Nos dimos cuenta que ninguno sabía su
nombre.
Le decíamos vos esto, vos lo otro. Llegamos
a despedirlo con un chau vos. Era el ordenanza de la sección – Ché ¿Qué le pasa
al triste Vos?-. El tipo era un senegalés alto puro hueso. Esperaba a su
familia desde hacía un año. No le conocíamos la sonrisa, pero sí el café que
nos servía, con gesto educado y triste. Invité a Vos a comer a casa, junto con el recepcionista,
también senegalés. Mi mujer los atendía mientras los llenaba de preguntas.
Ellos por cortesía le contestaban con la boca llena, corrían lo ingerido al
cachete derecho, formando una bola, se les entendía perfecto. En la tercera
copa hablaban en francés, mezclado con su dulce idioma original.
Mi mujer, que es prosaica genética dijo –Estos
negros son divinos, invitalos cuando quieras-.
Obviamente los senegaleses la ponían
cachonda.
Por fin llegó la familia de Vos. La mujer
tenía una figura alta y distinguida, sonreía a todos, hablaba un castellano impecable
y Vos sonreía con un montón de dientes, es cuestión de raza, los blanquitos
somos de pocos dientes.
Les
hicimos un agasajo de bienvenida. Allí nos pusieron al tanto, comenzó la mujer –Mi
nombre es Buba Arestinga y a partir del lunes seré su nueva jefa, soy
especialista en economía empresarial. Necesito tres ayudantes, elegí a
Emanuelle, al que ustedes bautizaron Vos, tiene títulos de pos grado imprescindibles
para la gestión. Luego viene Zazá, el recepcionista, amigo y compañero de
estudios y usted-. Me señaló a mí –Por ser la persona que hizo sentir a mis
compatriotas como hermanos-. Me caí de la silla y ella me levantó con una sola
mano, sin perder su elegancia.
Un día me encontraba compenetrado con un trabajo,
pasó Vos y con sonrisa de sandía me dijo al oído –Es la primera vez que te veo
trabajar desde que te conozco-.
No
le contesté, para no perder la compenetración.
Se produjo un efecto multiplicador, junto
con la nuestra crecieron todas las secciones.
Uno de los secretos de Buba era el afecto
que tenía por todos. No nos conoció por computadora. Hablaba cara a cara con
cada uno. Mi hija llegó a casarse con un hijo de Vos y Buba. Somos parientes y
mi próximo nieto de buena cepa. Seguro. Que viene de Senegal.

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