martes, 23 de noviembre de 2010

MADEMOISELLE - II

No sé porqué vine. Para salir del encierro y ver gente, no hay nadie. Por suerte hay una mesa con alguien que reconozco. Es la que pasa por la sierra cuando busco leña, me escondo para verla. Un día se bajó el jogging, pensando que estaban solos, el tipo se reía y ella le hacía burla. No es decente, qué va a ser. Si fuera decente, no mostraría el trasero así. Me dio bronca, yo juntando palitos para calentar agua y la tipa caminando. Le voy a contar que la ví, a ver qué me dice. Es amable, pero se queja del lugar que es hermoso, la idiota. Critica a la gente con un desparpajo. No es de acá, se nota. Nosotros no tenemos que permitir que venga gente así. Una cosa es la libertad y otra el libertinaje. Dice: “mi marido”, pero no tiene anillo. Ni casada está con el tipo. Para mí son judíos. Ahora me trae leña el chico del diario.
No la veo más, mejor.

Hoy voy a tomar café y estaba la tipa, leyendo el diario. Ya se va, me descubrió, se acerca y me saluda con un beso, yo le sonrío, qué le voy a hacer, por educación.

Hay gente que no tendría que existir.

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