viernes, 25 de marzo de 2016

PSIQUISIERA


  Coco preguntó distraído, -¿Ustedes se acuerdan de Griselda?-  Chacho miró de costado –Buenas tetas, buen culo, gemelos perfectos, tobillos finos y esos vestidos cortones, transparentes-. Toto suspiró –Las tetas eran más grandes sin corpiño-. -¿Y vos qué sabés?-, preguntó Chacho. Los tres se rieron, Griselda generosa, cachonda, estuvo con los tres. Lo hacía por gusto, no cobraba y a veces se enamoraba.
   -¿Saben que la vi el otro día, gorda, las tetas le llegan al ombligo, el pelo es paja brava, los ojos los tapan bolsones de piel-.
   Griselda aprovechó la mañana de sol para hacer compras, dos zanahorias, una caja de curitas y un minifrasco de café.
   Se le fue el dinero que tenía en tres cosas de oferta. Tardó en darse cuenta, los reconoció, saludó a todos con un beso general –Casi paso de largo, ¡Qué cruel es el tiempo! Ahora que los miro, pienso que hice bien en no casarme con ninguno. Vos Coco, pelado y esa panza fútbol cinco, me dijeron que te pusiste un cinturón gástrico con hebilla externa, por si cambiás de idea. Toto y Chacho están iguales, sólo que los botones de sus camisas fueron expulsados por exceso de volumen, es patético encontrarnos después de treinta años, por suerte yo estoy igual. Me ayudó la moda de las calzas, me juntan todo, no uso dientes postizos, no tengo cirugías plásticas, soy sana. Mi única dificultad es la psique, mi psicóloga los hace responsables a ustedes, dice que no me los pueden sacar de la cabeza: Coco, Chacho, Toto-.
   Sonó su celular, ella decía –Sí, a las cuatro está bien, acordate que tengo otro turno a las seis, vemos. Chaucito-. –Antes de irme les quiero decir que tengo tres amantes insaciables y cambié mucho, ahora cobro. ¿Saben cómo se llaman? Coco, Toto y Chacho. Sus atributos son notables, bien dispuestos. Igual que ustedes cuando eran jóvenes-. Les señaló las braguetas, con nostalgia.
   Faltaban tres minutos para las cuatro.

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