Cada vez que lo veo huyo, me da miedo,
porque no sé quién es y me sigue a todas partes.
Si subo a un micro, él está ahí. Si voy al
Cine él entra después de mí.
¿Me espía? ¿me persigue? ¿está enamorado y
no se ateve?
Es feo, muy feo. Los chicos lloran cuando lo
descubren. Y ahí sí tuve piedad y lo empecé a saludar. Me invitaron a Bs As,
viajé con la chata del campo. Vi a través de los espejuelos que todavía me
seguía, montado en una bicicleta agarrado de la chata. Le grité que era muy
peligroso. No entendí lo que contestó. Cuando me detuve dijo que fue hermoso
aquel viaje y que estaba tan cansado…
─¿Puedo dormir en tu casa? Sólo unas horas y
después me voy.
─Es lo mínimo que puedo hacer por vos.
A la mañana siguiente me despertó con unos mates.
─Me gustaría mucho que te quedaras a vivir
conmigo.
─De ninguna manera, yo sé que soy feo, muy feo.
─Te quedás corto, es verdad. Pero si no me
seguís más te extrañaría tanto. Me gusta que me persigas. No me dejes, no te
vayas…|

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