miércoles, 23 de junio de 2010

ORDANARIA

En el Reino del Alzheimer eligieron Reina a una estúpida cualquiera. Era ladrona compulsiva, como esa gente que tiene más riquezas que años por vivir. Como no le daban las neuronas, de gastarse en nada, compró una corte de ladrones sin ética ni moral, ingredientes que el Bizconde, marido de la Queen Stupid, encargose de munir con el poder del idiota, la pólvora y la injusticia.

Tenían el equipo perfecto para resucitar a Atila y pisando a porcentaje, no dejar crecer ni los tréboles.
Él se encargó y todos saben que a su paso, la tierra no acepta germinación alguna.

El pueblo miraba a otro lado, por temor a las flechas perdidas y a la pérdida del garbanzo para subsistir. La desnutrición y la ausencia de ejemplos nobles, hizo que Queen Stupid y su séquito se sintieran acompañados. Nada superior a la ignorancia en cadena, para transformar seres, en idiotas autistas, cuya ocurrencia era deponer en el prójimo. Se alimentaban de eso los prójimos y pedían más y les gustaba. Queen Stupid deliraba y las gentes, impotentes, frente a tanta voracidad y perversión decidieron quitarse la vida. Fueron unos diez o doce. Una cifra despreciable.

El Bizconde cónyuge de Queen Stupid, decidió robar todo el reino.

Lo último que se supo de aquello fue nada, porque tanta degradación produjo una historia diluída en contaminación, perdida en el cosmos, sin rumbo ni destino. Los planetas clausuraron todo sistema de recepción a elementos dañinos y malolientes, que atentaran contra el bienestar y la equidad de los planetautas.

viernes, 11 de junio de 2010

TRANSPORTADOR

No hay contadores de historias. La última que conocí fue mi abuela. Es un arte contar cuentos, es un arte literoteatral. Mi último y mejor amigo es un contador de historias, hábil supremo de la palabra y ferviente seguidor de la locura. Nos transporta y nos embebe en nombres, edades, cualidades, historias, donde a veces, a mí, se me confunden los nombres y los hechos. De hecho hago comentarios donde los nombres y las anécdotas no se corresponden. Mi amigo sabe como soy, pero se empecina en seguir contando nuevos cuentos y yo, en confundirme. Somos distintos, él tiene memoria prodigiosa, yo carezco de ella. Me gustan las historias desde lo que sucede y a los lugares de estratósfera donde me llevan. Allí no hace falta la memoria, porque está todo. Eso tiene este contador, te lleva en su vehículo. Es el mejor recitando y escribiendo poesías, pero esto lo sabemos pocos, cuando las personas como él no son reconocidas, pienso: ¿Por?

sábado, 5 de junio de 2010

Y NUNCA

Trabajaban enfrentados dos escritorios y un pasaje de personas. Cinco años. Se observaron.
Luego fueron recortes de madera que los encubaban y se veían las caras. Quince años. Se usaron de espejo.
Llegaron las puertas cerrojo y los cerrojos quedaron enfrentados. Veinte años.
Jamás se cruzaron a la salida. Estuvieron sentados contiguos en la reunión anual de la empresa. Sólo se miraron para arreglarse el pelo o la moña de la camisa. Antes de irse, en vez de saludarse, se miraron el hombro y quitaron migas similares.