sábado, 16 de abril de 2016

FACHO


   El tipo un metro noventa, con un traje impecable, corte de pelo a lo Hitler y unas manotas con cinco boletas disfuncionales, Arba, Afip, Anses, Grimoldi y Frávega.
─Quiero pensar que hubo un error. Dijo el hombre gigante.
   Se acercaron todos los empleados al escritorio del flaquito, encargado del Departamento de Equívocos. Una inofensiva y menuda persona ─¿Puedo ayudarle en algo, Sr. Debucchi? Estoy a su disposición.
   El tipo dando con los zapatos al piso, como un caballo brioso ─¿Las deudas son veraces?
   El menudo, luego de mirar la compu, respondió: ─Absolutamente Sr. Debucchi.
   El tipo le arrebató las boletas, las hizo un bollo y le pidió al empleado menudo que abriera la boca, le metió el bollo y lo empujaba con los dedotes.
   Cuando se fue, los empleados hablaban de la pinta del tipo, la forma de conducirse, su inefable potencia, era “El Hombre”.

   La admiración excesiva los hizo olvidar del compañero que le faltaba el aire, murió como las personas prescindibles, sin que nadie lo advierta.
                                

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