Cuando una
pareja grita, pega y rompe, llegó la hora de separarse. Ambos se sentaron en el
banco de Tribunales por última vez, esperando el juicio de divorcio. No existió
el común acuerdo. Ella recordó el banco de la plaza y los besos del amor; cómo escuchaba
los latidos de su corazón cuando apoyaba la cabeza en su pecho. Tenían un gato
que los había elegido. Él ponía platos con leche a la entrada de la casa, al
gato le pareció una oferta interesante, buen lugar, almohadones y alfombras. Le
llamaban Flor. Hubo que hacer un cambio cuando advirtieron las bolitas y se
llamó Tonio. En las discusiones por arañazos en las cortinas y el costo de
renovarlas, él trataba de convencerla del instinto felino. Dormía con ella,
parecía querer abrazar a Tonio antes que a su marido.
Hacía frío en la
espera, no se explicaban cómo a aquel juicio común, llevara tanto tiempo. Para
hablar se sentaron más juntos. Era más que una charla, tomaron calor. Tonio
sintió alivio cuando se fueron. Por fin podía deslizarse por las cortinas,
dormir en cualquier lado, atacar la mesada con carne y yogurt. Le habían dejado
música de Satie. Durmió la siesta sobre un cordero del living.
En la
primera audiencia, expusieron ambos el reparto de bienes:
─Yo quiero el
gato ─ella lo miró con desprecio.
–Yo me quedo con
el gato ─dijo él─ te dejo la casa, el auto, la moto y todo el mobiliario, lo
único que quiero es mi gato.
La audiencia fue
más extensa que lo que pensaban. Llegaron juntos a la casa y las injurias iban
y venían.
Extraño, pero
durmieron juntos. Ella puso a Tonio de su lado. Cuando él se tiró en la cama,
le quitó a Tonio y lo puso de su lado. Se hacía la dormida, tomó el gato y lo
volvió a su lugar, con ella. Cuando el marido pensó que ella dormía, le quitó
el gato. Toda la noche, Tonio pasó de uno a otro lado, parecía de peluche.
Llegaron al colmo de tironear a Tonio de las patas traseras y ella de las
delanteras. El gato sacó todas sus uñas y les enrejó la cara con arañones.
Propio del instinto felino.

No hay comentarios:
Publicar un comentario