jueves, 25 de febrero de 2016

SORROSTRADA


   Me conozco, sé cómo soy por dentro. Mentira.
   Fabriqué un personaje que responde a los cánones sociales vigentes. Quiero pasar desapercibida. Hablo en voz baja, no digo malas palabras y camino con una semisonrisa que sirve para mirar niños y saludar cuando no tengo ganas. Hoy es miércoles veinticuatro.
   No pude ir. La llamé al celu para avisarle.
   Es como faltar a misa para un católico obsesivo. Hace mal no ir. Necesito escuchar cómo miento y ella cruza mi señal revirtiendo todo, dice que me castigo.
   Sabe más de mí que yo.
   La tierra está seca, el calor parte la cabeza.
   Se larga! Se larga! Llueve el mundo, caen piedras, relámpagos y truenos. Luego de tres horas, cesa. Sale vapor. Hay niebla, entra en la casa. No logro cubrir los cuentos sin antes acomodar la silla.
   Excusas para no escribir. Hago cierres rápidos, un vicio adquirido.
   Mientras escribía se corrió el cierre de la depresión y mil fantasmas se reunieron para engrosarla, oprimen el alma con su insolencia y descaro.

   Cuando se rompa el cierre vas a huir, maldita cortamambo. Voy a escribir un cuento sobre tu costumbre de meterte en mis pensamientos con una frecuencia de las cuatro estaciones del año. Serás declarada persona no grata. Tendrás vedado invadir a nadie. Sorrostrada.

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