martes, 1 de diciembre de 2020

EL PRINCIPIO DEL DESPUÉS

 

   —Mami, ¿puedo invitar a comer a mi amiguita?

   —Claro que sí, pero no me traigas a comer a todos tus amiguitos. Éste es un caso especial, somos más amigovios que amigos. ¿Sabés lo que le pasó en la Escuela? Tenía el guardapolvo con manchas de sangre atrás. La llamó a la Directora y dijo: "¡Ya sos señorita, te felicito.” Ponete estos paños, por ahora.

   —¿Cómo, niño lindo y bueno?, es chica todavía para esos menesteres…

   —Bien, Mami, vos sabés mucho porque tenés diez años más que Papi. A mi amiguita le vino la menestruación y tiene las tetitas más grandes que vos. Lo que pasa es que se las venda, para que no se noten. Tiene vergüenza. Me dijo que le gustaría que hiciéramos algo juntos, además de los deberes. Tuve que contarle, todavía no me desarrollé. A propósito, cuando tendés mi cama, ¿nunca encontraste mojaduras raras?, no de pis, si no de lo otro.

   —Qué es lo otro?

   —Vamos, no te haga la boluda, como dice Papá cuando vos no estás.

   —Para tu alegría ya van tres veces que encuentro tus sábanas mojadas, bah, en realidad todos los días. ¿Y por qué tanto apuro?

   —Porque mi amiguita dijo que me apure, así estamos en la misma situación y podemos hacerlo.

   —¿Hacer qué?

   —Lo que hacen vos y Papi cada quince días, a mí me gustaría hacerlo aunque sea cuando sus Padres no estén. También puedo entrar por la ventana, su habitación está cerrada con llave, a ella le gusta así, para que nadie la moleste. Ayer me invitó, pero cada vez que la quiero tocar, grita como una rata. Después me dijo: “Esto que vamos a hacer es pecado. Tenemos que esperar a casarnos.”

   —Niño lindo y bueno, ¿qué le contestaste?

   —Que tenía razón, pero que faltaba tanto para casarnos, que podríamos ir practicando.

   —Por favor, nene, usá forro.

   —No lo necesito, ella tiene un montón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario