domingo, 30 de abril de 2023

PERMISOS

   Me amenaza con una escopeta, yo me escondo entre los ligustros.

   —¡Esperá! ¡Esperá! Que soy Lili.

   —No te asustes, igual no está cargada.

   Me hizo pasar a su nueva quinta, no lo reconocí, cambió su cara por otra nueva. Tenía implantes de pelo en la cabeza y ninguna cana.

   —¡Qué joven que estás, Bicho! Cambió tu fisonomía.

   Él me dijo sin piedad:

   —Qué cruel es el tiempo, parecés más grande que yo.

   Y sí, tenía razón. Dejé que el tiempo se depositara en mí como quisiera, nunca me teñí el pelo.

   —Me casé con una chica, si no me hacía todo esto, parecería su Padre.

   —Ni bien nos separamos ya vivías con otra. Pasé por tu quinta para arreglar algunas cosas que quedaron pendientes. No me gusta compartir la tenencia de los chicos. Esta situación los confunde, le dicen Mamá a tu Mujer, cuando están en tu casa. Tomé la decisión de tenerlos siempre conmigo. Tienen una Niñera que se ocupa de ellos cuando tengo que ir a trabajar. Se sienten divididos y se ponen muy tristes. La Psicóloga me dio la razón.

   —Lili, no me podés decir eso, tené en cuenta que les paso una pensión alimenticia mucho más alta que la que asignaron los abogados. Quiero que concurran a una Escuela Privada y bilingüe. Yo la pago, no te preocupes.

   —No quiero que medien abogados, arreglemos entre nosotros. Si tu Mujer no puede tener hijos, no quiero que se apropie de los nuestros. Te hago una propuesta, vení a visitarlos cuando quieras. Serás bienvenido, incluso si un día te quedás a dormir, no me molesta. ¿Entendés lo que te digo, Bicho?

   —Mirá, a esta altura de mi vida, no quiero complicaciones. Hagamos lo que a vos más te convenga. Como siempre. Te advierto que te tomo la palabra, iré cuando se me antoje.

   Me tranquilizó su aceptación y hasta renuncié a mi trabajo, para pasar más tiempo con ellos.  Se quedaba a dormir con cierta frecuencia.

    Los chicos fueron a pasar dos días con sus Abuelos. Cuando llegó le avisé que ellos no estaban. Trajo una botella de champagne. La tomamos sin comer nada. Él se puso cachondo y nos revolcamos con el entusiasmo del primer tiempo de nuestro matrimonio. Volvió a suceder con cierta frecuencia. Sabía que eso estaba mal, pero una no es de hierro.

   Quedé embarazada, no lo pude creer. Él tampoco.

   Y la Mujer, menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario