lunes, 14 de noviembre de 2022

EQUÍVOCOS

   El calor hacía que uno se derritiera como un helado. Llegué hecha mortadela a casa. Fui a ver el lavadero, en él se secan las ropas, saltaba la carne picada y en el inodoro la ropa. Vivía en pleno estado confucional.

   Me voy a casar con un tipo buenmozo y adinerado. En una fiesta encontré al indicado. Nos miramos y él desvió la mirada, ambos habíamos tenido infinidad de novios. Él sabía y yo también.

   ─¿A vos te parece que esto funcionará? No sé quién sos y me parece contar.

   ─Mi nombre es Mima, estudio Medicina, tengo veinticinco años… bueno, basta! No me gusta hablar de mi vida. Con esos datos te vas a tener que casar conmigo.

   ─No quiero ofenderte, pero jamás me casaría con vos. No es mi propósito, no me gusta tu cara, ni tu cuerpo, ni cómo pensás, si pensás. Además ponés la ropa en la heladera y la secás en el microonda.

   Todo lo que se pueda esperar, es de todo. El dinero puede más que todo, aceptó casarse. Comete errores con frecuencia. Se enamora de la persona equivocada. En este caso, resultó puto. 

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