lunes, 26 de noviembre de 2018

HAY COSAS QUE...



   —Hace ruido cuando come, cuando camina, tose fuerte, seco, hace ruido. Hasta su corazón late catarata, los huesos le craquelean. Su piel es seca.
   Describe cruel, no lo merece ese hombre, puede que ayudarlo, en todas las funciones de vivir con limitaciones, le robó la piedad. Antes fue más solícito, le daba vuelta a las páginas en los libros que más le gustaban. Ahora me contrató para que yo le leyera.
   Hice lo posible porque mi voz no fuera monótona, a veces se reía, otras lloraba y alguna pensaba, sin ausentarse, me corregía lo que venía. Sabía sus libros de memoria. Aldo, el que lo ayuda en sus limitaciones, dice que el viejo está chocho. 
   —A mí me parece un genio, para nada pienso que esté chocho.
   Aldo se explica mejor. —No es así el viejo, está contento con Ud, pide que venga más horas, a cambio de una retribución más alta.
   Durante diez años leía sus libros con la pasión del primer día. Me atendió Aldo, la noche anterior el Sr, había fallecido. —Agradezco su paciencia y le entrego algunos de los libros que el Sr sabía de su predilección, en su caja de madera hermetizada.
   Cuando comencé la lectura del primero, estaba cortado de principio a fin, con dinero. Los cortes eran perfectos. En uno de ellos había una carta, donde relataba que él había sido Mayordomo de Aldo. Cuando se enfermó, de cosas de viejo, Aldo se encargó de cuidarlo con una devoción filial. Terminé la carta y fui a la casa del Sr, o de Aldo, estaba algo confusa. Usé la aldaba, sabía que era del agrado del Sr.
   Atendió Aldo vestido como un Conde. Extendió su brazo para que yo depositara el mío. Y nos sentamos en la sala principal, frente a una mesita baja, con una tetera con humito y dos tacitas de Limoge.
   —Mi querida Señorita.
   Y apoyó su rodilla en la alfombra, me extendió una pequeña caja, que al abrirla casi desmayo, me dio un ataque de tos y eché un escupitajo sobre cajita, anillo y mano, de mi compañero Enrique que…
   —¡Corten!! ¡Corten!!, decime, ¿vos sos estúpida? Estábamos en el final, ni una interrupción, no lo podemos rehacer por ausencia de material…¡Fuera! Te aseguro que como actriz, no te va llamar nadie. ¿Sabés dónde va a salir esta última escena? En internet. Rajá de acá, porque te ahorco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario