domingo, 18 de noviembre de 2018

CORTE DE PASTO



   En la actualidad, lo que fue la P2, se llamó La Jabonería de Vieytes, reunían a sus pares en mesas ovales, muchos preferían permanecer de pie, el resto les cantaba: —¡El que no salta es un maricón! ¡El que no salta es un maricón!
   Por temor a la vergüenza de ser acusados de geyshos, saltaban.
   El asunto que los reunía hoy, era el futuro asesinato de un Abogado pedófilo, drogón y ladrón. Bartolomé Vieytes, se refirió a la falta de un orden de prioridades. El asesinato y castigo, al Abogado infamante, sucedió con una soga, que el mismo acusado ató, con un nudo americano, a su cogote. Caso cerrado. El Expediente se lo llevaron al Obispo, que tenía estómago para todo.
   Estaba presente, como mediadora, entre medios y miedos, la Dra Cristiana Mortadele, que trepando a un podio multireligioso, dijo que la prioridad, era qué hacer con los niños.
   —Permita que la interrumpa, Dra Mortadele, ellos son lo de menos, que se ocupen los Padres y los Colegios Privados.
   Contestó el próximo orador. La Dra bajó del podio ofendida, rodó por las escaleras y con voz de flauta dulce, rezaba: —De paso hago pilates, yo no vine aquí para perder tiempo.
   Se escucharon peleas, donde los grandes próceres, por tener los micrófonos abiertos, para aumentar la audiencia, expresaban sus ideas. El Ingeniero Claudio Teladoy, decía: —Hay que pintar la Jabonería y arreglar las goteras, mientras Uds hablan boludeces, se avecinan vecinos indignados, les han llegado boletas donde deben pagar a la brevedad, el Impuesto al Aire.
    El Periodista Latiene, inquirió: —¿Y Ud cómo lo sabe?   
   El otro lo miró como a un gordo imbécil: —Mire por la ventana, los vecinos transaron con Trumpo.
   Salían de entre los matorrales, con pesados cohetes, mercenarios a cargo de desaparecer el Impuesto al Aire y el aire también.

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