domingo, 22 de octubre de 2023

DISFUNCIONAL

 

   Fui al Banco y esperé tres horas hasta que abrieran, prefiero cagarme de frío tres horas, antes, afuera y no tres horas adentro con bronca. Tenía la campera cerrada, pero una apertura en el medio del pecho, transportó viento, con frío helado y lluvia. Dardos que aterrizaban en mis bronquios. Entré al Banco, tibio de mugre, extraje dinero, casi todo. El arrendamiento acumulado y ahorro. Fui a la Contadora, la calefacción al mango, entregar todo el dinero, menos un piloncito que daba risa. Los Impuestos están más altos que la tierra.

   No supe dónde estacioné el auto, lo dejé. El viento a favor hizo que llegara rápido al sweet home. Al entrar hice un camino de mochila, campera, pulóver, camiseta, medias mojadas y borcegos inundados. Calé mi pijama de oso, me metí en la cama temblando.

   El termómetro marcó 38°. Tomé una pastilla y dormí, hasta que un trueno me hizo marcar el número de mi Psi. Le dejé un mensaje: “Me enfermé, lo dejamos para la semana que viene”. Es la tercera vez en los veinte años de psicoanálisis, que falto. Otras veces con culpa, esta vez convencida. Dejé sin cobertura mi locura. Llegó Mario.

   —Estoy enferma, no me acuerdo dónde dejé el auto ¿lo podés ir a buscar?

   Miró con desprecio matrimonial:

   —¿Estás enferma? Saliste con la campera abierta.

   Se fue, dando un portazo. El picaporte de adentro cayó al piso. Volvió con el auto multado.

   —¿Me traés un té con limón y una tostada?

   Escuché la pava golpeada contra la hornalla.

   —Tenés todo en la cocina, detesto miguitas en el dormitorio. ¿A ver?

   Me tocó la frente.

   —No tenés fiebre, podés caminar, te escuché, cancelaste la sesión. Ya no sabés cómo joderme, lo tenía que ver a Sebas en ese horario, pero no. El boludo se queda para cuidarte. La multa la pagás vos.

   Mi locura no tiene cobertura, debería haber ido con fiebre y todo. Tengo que pagar al Psi para que me contenga, mierda, carajo!

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