miércoles, 4 de enero de 2023

RESCATE

 

   Grafitaban las paredes, desinflaban cubiertas, vaciaron una bolsa de consorcio en el medio de la plaza. Los llevó la Policía silenciosa de la noche.

   Recibió el llamado Molly, madre de Martín, uno de los menores. Fue caminando hasta la comisaría, corriendo y llorando. La atendió el Oficial Pirulo y dejó que viera a su hijo, estaba temblando y tenía golpes en todo el cuerpo, se abrazó a Molly y los polis no lograban despegarlos. El Oficial Pirulo tomó una decisión. Los dejó libres a los tres. No tuvo problemas laborales. Estaba él, solo y dejó que se borraran antecedentes. Los otros dos chicos, también golpeados, le pidieron que no contara nada a sus padres, ellos dirían que fue una patota por la calle.

   Cuando llegó a su casa, Martín se quejaba de dolor, las bolsas de hielo no servían, los calmantes tampoco. Llamó a una ambulancia, lo pusieron en terapia intensiva, no reaccionaba por más que Molly le pedía que abriera los ojos, esto no sucedía. Se tomó de la cama y esperó al médico de la mañana, no fue, había una enfermera que sólo le tomó la presión, la fiebre, antes de retirarse sugirió a Molly que fuera a dormir.

   Ella permaneció de pie junto a su cama, esperando la ronda mañanera de los galenos. Había un partido del mundial de Foot-ball. El Hospital quedó vacío de médicos.

   —Mañana vienen ─dijo la Enfermera luego de esos ritos para nadie.

   —¿Cómo me dice “Mañana vienen”?  como si de proveedores se tratase!  ¿Usted quién es?

   La Enfermera era personal de limpieza.

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