sábado, 28 de octubre de 2023

EL FINAL

 

   La atmósfera caía sobre todos, la gente estaba con una depresión permanente. Nadie se reía, los virus se multiplicaban.

   En un día, en un solo día, millones de vehículos colapsaron calles y rutas. Circulaban en redondo, las manos y contramanos borraron sus flechas indicadoras. Los semáforos se hundieron misteriosamente.

   El silencio inundaba todo a pesar de los despropósitos que ocurrían en la tierra. Coco, que disfrutaba su soledad escuchó.

   ─Largá la compu y el celular. ¡El mundo está terminando!

   Dijo Diego:

   ─Vos sabés que tenés razón, recién miro por la ventana y es como vos decís. Los edificios se derrumban sobre sí mismo. Caños de agua, comida, olvidate. La mampostería arde en llamas…

   Coco le cortó y silenció el celular.

   ─Si después de todos los celulares también van a desaparecer. Será horrible, la misma gente los va a incendiar, con el asco que me da el olor a plástico quemado. Este es mi último llamado ─dijo Diego.

   ─¿Vos tenés pensado algo?

   ─Yo la tengo clara, voy a cruzar a lo de tu novia que vive frente a mi departamento. Por suerte está afuera. La agarro de prepo y le propongo, no, mentira, le dije: “¡Vamos a coger que se termina el mundo!”

   Estoy seguro que Dios apretó el botón.

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