jueves, 3 de diciembre de 2020

EL ODIO PERTINENTE

 

   —Estamos dependiendo de mafiosos, corruptos y obscenos.

   —¿A vos te parece, Casilda?

   —A mí me parece lo que veo y siento. La estafa imponente y maloliente que conduce con odio y siempre quiere más. La Kakoncha que nos hunde.

   —¿A vos te parece Casilda?

   —Pero decime, ¿Vos sos K?

   —Sí y a mucha honra.-Dijo a Casilda-.

   —No digas pelotudeces, están matando a los viejos y a los niños, les roban la dignidad, viven de la caridad ajena y con eso comen. Existe gente bondadosa que sirve a los demás sin decir nada. La Perra asesina el pensamiento, destroza la escasa cultura que tenemos.

   —¿A vos te parece, Casilda?

   —Siempre fuiste indiferente. Si es como Atila, donde pasa la innombrable no crece nada. Los jóvenes de hoy son capaces de aplaudirla y destruir la poca esperanza que tenemos.

   —¿A vos te parece Casilda?   

   —Merecés que no te dirija la palabra, sos tan ignorante como la Perra y te deseo la muerte junto a las bestias. No te quiero ver más por esta casa ni por la calle, soy capaz de matarte a mordiscones.

   —¿A vos te parece, Casilda?

   —Detesto los niños ricos que molestan, no así el mugido de las vacas, la mansedumbre inquieta de las ovejas, los lentos cascos de caballos, las palomas defendiendo sus nidos, los zumbidos de las abejas. Rajá de acá, me das asco.

   —¿A vos te parece Casilda?

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