sábado, 24 de junio de 2023

¡QUE VIVA LA LIBERTAD!

   Mami dice que cuando nací pensó que me habían cambiado, no me parecía a nadie. Considera que soy inútil para todo servicio. Tengo nombre, pero para mami soy che. Che estudiá, che alcanzame. Che lavate las manos. Cuando vienen visitas me llama hija esto o hijita lo otro. Delante de sus amigas cuenta que soy inteligente, buena, obediente y estudiosa, una bendición de dios. En privado, se toma la cabeza y dice que soy una maldición de dios. Así comprendí que dios es contradictorio.

   Compró un sillón mullido siesta, para el escritorio de papá. Cuando me quise sentar, ambos me tomaron de las orejas para gritar que ni se me ocurra, con esos vaqueros tan sospechosos como mi higiene personal. En eso les doy un poco la razón. Mami también compró la banqueta más incómoda que encontró, para la Secretaria de papá.

   El otro día entré con sigilo al escritorio, salí de la escuela tres horas antes. La Secretaria estaba tirada en el sillón nuevo, con ambas piernas en alto y papá sobre ella, tal vez probando el sillón. Cuando llegó mami de jugar al bridge, su única ocupación además de la canasta, le conté que papá y su Secretaria dedicaron ese día a probar el sillón nuevo, haciendo cabriolas de toda índole. Agregué que estaban sin ropas, tal vez para cuidar el tapizado.

   No me explico las razones, pero se divorciaron, no sin antes romper toda la vajilla y demás enseres, a saber, el sillón nuevo rasgado con un cuchillo grande, junto con los colchones, el mío inclusive. Mami tenía mucha fuerza, le rompió cuatro costillas a la Secretaria y le partió una pierna, con el atizador de la salamandra. Mami se fue a Europa con su mejor amiga y papá se casó de inmediato con la Secretaria.

   Ninguno quiso quedarse conmigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario