viernes, 4 de marzo de 2016

PARA VOS VOS VOS


   -Alcanzame eso-. Yo miraba y nada 
-¿Qué es eso?-. Y mi viejo repetía. –Eso alcanzame eso ¿no sabés qué es eso?-. No lo podía creer. –No, no tengo la más puta idea de eso-.
   Se levantó de la banqueta y tomó el cepillo de ropa.
-¿Ves nabo?, eso, es cepillo, se llama cepillo-.
   -Padre, salgo, ¿me das unos manguitos?-. –Pssí, alcanzame la, la, la-. Le digo para abreviar –La billetera-.
-¿Y si sabés, para qué me tenés tres horas la, la, la, no te olvides las lla, lla, lla.
   Por suerte las tenía en la mano. Yo no sé qué le pasaba, le faltaba oxígeno para la memoria de las palabras.
   Ayer le compré un equipo deportivo completo, para hacer correcaminatas.
   Lo levanté temprano, tenía los ojos pegados, verse en el espejo con el equipo le dio contento.
   Hicimos caminata, se agitaba, me dio temor. Nos sentamos en un banco, donde veíamos toda la ciudad.
   -¿Vos no te acordás del Doctor, del Doctor, del Doctor, si sabés quién es. ¿Porqué no decís el nombre?-. Le miré esos ojos buenos que tiene –Sí me acuerdo, papi ¿Cómo olvidarme del Doctor?-. Me sonrió cuando me acordé. Pedí que siguiéramos porque nos íbamos a, a, a. Mi viejo trotaba mientras decía –a enfriar, nos íbamos a enfriar-. 

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