Vos me hablabas
todo el tiempo de él y las virtudes, caprichos, inventos para nadie. Ni bien
descubrió que cantabas y vivías al lado, apareció, en bata, golpeó despacio,
vos estabas en camisón.
Te dijo: —Portamos
la ropa correcta, para dar una vuelta en cama.
La mina piensa y…me
dieron celos, somos amantes desde el secundario y quisimos seguir así, aunque
otras circunstancias, se nos cruzaran en la vida, siempre estuviste sola, no
quiero dejarte sin él.
—Sé que soy
generosa, respeté los deseos ajenos, postergando los propios. Ahora no quiero,
te casaste, felicitaciones, pero nosotros seguiremos siendo amantes. No le preguntes,
una de sus virtudes es no herir, sabe de tu fragilidad.
¿Cómo se atreve
a contar todo junto?, me lo banco porque es mi hermana, ni siquiera considero
que me hayan traicionado. Los actos de amor no son crímenes, nadie murió,
nadie mató. Todos quisimos. Nos casamos porque llovía y justo pasamos por una
iglesia.
Están hablando
las hermanitas, la mayor seguirá siendo mi amante, de todos los días, un
espacio nuestro, yo le enseñé, ella me enseñó. No sé quién, pero ni necesidad
tenemos de decirnos que es para siempre. La más chica estaba sola, tocando la
guitarra y su tristeza, atravesaba la pared de mi bulín.
Cuando escuché
los primeros acordes, golpeé despacio, ella estaba en camisón y yo en bata. Se
produjo el principio.

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