El agua corría pegada al cordón. Una birome voladora cayó en el líquido móvil, mi primer desafío, pescarla con dos dedos. Un chico la esperaba con ojos de haber perdido un celular. Era transparente, le quedaba poca tinta y la punta plástica destrozada.
El chico dijo: - Gracias, Señora. Raro, ningún chico dice gracias, ni señora. Le hacen la cabeza los compañeros, la maestra y la directora.
Él aguanta, por que es bajito, morocho, no te quiero porque sos negro y pobre. Tiene bronca. Cuando aparece la Directora quiere cortarle la garganta.
La punta de la birome es el apoyo de sus dientes, le guillotina la cabeza, salpica con sangre, se limpia con el codo y escupe pedacitos de plástico.
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