viernes, 23 de diciembre de 2022

UN PASEO CON MI CHAPLIN PREFERIDO

 

   Papá me llevó al Circo, acción que llevó a cabo con el desconocimiento de la dictadura de Mamá. Ella decía que los circos eran tristes, que maltrataban a los animales, que la viruta del piso tenía piojos y los payasos, patéticos. Todos mis amiguitos habían ido:

   —Papá, llévame ─le pedía llorando─ todos los chicos ya fueron, menos yo.

   Él jamás me dijo que no a nada. Usó una estrategia que convenció a Mamita querida.

   Después de sacar las entradas, me compró uno de esos algodones dulces, gigantes, que se enroscan en un palo. Papá se reía a carcajadas con los payasos. Yo me reía de las risas de Papá, los payasos nunca me parecieron cómicos. Esperaba ansiosa las aguas danzantes, resultaron ser chorros de agua iluminados con luces de colores.

   Yo me había imaginado personas de agua, que danzaban, con formas de humanos transparentes. Se ve que el algodón gigante, más la desilusión hizo que me hiciera caca encima. No dije nada, venían los equilibristas, ésos sí me gustaban. Mi Padre, que tenía una nariz importante, preguntó:

   —¿Patricita, vos no sentís olor feo, muy feo?

   —Disculpá Papá pero me hice encima.

   —¿Te cagaste? Vinimos a divertirnos y ¿vos te cagás encima?, vamos a casa ya.

   —No, Papi, falta para que termine.

   —Levantate y salgamos.

   Caminamos hasta la parada de Taxis.

   —¿No me llevás de la mano?

   —¡¡¡Nooo!!! agarrate de mi dedo, ¿cómo voy a llevar de la mano una nena cagada?

   Nos detuvimos en un Quiosco y compró un diario. Lo desplegó dentro del Taxi:

   —Subí de este lado.

   Cerró la puerta. Pensé que me dejaba sola, pero dio la vuelta y subió por la otra:

   —Chofer, vamos a 48, nro 975.

   Cuando llegamos, pagó, descendió del auto, dio toda la vuelta y dijo:

   —Saltá y andá para casa.

   Al Sr del Taxi, le salían sapos y culebras de la boca.

   —No escuches, hija, el Chofer está loco, ahora metete en el baño, te prendo el agua bien caliente y te enjabonás vos y tu ropa. Después de vos, sigo yo.

   —¿Por qué Papi, vos también te cagaste?

   —No!!, me quiero bañar porque la caca es tan contagiosa como la varicela ─ahora sí que cabe lo de mocosa de mierda, como le dice su Madre.

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