El Tío Pancho de noche para dormir me
introducía unos autífonos en los oídos y así terminar los conocimientos que me
faltaran. Aprendía durmiendo, Historia Universal, Filantropía, Interacción de
las Matemáticas con la Gergometría. Me levantaba con dolor de cabeza para
seguir estudiando con el Tío Pancho.
─Tío, me estás sobresiguiendo, mucho, quiero
dormir 48 horas corridas, sin nada en las orejas y con mi Oso abrazado.
Me dijo que sí.
─Pasado mañana partimos a Buenos Aires en una
avioneta particular que nos manda la UBA.
─¡¡Viento!! Por fin voy a poder desde arriba
las cosas de abajo. ¿Y la UVA? ¿Quién son?
─Donde te llevarán al aula de los Pasos
Encontrados, deberás responder o exponer todos los temas que te pregunten. El
más capito decidirá tus calificaciones.
─¿Es un Señor que me va a masticar mi
pitito?
─¡No! Por favor, fue una forma de decir. Es
el Rector de la Universidad que presenciará tus conocimientos.
Ese día hacía calor, me vestí con mis
bermuditas negros y mi remerita roja. Los colores del partido Anarquita de mi
Papá.
Pude hablar de corrido, con el aburrido
lenguaje de los adúlteros. Me saqué diez en todo. Me aplaudieron, vino la
Televisión y todas las mujeres me besaban. Hubo una que casi me ahoga, poniendo
mi cabecita entre sus tetas más grandes y más duras que mi cabeza. Los Premios
fueron un montonazo de dólares y dos pasajes para recorrer las principales Capiteles
de Uropa. Un pasaje para mí y otro para mi Tío Pancho, era obligación viajar
con un adúltero.

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