lunes, 8 de junio de 2020

¡SORPRESA!


   Dejaba abierto por si olvidaba las llaves, nadie sabía que era su cumpleaños. Él lo ocultó a los compañeros de trabajo y a los del coro desafinado. Se despidió de todos, con algo de culpa y melancolía. Entró al departamento y tropezó con la oscuridad, al segundo, el contingente de la oficina y los del coro también, prendieron luces de colores. Había disfraces de cotillón y guirnaldas en toda la casa. El regalo fue una Stripper, que salió de una torta y se acurrucó a su lado.
   Todos le cantaron el happy birthday, por vez primera el coro no desafinó. Se dio cuenta que lo querían. Hasta su Ex Mujer se autoinvitó, le daba besos mientras decía que lo extrañaba, pensaba seguir soltera y ser su amante. La Stripper la empujó al balcón y su Ex Mujer desapareció. 
—Debo cumplir con mi trabajo, para eso me pagaron.
   Le dio un piquito en la boca y después fue tanto su entusiasmo, que siguió con los piquitos de la cabeza a los pies. Había tanta gente, que se escondieron en el placard. Nada de piquitos, se puso cachondo y quiso su kit completo, para darle placer.
   Necesitó comer los restos de torta, volvió a lo diecisiete, después de vivir un sueño, se echaron un polvazo y se abrieron las puertas del placard. Todos quedaron azorados, por el culo y las tetas, los hombres le pagaban, aunque sea para pasar las manos por sus atributos y si ella quisiera, podían ir por más.
   —Un momentito, esa zona me pertenece.
   Se abrazaron, la Stripper se desplomó en un sillón y él la acompañó.   Ella estaba dada vuelta.
   Despertó cuando todos se habían ido, se apiadó de la Stripper y la dejó dormir. Afuera se escuchaban pedidos de socorro, era su Ex Mujer, que se encontraba en el toldo de abajo. La vio tan gorda chancha, que la conminó a limpiar el departamento.
   Habían dejado deplorables la superficie del piso, las paredes y hasta el techo. Ella limpió todo.
   —¿Cuánto te debo por tus servicios?
   Lo único que le pidió fue que volviera con ella.
   —Ni estando despierto o dormido, ni vivo ni muerto.
   Ella hizo mutis por el foro: —Ya me vas a buscar.
-Amenazó la gorda chancha. Y le robó las llaves del auto-.
   Cuando la Stripper despertó, manejó bien la resaca. Él la pensó para vivir a su lado.
   —Estuvo todo muy lindo, pero debo seguir con mi trabajo, tengo un montón de turnos para otros cumpleaños. Me tengo que meter en tortas con sorpresa. Por supuesto la sorpresa seré yo y mis cualidades.
   A la gorda le pidió que vuelva a ser su Mujer. Se acostaron en la cama y durmieron cucharita. Él casi no pegó los ojos, maldijo su cumpleaños y todas las personas, se dio cuenta que en realidad, no conocía a ninguno de los invitados. Sacó la gorda a los empujones, cerró la puerta con llave. Se deslizó hasta el sillón y dijo: —Al fin solo, el buey solo bien se lame.
   Soñó que la Stripper venía a visitarlo desnuda, con un cacho de torta en cada mano.

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