—Los pescadores
pescan, las personas pecan.
-Sarita escucha a su Padres borrachos y cuenta para
que me asombre-.
—Tanto
pescadores como personas, tienen que pescar para pecar y que nazcan bebés.
Le cuento a
Lucas: —Sarita es hija de alcohólicos y dice cualquier disparate, tener hijos
no es pecar.
—Para mí la culpa
es del Padre Francisco, les dijo a mis tíos, que hasta que no se casaran, tener
tantos hijos era pecar, pero si se casaban quedaban sobreseídos y podían ir a
pescar al Río Samborombon, para calmar esa manía de parir un hijo por año. Mi
tía era muy linda y mi tío pensaba que si siempre estaba embarazada, nadie
miraría a su mujer. Cuando llegó el décimoquinto hijo, el Médico le dijo, que
le convenía ligar las trompas. Debido a que su útero, de tanto parto, estaba
lleno de baches. —Se lo explico con palabras de uso corriente para que me
comprenda.
Mi tía lo miró
como a un santo: —Gracias, Doc, ahora me tiene que decir, las corrientes de
aire que se producen en la zona. ¿Cómo las puede solucionar?
—Suturando uno
por uno, mi querida, su marido no creo que se moleste, debe estar harto de encubicular,
tan asiduamente, sea sincera, Ud también.
Le fue sincera. —Yo
también estoy harta, pero tipo que se me cruce, encubiculo. Cualquier cosa,
Doc, Ud me remienda.

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