viernes, 29 de diciembre de 2017

TRES


   Voy al banco a sacar dinero. Tengo que pagar luz, gas teléfono, celulares, cable, servicios sanitarios, derecho a pagar más de la cifra estipulada, eso es a criterio del usuario.
   Hago una cola de tres horas y cuando casi me quedo dormida, es mi turno. Camino lenta de cansancio, una turba de la cola me empuja con violencia hacia la ventanilla. Le digo al empleado: —Necesito sacar dinero, pagar cuentas, en fin.
   El tipo me mira sonriente y contesta que se puede poner, pero no extraer plata. Muestro mis cuentas y pregunto si cabría la posibilidad de pagarlas vencidas. El empleado dice que en una semana me cortarán los servicios si acumulo no pagos. Es probable que la Municipalidad se quede con la propiedad. Parto rauda hacia  AFIP y pierdo los estribos cuando me dicen que nuestro dinero tendría otros destinos, empiezo a gritar: 
—Ladrones!! Mafiosos descarados!!
   Viene un policía y me invita a salir del lugar. Cuando salgo no recuerdo dónde estacioné el auto. De un negocio me cuentan que se lo llevaron por tener media rueda en una raya borrada amarilla.
   Espero tres horas para recuperar el auto y me dicen que será en tres días. Le tienen que hacer una autopsia. Luego me lo devolverán. Al tercer día lo recupero, paro en una estación de servicio para llenar el tanque. Cuando voy a pagar el chico me dice que es gratis, que tal vez mañana no haya ningún tipo de combustible hasta dentro de tres años.
   Abro la puerta de casa. Me tiro en la cama boca abajo con sobretodo, cartera y zapatos. Duermo tres horas. Me despiertan unos ruidos  contundentes, dos tipos encapuchados me preguntan dónde está la guita. Les explico que ahí nada, hay dos zanahorias en la heladera, si gustan. Se van masticando zanahorias.
                                                                            

No hay comentarios:

Publicar un comentario