Me avisó que
mañana sale para Montevideo, dice que está hecho pelota por la fiesta que tuvo
ayer, fue un casamiento que empezó a la mañana y a la mañana siguiente se
terminó.
—Me llevé tres
tías a dormir a casa y dos abuelos que no curtieron nada y ahora se están
poniendo al día, son como Uds, que gracias a su salud y el miedo a la muerte,
la cortaron.
No le iba a
preguntar pero me salió de la boca:
—Decime, nene, ¿Vos fumás, tomás pastillas, le das a la
merca y esos ácidos nuevos?
Se escuchó un
suspiro “no te soporto”.
—Pero Mamá, ¿qué
te pensás que soy? Todavía me acuerdo de Uds, las cosas que se mandaban y
encima me pedían que no le contara a nadie, se bañaban en bolas y yo los
acompañaba y me metía en bermudas. Por suerte era en Europa, pero no existía
hacer eso. ¿Y vos tan luego, Mamita, me preguntás si me reviento?
Me asustó cómo
se puso.
—Tranquilo,
hijito, tranquilo, nosotros fumábamos porro, tomábamos merca, un ácido de vez
en cuando, narguiles con cócteles que yo a veces te miraba y no sabía ni quién
eras. En realidad debería contarte qué es lo que no hicimos, que es más corto
que lo que hicimos. Pero me pone de la cabeza que te metas en esas cosas. Vos
sos un tipo decente, a pesar de tus amigos.
Se escuchó casi
un sapukay.
—Mis amigos son
geniales y diferentes a todos. Pipi, que es el custodio principal del
Gobernador, anda siempre armado, por las dudas no tiene balas en sus armas, por
su mujer y las nenas. Después tengo al Tano Piñoti, campeón en box de gigantes,
está todo dibujado por mí, sale en todos los medios y me nombra, es un tipazo.
Después tengo dos amigas raritas, pero son buenas y leales. No sigo porque la
lista es muy larga. Hay gente en distintos lugares del mundo, que me invitan a
tatuar, pero viste cómo es mi novia, celosa como vos con Papi, bueno, Mami,
quiero que sepas que te quiero mucho. Me voy para Canelones, que allí no existe
la gente concheta y después no sé qué elegir, pero me llevo a mi novia, que me
cuida y no permite que engorde, ni que sea como fueron Uds, ella también los
quiere un montón. Ayer llovió, aproveché y saqué el auto del garaje, quedó
impecable. Mejor que mandarlo a lavar y no me salió un mango. Hablando de todo
un poco, el Frula Domínguez, va para el pueblo, les dejará cuatro bolsones de
ropa sucia, porque en los lavaderos de acá me hacen mierda todo. Y si no es
mucha molestia, planchala. ¿Dale que sí?, Decile a Papá que le mando un abrazo,
con olor a chivo, no uso más desodorante, dicen que trae cáncer, Uds hagan lo
mismo. Bueno, te dejo Mamita, ya llegó
la pizza, me voy a comer, no doy más y te quiero, nos vemos dentro de un mes, o
seis, yo después te hablo y te digo. Clac.

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