domingo, 12 de junio de 2022

INFORME PRIVADO

 

   No quiero que se den cuenta que estoy enferma. Mi Madre no podría entender cómo una chica saludable y deportista, se podía encontrar tan mal. Los primeros días tuve fuerzas para disimular.

   Me visitaban con miradas compungidas y hablaban entre ellos de mí, en voz baja para que no los escuchara. No se dan cuenta que estoy enferma, pero vienen igual. Por las dudas y por las deudas que tenía mi Madre con ellos. Tanto gasto, se quedaba sin plata tres días después de cobrar la jubilación.

   —Estos días le está bajando la fiebre, pronto va a poder entrenar y entrar en las finales de tenis, seremos ricos y les podré devolver.

   —La fiebre le baja, pero tiene ojeras y apenas camina, no tiene fuerzas. Le voy a regalar un libro que terminé de leer, se llama: “Cómo vivir enfermo” y te da ideas de para soportar estas contingencias.

   —Mamá, no quiero que venga más nadie y menos la Tía que más odio, con su libro pura verdura. Al Médico rajalo, lo mío no tiene solución y no me llore que me hace mal, porque a vos te hace mal. Mirá tele, salí a pasear, tejé un gorro, que me da frío en la cabeza.

   ¿La muerte empezará por la cabeza? ¿y vendrá por el resto después? Soy tan estúpida que termino pensando que hay un después.

   —¡Mamá!, no te vayas, no me dejes. Durmamos juntas, así me das calorcito.

   Por la mañana estaba fría, no respiraba. Su Madre lloraba, lloraba y no paraba de llorar.

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