lunes, 7 de noviembre de 2022

¡CUIDADO!

 

   —Me pusieron una pierna ortopédica, no había mi número, quedaba sólo talle S. Camino renga, ni uso bastón.

   Su amiga no dudó un segundo.

   —Yo por suerte conseguí talle L y me entró a la misma altura que la sana.

   —Tantos años que nos conocemos y nunca te pregunté cómo fue.

   La amiga acarició su pierna y le contó el episodio, una camioneta de la policía pasó por encima de su pierna y se dieron a la fuga no sin antes gritarle:

   —Te queda la otra, nosotros siempre dejamos propina.

   Ella se asombró, porque le sucedió igual, un patrullero le destrozó la pierna y se dio a la fuga.

   —A esta gente hay que matarla, subirlos a una máquina recolectora y que los compacten. Total no sirven para nada y encima te van quitando pedazos.

   La talle S pensaba que matar era feo, tal vez lo mejor sería darles el traslado a Medio Oriente, munidos de armas plásticas.

   —Sabés lo que hago cuando veo un cana? Le pregunto cualquier verdura, hago que me mareo y le vomito encima, cerca de la cara.

   La talle L, con la talle S, iban a pagar el plus que dispuso la Municipalidad para la policía local. Se brotaron las dos cuando vieron la cifra, la cuarta parte de sus jubilaciones. Fueron a ver al Intendente y el nabo les dijo que no estaba enterado. Tenía cicatrices en las muñecas de tanto meter la mano en la lata. Talle L y talle S quitaron sus piernas ortopédicas y le pegaron en todo el cuerpo, sobre todo en la cabeza. Siguieron, no  sin antes descansar los brazos, le pegaron, le pegaron, le pegaron, lo mataron.

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