jueves, 26 de abril de 2018

AFLICCIÓN FLEX


   Una mujer con cara de aflicción, hecha un nudo en un rincón del sillón. Me senté a su lado y le dije que todo en la vida llega y se va. Pensé que una oración extraída de un libro de auto ayuda, mejoraría su desánimo. Me arrepentí, era una frase multiuso, “sirve nada”.
   Se abrió la puerta de un consultorio y asomó la cabeza del Psi Ganaguiso —¿Qué pasa aquí? En una sala de espera, debe reinar el silencio.
   Esperé mi turno, el Psi me contó la historia. Éste es un caso especial, se trata de una mujer que nació con la posibilidad de anudarse, todo el cuerpo, hasta llegar a ser una pelota de Foot ball. La pateaban donde fuera, los chicos de la plaza consideraban que la mujer nudo era la mejor pelota para jugar.
   Le hacen rehabilitación, hasta ahora lograron que el índice y el meñique no se anudaran más. Los brazos llevaron tres meses con inyecciones “antinudo”, las piernas dieron trabajo, parecían defender su virginidad.
   Hicieron viajar a un especialista chino, el Doctor Chin-no, en tres días la paciente caminaba. Viajó a Estados Unidos para despegar la cabeza del ombligo. Fue notable, hay que sacarse el sombrero, los yanquis son los mejores. Ella sintió que debía reparar su vida de pelota. Llegó a ser primera bailarina del Teatro Colón. Hacía lo que su cuerpo le pedía, tenía una apertura de trescientos grados, saltaba casi tres metros impulsada por su fuerza interior, caía en el escenario sin emitir ningún sonido. Hubo veces  que ella, ya en el suelo, parecía seguir volando. Su último trabajo fue ser pelota de nuevo.
   La encontré en la sala de espera, hecha pelota.
  Ya no la número cinco, sino una de tenis. Sólo me salió decirle:
 —Todo en la vida llega y se va.                                                                                                                            

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