—Quería que
llegaras de una vez, la Tía Luna es buena, día por medio. Me hizo un huevo de
Pascua y me daba besos babosos, pero el sufrimiento de encontrarlo escondido,
me pareció de mala y entonces le dije como decís vos: “Felices los huevos, Tía
Luna”, te recordó y hasta le di pena y me preparó seis huevos más. Ella comió
tres y yo tres, nos descompusimos los dos y no hubo ni almuerzo ni merienda.
Los dos fruncíamos la cara y mirábamos películas de superhéroes. ¿Vos sabés,
Papi, que me alegró que no tuviera marido ni hijos?, con esa Madre, habrían
sufrido mucho. Te quiere, no te quiere, te quiere, no te quiere, es complicado.
¿Y vos, Papi, por qué tardaste tanto?
—Sabés que tu
Mami, quería unas vacaciones los dos solos, sentí la felicidad de cuando la
conocí. Le dije que lamentaba dejarte a vos, nuestro grillito. Como se llama
Bella, es bella y buena, pero se pudrió todo, hijito. Bella quiere vivir sola,
me quiere, pero no me ama. La acompañé a tomar el tren y un nuevo novio la esperaba,
el humo en la Estación esfumó la última foto imaginaria, que hubiera querido
tener.
—Hey, Papi, no
llores, a mí me pasó lo mismo con una chica de la Escuela, mi novia, les conté
a mis amigos más cercanos. En los recreos nos escondíamos y nos dábamos
piquitos. Yo también fui feliz, hasta que la vi con mis amiguitos. Se hacía la
bella, como Mami con tus amigos. Me dieron celos y le dije que eligiera, o
ellos o yo. ¿Sabés qué me dijo?: “Vos fuiste un ensayo, la novela son ellos”.
Duele al principio. Después se me fue y pensá que soy chiquito, no tengo un
hijo como vos me tenés a mí. Te vas a encontrar una novia más linda que Bella.
Es mi Mamá, pero siempre fue más Bella que Mamá. Tu próxima novia es un
misterio y a mí los misterios me encantan. ¿A vos no?

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