sábado, 5 de diciembre de 2020

MISERILANAS

 

   Lo puedo decir:

   —¿Me permitís un minuto? O mejor.

   —Voy al toilette y vengo.

   O por qué no:

    —Me meo, ¿dónde está el baño? Dale, que me estoy haciendo pis encima.

                                                 

   —Yo no te puedo decir, si lo sabías antes que los viste y es así. ¿Querés que te mienta?

   O mejor:

   —Yo lo vi primero y callé la boca, te estaba tocando una teta.

                                                   

   —Sí, soy el Cacique.

   —Vos callate la boca.

   O también puede ser:

   —Después lo hablamos, pero no debemos faltarnos el respeto.

   O puede terminar en:

   —Te voy a cagar a trompadas.

                                                   

   Soy el Jefe y lo tengo que despedir:

  —Perdoname, pero sobra personal. Ahora te consigo otro trabajo mucho mejor que este.

  O decirle la verdad:

   —Con tus antecedentes es imposible, no encontré nada.

                                                    

   ¿Cómo le digo?:

   —Se puede estudiar solo, no te pongas así, no es para tanto. O también aceptar…bueno, estudiamos juntos. Y al final.

   —A condición que no te copies.

                                                    

   Se lo digo de una:

   —¿Qué hacías en la cajonera de la Señora? Estabas robando.

O también:

   —Robale que se lo merece.

   Una mejor:

   —Si no me das la mitad, se lo cuento a la Señora y vas a quedar en la calle.

   —Mejor para mí. En la calle me pagan mucho mejor que aquí.

   Le pregunto cómo hace:

   —Tenés que abrir las piernas y como dijo no sé quién, ante una inminente violación relájate y goza.

                                                   

    Escribe mal y ahí no sé si decirle o no. Dedica demasiado tiempo a leer, escribir y mirar una serie Netflix. Pensar en su vida me hace bostezar. Me animé y le dije:

   —Vos no cojés nunca.

   —Es verdad, ni cuando era puta.

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