Pienso el tema y lo escribo, él me mira.
Necesita estar cerca de mí y que lo bese sin dejar de escribir. Es amigo de la
adolescencia, no pude negarme. Justo el cuento se trata de él mismo. No se
daría cuenta porque no sabe leer. Escribo que es indolente, exigente y no
desaparece de mí, entre el paisaje y yo está él. Ahora viene con amenazas que
dan miedo, yo las creo, pero no me importa.
¿Quién me acompaña sin hablar, con
lealtad? No nos podemos dejar, aunque te aumenten, yo te voy a comprar igual.
No puedo vivir sin vos, aunque hagas olor
a pucho y me hagas mal, tus humos dibujan el aire de la noche como nadie.

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