sábado, 1 de abril de 2023

ES Y SERÁ UNA

   Encontrar un personaje, que mate personas por encargo, tener simpatía por el matador.

   —¿Cuánto decís que te pagan?

  En el medio de una fiesta, organizada para matar un hombre, no se podían sacar fotos. Y la mujer, disfrazada, tenía ojos opacos y saludaba a dos o tres de sus afectos, con voz de despedida, siendo que no iba a ningún lado.

   —La última vez fueron diez mil dólares, una pavada, el hombrecito parecía bueno. Después que lo hice hasta me di cuenta la miseria que me pagó el Sr A, había sido Secretario Privado del Ex. El Ex murió, pero nadie vio el cadáver, vive en Kuala Lumpur, operado y sus cifras robadas son incalculables, capaz que se encontró con Yabrán y salen de putas.

   Estaban en una segunda fiesta, ciento veinte personas, salmón, caviar, sushis, carne de ciervo, champagne, whisky, heroína, merca, pastenacas. Había treinta custodios personales y cumplían la misma función, que nadie tomara fotos.

   —¿La mujer tenía nada más que tres amigos? Entre ciento veinte, debieron ser tres pendejos, ignorantes de lo que pasaba.

   No quiso contar demasiado, su amigo personaje, también mataba por encargo. El Sr A murió no se sabe cómo, acá es así. Nadie vio el cadáver.

   —¿ Y la jermu qué onda?

   Mirá lo que me pregunta, si él sabe.

   —Se la llevaron, está incomunicada, parece que señaló Jueces, Fiscales, Diputados. Pasó una semana y todavía debe estar cantando.

   Ella presentía que tanta vida lujosa, meta viajes, pilchas, yates, avión privado, helicópteros, reuniones “negras”, allí se elaboraban los encubrimientos para desviar dineros a diestra y siniestra.

   El Sr A, era uno de esos, que no sabía cuánto tenía, pero iba por más. Y mandaba a matar. No tocaba guita ni sangre. Un mafioso hijo de puta. “El Padrino” una lenteja, al lado del Sr A.

   Los chicos se enteraron por el diario.

   —¡Pero mirá quién es, Flaca!, era un amor esa mujer.

   La Flaca entendió, la mujer debía saber, más que boluda si no. Tan dulce, tan triste…

   —Mirá qué piedra para la honda, espero que se recupere algo, es guita de todos.

   A la Flaca le seguía dando piedad.

  —Ché, loca, cortala, era la mujer de un mafioso. A nosotros nos invitaba de figurantes. ¿Cómo le vas a tener lástima? No jodamos.

   Los custodios, en dulce montón, mudaron de patrón, mataban más, pero ganaban menos.

   Al personaje que simpatizaba con los matadores por encargo, lo nombraron Secretario Privado del peor Gobernador de la Republiqueta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario