lunes, 2 de septiembre de 2024

FUI

    Le tiré el sobre en la cara y volaron los billetes.

   ─A mí la guita no me interesa y menos viniendo de vos, un pobre ordinario que come con la boca abierta.

   Me dio lástima, tan vulnerable, tan convencido que mi tristeza se pagaba con dinero.

   ─¡No me toques! No soporto que me toquen desde que…

   ─¿Desde cuándo?, decime. Lo podemos arreglar.

   ─No sos el indicado, pasó hace mucho tiempo y si hay algo que detesto, es recordar.

   Quería que le contara. ¡Ja! No era mala persona, le parecía que su ayuda era necesaria. Me vuelve loca la cara de perro abandonado y yo con mi desprecio, pegando cachetadas con palabras que él no merecía ni entendía.

   Mis improperios lo doblegaban, rogaba que no lo hiciera. A mí, lo que él dijera me importaba nada. El puente me sedujo y el agua me llamaba.

   Él seguía gritando inútilmente.

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