domingo, 24 de abril de 2022

EN TODOS LOS RELOJES

 

   A las cinco de la tarde debo concurrir a la Sesión con la Psicóloga más buena y eficiente que encontré. Desde que nació mi Hijo que me hago tratar como si fuera un tractor anegado. Ahora tengo setenta y dos, en eso estoy. Me cansé, hoy quiero dormir una siesta larga, sin ninguna interrupción. Pero mi reloj biológico lo tengo incorporado, no es que lo desee, pero voy de memoria.

   ─¿Qué pasó en la semana, eh?

   ─Nada placentero, como siempre.

   Me recuesto, me quedo callada, es bastante incómodo. Pienso una palabra, no dice nada y al mismo tiempo lo dice todo.

   ─¿Conocés México?

   ─No, pero conozco la canción y me emociona porque siento que el mundo de la palabra tiene un muro impenetrable.

   Hace mucho que no tengo juguetes nuevos en la cabeza. Me parece que no entregan.

   Fui a la Farmacia, me arrancaron la cabeza y la mutual OSDE me hace gastar el dinero que no tengo, pero los psicofármacos son necesarios. Si no fuera por ellos, habría matado por lo menos doscientas personas. Lo primero es lo primero, empezaría por mí. Los ciento noventa y nueve que quedan, un dios que no existe, puede dar prueba de vida con un disparo a cada uno.

   De paso que mate los perros que ladran justo cuando estoy escribiendo.

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