, ya van veinte años, no la conoce, voy a estar todo el tiempo, pero me saludó, me llamó con mi nombre. Quiso que pasara a recorrer el lugar. En su pieza había tapices hechos por ella, tenía talento. Le encantó el auto, hablaba como cualquiera de nosotros. Reconoció el frente modificado, lamentó la ausencia del enrejado colonial. Se sentó, tenía cara de cansada. Le traje a Verita.

   —Dámela, dámela! Hace tanto que quería conocer a Verita, mirá, me quiere, se parece a vos.

   La miró dudando:

   —Mamá, los bebés son todos iguales, aunque esta ya no es bebé, tiene cuatro años, no sé por qué dije eso, me puse nerviosa.

   —Dormí toda la tarde para poder resistir la noche, igual se me cerraban los ojos, cuando escuchaba su voz, no lo que le decía. “Viene de familia, pero necesito contarte, vos no vas a ser así…Vera era puta, cobraba y eso que no lo necesitaba. Su Madre se hizo famosa por prostituirse.”

   —Vera, tomá mi ejemplo, si les cobrás los ponés en su lugar, disponés por dónde querés que te pongan la salchicha, o el salchichón. Si te hacen doler, los mandás a la concha de su Madre, yo los espero aquí y recibirán su merecido. Mientras tanto no pierdas  tiempo, andá a la Facultad, para aprobar Materias, no te gastes en estudiar, te los cojés de prepo y es una Materia menos. A las Profes mujeres, que te miren con avidez, retirate de la clase y las denunciás por acoso...

   —Mami, ¿qué es ser puta?

   Se le volcó la leche:

   —Cuando seas más grande te explico.

   Siguió jugando y le daba galletitas al oso.

   —Ma, ¿la salchicha es la que comemos con puré? ¿O tiene un hermano que se llama Salchichón?

   La Madre no entendió.

   —¿Vos sabías que las salchichas hacen doler?, me contó la Abuela, después dijo concha de tu madre, ¿eso también me lo vas a explicar cuando sea más grande? Igual la nena de al lado me dijo que todas las Mamás tiene concha, pero me falta saber: ¿qué quiere decir coger?

   Verita prendió la tele, sin esperar respuesta.

   —Roberto, llevátela hoy, no quiero que la despida a Verita ni a mí, sacala por el fondo.

lunes, 10 de abril de 2023

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   Estaban recostadas en tres árboles, rodeadas de anémonas y marimonias. Yo miré a la primera, el movimiento de sus brazos, las manos que parecían danzar, seguro conversaban de alguna cosa que los vientos no me dejaban enterar. Se llevaba las voces justo cuando las tres tenían cara de primavera. Después de un rato me di cuenta, que la tercera me miró, yo silbaba despacio, para atraer unos carpinteros, hijos de otros pajaritos, que de antes me conocían. Hasta había uno sentado en la punta de mi zapato.

   Yo seguía mirando la primera, con discreción bien sumada. La tercera no podía dejar de apoyar su mirada, desde mis ojos hasta los pies. La segunda no se dio cuenta que estaba a tres metros de ellas. Sacó un cigarrillo armado y vino a pedir fuego. Intentó prenderlo, pero no pudo, entonces me encargué yo, di tres pitadas seguras, tosí hasta doblarme en dos y lágrimas me salieron, del efecto de aquel tabaco tan fuerte.

   —Éste es un join, regalo de mi hermano. Me dijo: “La primavera, no es primavera si entre las tres no fuman este join. Verán las marimonias y las anémonas, restellantes, con promesas para las tres”.

   Lo hizo tan gordo que alcanzó hasta el vecino próximo y sacó a bailar con la música de los pájaros, a la primera, encantada, a la segunda que con vergüenza, bailaba de lejos y en cuanto a la tercera, se lo avanzó en menos que lo que canta un gallo. Se abrazaron detrás de un seto y las amigas les miraban los pies de ella hacia afuera y los de él inquietos, adentro.

domingo, 9 de abril de 2023

¿POR ALGO HABRÁ SIDO?

 

   Vivió en el sótano del fondo tres años. La casa de su Abuela, en City Bell. Sólo recibía la visita de su Madre y la comida que le acercaba su Hermana, simulando un juego repetido, silencioso. Los movimientos del jardín al sótano, cubierto de enredaderas, se habían hecho para hacerlo imperceptible. Que ningún vecino escuchara. Que nadie.

   Por sus compañeros se enteró que la buscaban, siempre sabían dónde estaba. Un día su Madre pudo comunicarse:

   —Armé el lugar, tu Padre te pasa a buscar por el Zoo, te mando una peluca rubia y el uniforme de tu hermana.

   No pudo despedir a ningún compañero, las nieblas cómplices decían que no había ninguno.

   El primer año leía lo que había rescatado, como se terminaban pronto, aprendió algunos de memoria. Todos los días hacía quince minutos de yoga de elongación. No dormía. La Madre le llevó pastillas rompenucas. Ella no dominaba las consecuencias de lo que hacía, gracias al miedo no salía del sótano, tomaba cuatro pastillas por noche y dormía once horas. Aceptaba solo un yogurt de mañana. Sentada en la cama, saludaba a sus compañeros y hablaba con cada uno, episodios inventados. Las visitas también las inventaba.

   Encontró una bodega, bajando dos escalones, el piso estaba tapado con una alfombra. Era chica, pero los vinos, estacionados. El lugar olvidado de todos, tenía un polvo de cinco centímetros. Un día estornudó, le lloraron los ojos y se le taparon las fosas nasales, como dos corchos. Abrio la primer botella, con un alicate multitodo.

   Cuando pasó la Madre, con la vianda del día:

   —¿Me traés una copa?, los vasos me deprimen.

   La Madre pensó que el encierro le había enrarecido el sentido común. Tomó tres copas y luego tres más, se miró en el espejo y se rió como los locos, hasta su Hermana, que recién entraba a la casa, la escuchó. Caminó por el laberinto de ligustro, que desarrolló con rapidez, abrió la puerta y encontró a su Hermana, sin poder detener, esa risa histérica, le pegó cuatro cachetadas y quedó tiesa. La saludó con el nombre de la amiga que hacía cinco años nadie pudo encontrar. Su Hermana le contestaba, siendo aquella amiga. Trataba de recordar palabras y gestos, porque notó que se tranquilizaba, cuando cerró sus párpados, abrazó la almohada en el piso.

   En el último año jugaba al ajedrez, hasta que le comió la cabeza. Escribía listas de palabras que empezaran con la letra “A”, “X”, “Z”, “I”, el abecedario completo. Le dieron píldoras para una sedación diurna.

   Al tercer año, su madre se condolió, prefería que habitara el sótano, antes que verla muerta. Cuando abrió, las paredes estaban cubiertas de retratos hechos en carbonilla, de sus compañeros desaparecidos. Se dibujó ella misma, con la cabeza metida en un retrete.

   La Madre hizo de cuenta, que no vio nada y la sentó, para hacer sus manos. Uñas cortas y esmalte transparente, como ella acostumbraba. Apareció el Padre:

   —Ya podés salir,  pagué con todo lo que tenía, prepará tu bolso, el Dr Blok te espera. Hay enfermos en tu misma situación, es sin medicación, todo va a estar bien.

   Ella iba adelante, miraba el cielo, los árboles, besó la tierra. Se había arrancado todas las uñas.