viernes, 8 de diciembre de 2023

CARA A CARA

 

   —¿Vos pensás que con esto me alcanza para las compras del día?

   Él arreglaba el nudo de su corbata y puso esmero. Hizo todo frente al espejo. No la escuchaba, en diez años de convivencia él decidió ausentarse de las protestas, exigencias o reproches.

   Sonó el teléfono, ella atendió, una voz edulcorada pidió comunicarse con él. Le pasó el tubo, decía:

   —Sí, sí, sí, en diez minutos estoy.

   —¿Quién era?

   —La secretaria.

   Ella miró de sol rayo y preguntó por la señorita anterior.

   —Le dieron su retiro por edad avanzada ─tenía cincuenta años, más eficiente que una compu. Ella la conocía sólo por teléfono, pero se entendieron siempre, con respeto y bonhomía.

   La empresa decidió que el personal debía cambiar, gente joven, para dar una imagen nueva.

   Cuando calculó que él ya había llegado a su oficina, llamó de inmediato, atendió la secretaria edulcorante. Cuando él tomó el tubo repitió más de tres hola, hasta escuchar la voz de su mujer. Le decía que la plata le alcanzó para la mitad, él cortó y pidió que no le pasaran ninguna llamada. Cuando entró, taconeando fuerte, con dos bolsitas del súper, la vio: calzas rojas, rubia teñida, con una voz de mariposa cazadora, no tenía más de veinte años. El marido quedó sorprendido por la visita de fuego, antes que le pidiera nada, le advirtió que no tenía un centavo. Ella se fue, no sin antes sacarle la lengua a la señorita buscona.

   Ni bien abrió la puerta de su casa, sonó el teléfono, escuchó a su marido con voz confundida:

   —Me despidieron, querida.

   —¿Por qué razón? ─preguntó ella con voz derrotada.

   —Quieren gente joven en los cargos jerárquicos. Dicen que mi edad es avanzada.

   Comieron en silencio, fideos sin queso y dos mandarinas. Agua de la canilla. Él apoyó la mano en la mesa, ella depositó la suya por encima. Sonó el teléfono:

   —Señor, lo llamamos de la empresa, necesitamos entrenar a la gente nueva, le abonaríamos la mitad de lo que percibía.

   Él cortó y su mujer lo desenchufó.

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