lunes, 13 de noviembre de 2017

BAD MILK


   Nací llorando porque la vida me dio miedo y morí llorando porque la muerte me dio miedo.
   Tuve una madre generosa que me alimentaba de sus propias tetas. Cuando asomaron mis dientes se ofendió y el castigo fue la ingesta de calabaza o polenta. Por suerte crecí y recuperé, con una mujer nueva, las tetas perdidas. Me sentí estafado, de allí no salía ni una gota de leche. Ella me daba a cambio bifes con papas fritas.
   Tuvimos un hijo al que bautizamos Milky. A él sí le daba la teta. Yo lo miraba tomar y me daba nostalgia. Una vez me animé y le pedí a ella si no me convidaba un poquito. Dijo que estaba loco,  debía concurrir al psicólogo. Le pregunté si el psicólogo tenía tetas con leche. Hizo un bolso para ella y otro para Milky. Se fue sin saludar a la casa de su madre.
   Mi único consuelo era sentarme en los bancos de las plazas, donde siempre había alguna madre amamantando a su fucking bebé.
   Si vieras, estoy tan triste que me pongo como loco y te pregunto a vos, que no tenés el gusto de conocerme y yo que tengo el disgusto de no saber quién sos, aunque me leas ¿Cómo hacés cuando tenés ganas de tomar la teta? Te pido por favor que no me digas que me compre un chupete. Ya probé y la gente te mira mucho, da vergüenza.
   Imagino tu cara de bípedo pensamiento único, me vas a sugerir que vaya a una psicóloga mujer, porque tengo un edipo descomunal.
   Te mando a la mierda, sos un tipo con mala leche.
                                          

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